Artesanos y visitantes toman Alquézar

La villa medieval de Alquézar vivió ayer una intensa jornada ferial con la presencia de numerosos asistentes llegados de varias partes de Aragón y otras Comunidades, así como de los turistas internacionales que disfrutan de sus vacaciones en la sierra de Guara. Según datos facilitados por el Ayuntamiento, más de 2.500 personas acudieron ayer para participar de la decimoséptima edición de la Feria de Artesanía a esta bella localidad del Somontano, declarada este año como uno de los pueblos más bonitos de España. Un total de 65 puestos ocuparon las calles y plazas más céntricas del casco urbano de Alquézar. El número podría haber sido mayor pero la organización decidió poner tope por cuestiones de logística.

Artesanos agroalimentarios, pintores, ebanistas, cesteros, hilanderas, bisutería, jabones y productos naturales, delantales, juguetes, libretas en cuero o instrumentos musicales a base de caña, que ha sido la sensación de la feria, ya que muchos niños se fueron con flautas o reclamos de ranas y patos.

Durante toda la jornada las calles de esta localidad fueron un trajín de gentes ya desde por la mañana hasta últimas horas de la tarde. Ni si quiera el chaparrón que cayó sobre las 17.30 pudo aguar el gran ambiente en esta feria. Así lo explicó el electricista barbastrense Carlos Almuzara que junto con las hermanas Cristina y María Elena Gistau acudieron por primera vez para presentar sus bombillas especiales, decoradas manualmente o sobre botellas, simulando a las antiguas velas que iluminaban los hogares rurales. "Ha sido una feria muy buena y también muy buena organización. Hemos hecho ventas, a pesar de la lluvia, pero la afluencia se ha recuperado enseguida. Además nos ha servido para promocionar nuestro negocio Bombilla Especial", explicaba.

Una habitual en esta feria es la cuentista oscense Sandra Araguás que acudía con sus libros infantiles. "La feria ha estado muy concurrida y eso que nos ha llovido bastante, pero luego el público se ha vuelto a animar", indicaba mientras mostraba sus creaciones. Sandra Araguás acude asiduamente este verano a Alquézar ya que con Nacho Pardinilla realizan unas visitas guiadas nocturnas a la colegiata y al casco histórico, contando esas historias que encierran las centenarias calles y callizos.

Uno de las novedades de la feria fue la presencia de dos grupos musicales, uno de jazz y otro de rumba, que desde la plaza Rafael Ayerbe ambientaron la jornada. También se desarrollaron varios talleres artesanos, y se pudo ver la muestra pictórica que se exhibe en los bajos del Ayuntamiento, a cargo de dos artistas que han elegido Alquézar como residencia creativa.

El alcalde Mariano Altemir se mostró muy satisfecho por el resultado de la jornada. "Hemos tenido mucha variedad artesanal de Aragón, Cataluña y País Vasco, y la afluencia de público ha sido casi una exageración con más de 2.500 personas, así que un éxito porque la ocupación hostelera está prácticamente al completo. Los artesanos se han visto respaldados y han ido vendiendo, así que muy bien", concluyó.