La tragedia de Biescas cumple 20 años con heridas todavía por cerrar

La catástrofe ocurrida el 7 de agosto de 1996 causó 87 fallecidos, 27 de ellos niños. Hoy se inaugura un memorial en honor a las víctimas, que pasaron un largo proceso judicial.

Un guardia civil rescata a una niña, llena de barro, en las primeras horas.
Un guardia civil rescata a una niña, llena de barro, en las primeras horas.
Heraldo.

Fueron unas vacaciones con final dramático. El miércoles 7 de agosto de 1996, a las 19.30, en el campin Las Nieves de Biescas había 630 personas alojadas. Una persistente tormenta en la cuenca del río Arás provocó una riada que arrastró los puentes de Betés y Aso, destruyó las presas de contención y arrancó árboles y rocas, taponando la canalización del barranco, que se desbordó a la derecha, hacia las tiendas. Durante 10 interminables minutos, con un calado de un metro y circulando a gran velocidad, el agua destruyó todo lo que encontró a su paso. Arrastró a los campistas varios kilómetros en medio de piedras, ramas y vehículos. Entre las 7.00 del 7 de agosto y las 7.00 del día 8 cayeron 185 litros/m2, una precipitación extraordinaria, pero no inusual en el Pirineo.


De las 87 víctimas mortales, 27 eran niños (el más pequeño, de 10 meses), los más vulnerables ante la fuerza del agua. Muchas familias quedaron destrozadas, como la Sirvent-Doménech, de Barcelona: murieron dos hermanas, el marido de una de ellas y los cuatro hijos. También desaparecieron los cuatro miembros de la familia Platje. Había víctimas de todo el país: Cataluña (28), Aragón (11), Andalucía (13), Valencia (10), Madrid (6), Navarra (5), País Vasco (6), Cantabria (1) y Castilla y León (1); además de Francia (2) y Holanda (4). Y además se contaron 120 heridos.


La riada mortal fue un hecho "previsible" y "evitable". Así lo reconoció una sentencia de la Audiencia Nacional. Lo había advertido el técnico de la DGA Emilio Pérez Bujarrabal. "No es un lugar adecuado (...) Existe un riesgo para las instalaciones y un peligro para las personas", dijo en su informe, ignorado en la autorización. Pero los jueces no vieron pruebas suficientes para un causa penal contra altos cargos de la CHE y la DGA. Se desestimó en todas las instancias judiciales. Los afectados solo consiguieron, 10 años después, y no todos, el reconocimiento de la responsabilidad patrimonial de esas dos administraciones, que pagaron 11 millones de euros por daños y perjuicios.


Hoy, pasadas dos décadas, quedan heridas abiertas, como reconocen algunos afectados. La primera se cerrará hoy a partir de las 16.30, con la inauguración del parque y el memorial que rendirá homenaje a las víctimas. Está previsto que asistan unos 170 familiares. La otra, la negativa del Ministerio de Medio Ambiente a pagar su parte de la indemnización a una veintena de familias, permanecerá sin curar. Muchos han preferido pasar página y no estarán en el acto. "No queremos revivir el intenso dolor", dicen.


Juan José Miguel Serra

perdió a su esposa

"Fui el superviviente a quien encontraron más lejos, a 5 km"


"Todo llega tarde", afirma con resignación este valenciano, que vio morir a su esposa, Amparo Vivó, con 48 años. Es uno de los que no se personaron en la Audiencia Nacional y solo ha cobrado la mitad de la indemnización (el Gobierno de Aragón abonó su parte, el Ministerio rechazó pagar el otro 50%). "Nos lo ha negado una y otra vez", dice con resentimiento. Sufrió heridas muy graves y su estado de salud (12 días en la uci, un mes en el hospital y siete meses de baja) le impidió estar al tanto del proceso judicial.


"Fui la persona que localizaron viva más lejos, a 5 km del campin. Apenas me quedaba un 17% de capacidad pulmonar. Oía gente a mi alrededor y recuerdo que grité, me dijeron que no dejara de hablar para poder encontrarme. Era la una de la madrugada, estaba oscuro y perdía el conocimiento", explica. Consultó con sus hijos si debían acudir al homenaje, "pero no quieren oír hablar del tema". "Biescas no tiene la culpa, pero estamos muy dolidos por cómo se nos ha discriminado en las indemnizaciones. Después de 20 años, no han reparado la injusticia, y ahora ya no lo van a hacer".


Mari Luz Sanz

perdió a su marido

"Nunca he vuelto a Biescas, el recuerdo es muy doloroso"


"He oído que donde estaba el campin van a hacer un campo de tiro. Me parece muy mal y estoy muy decepcionada. Hacía tiempo que se podía haber hecho el homenaje y no tener el campin abandonado como lo han tenido", lamenta esta zaragozana, que no asistirá al homenaje porque para ella "es muy doloroso". Nunca ha vuelto a Biescas, y eso que toda la familia esquiaba en el valle de Tena. "Llevábamos el Venecia Esquí Club y cuando mi marido murió dejó de existir". Su familia y la de su hermano veraneaban en sendas caravanas. La tormenta los asustó tanto que se metieron en los coches para huir. Todos pudieron salir del vehículo cuando el agua los arrastró pero su marido, Miguel Ángel García Cetina, de 45 años, se demoró para coger al gato. "Cuando me giré ya no estaba". "Se lo llevó la corriente en segundos. Al día siguiente encontraron el cuerpo". El mayor resentimiento es contra el Ministerio de Medio Ambiente, que no le pagó la parte correspondiente de la indemnización. "Yo sola he tenido que sacar a mis hijas adelante".


José Antonio Cifuentes

Perdió a un hijo de 7 años y a una cuñada

"La administración cometió una negligencia y no lo ha admitido"


"Allí ocurrió algo muy grave y creo que no se han tomado medidas porque se sigue construyendo de forma indiscriminada en lugares donde no se puede", dice este vecino de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), que perdió a su hijo Eduardo, de 7 años, y a su cuñada, Josefa González Lay, de 43. Él culpa a la administración, "no sé si la responsabilidad era de Aragón, del Gobierno central o de quién, pero hubo una negligencia total. Como le dije al entonces ministro Álvarez Cascos cuando visitó el campin, debían admitir el error, y todavía no lo han hecho". Quizá vuelva este año, aunque no está de acuerdo en que las instalaciones vayan a convertirse en un campo de tiro, junto al cual estará el memorial.


Miriam García Vidal

Perdió a su madre

"La gente nos lo dio todo, hubo mucha solidaridad"


Con 18 años perdió a su madre, Rosa Mª Vidal, de 44, y nunca ha vuelto. En Biescas pasaba sus vacaciones esta familia de Barcelona: los padres, su hermana de 17 años y una tía. Todos excepto su madre se habían ido a Jaca y al volver ya no les dejaron pasar. "No necesito conmemorar nada, es un acto triste. Agradezco lo bien que se portó la gente cuando pasó todo, personas de Biescas, de Sabiñánigo... Nos alojaron, nos dieron todo lo que tenían, hubo mucha solidaridad".

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