Calurosa, colorista, participativa y crítica. Así se puede definir la cabalgata del pregón, el acto central con el que se inician las fiestas de Barbastro, que se celebran hasta el día 8. Si bien el inicio oficial es el disparo del chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento (honor que este año recayó en la figura del mantenedor, el veterinario e investigador Ramón Juste), las fiestas ya comenzaron en la noche del viernes con varios actos organizados por las peñas y la inauguración de la carpa Interpeñas.

El estallido multicolor fue a partir del mediodía con el chupinazo y la lectura del pregón por Felipe Sallán, el pregonero del Vero, que hizo un repaso en su discurso a la ausencia de Gobierno, a la renuncia del alcalde a seguir como presidente de las Cortes de Aragón o a la ausencia de corrida de toros en estos festejos, por primera vez en muchos años.

Mientras, los jóvenes que fueron ocupando la plaza de la Constitución se enzarzaban en una batalla de cava y vino. Camisetas de muchos colores, frente al blanco y azul que, pese a los intentos de las peñas con más solera para que se conviertan en los colores oficiales de las fiestas, no acaba de cuajar entre la juventud.

Cincuenta grupos de animación

Acto seguido, los jóvenes y peñistas se trasladaron al punto de inicio de la cabalgata del pregón, que estuvo muy concurrida en los lugares más céntricos. En ella participaron 50 grupos de animación infantil, de música, la comparsa de gigantes y cabezudos con el dragón Belaían a la cabeza escoltando al pregonero del Vero montado en el burro Viola, que debutaba en estas fiestas, el grupo Tradiciones repartiendo plantas de albahaca…, y las carrozas de barrios y peñas siempre reivindicativas.

Entre las más críticas, la del barrio del Entremuro, que reflejaba la presencia de las cigüeñas en la torre de la Catedral, recordando la polémica del pasado verano, o también la del barrio de San Joaquín, que denunciaba las numerosas algas en el río Vero debido a la deficiente limpieza del cauce. Otras más simpáticas hacían referencia al juego de moda, los cazadores de Pokemon, del barrio de San Hipólito; de partitura musical fue el barrio de San José; o de superhéroes los de San Fermín. Los vecinos de Hoz de Barbastro, partícipes desde hace unos años, sacaron un castillo con un dragón.

Un polémico traslado

La peña Ferranca celebró sus 60 años con un carroza que hacía las veces de álbum de fotos en el que se reproducían las creadas a lo largo de sus seis décadas de vida. Mientras que su habitual y corrosiva pancarta hacía referencia al traslado de la carpa de Interpeñas desde enfrente del cementerio hasta el parquin del recinto ferial. En ella unos zombies salían del campo santo y pedían un taxi que les llevará a la feria.

No faltaron las alusiones a los Juegos Olímpicos de Río, mientras que la peña 96º fue una de las más aplaudida por su carroza en la que recreaba el bar Victoria, uno de los más veteranos de la ciudad y que cerró sus puertas hace unos meses.

Sin toros

Estas fiestas serán recordadas por no contar con la corrida de toros del día 8 al quedar desierto el concurso para su adjudicación a una empresa. Para denunciar este hecho y pedir ‘Toros sí’, un grupo de aficionados se manifestó justo enfrente del palco de autoridades, en el paseo del Coso. Un palco que fue cuestionado ayer desde la formación política Podemos, cuyos representantes, entre ellos el diputado de Alto Aragón en Común en el Congreso, Jorge Luis Bail, siguió la cabalgata de pie en lugar de sentado junto a las autoridades. Cabe recordar que el Ayuntamiento de Monzón la ha suprimido.

En el capítulo de sucesos, la Guardia Civil tuvo que intervenir para sofocar una trifulca entre miembros de etnia gitana en la calle San Hipólito, al paso de la Cabalgata.

La tarde noche se sucedió según lo previsto, con numeroso público en el Coso Blanco, y al cierre de esta edición se esperaba buena afluencia al concierto tributo a Mecano.