INFRAESTRUCTURAS

Fomento también paraliza la autovía de Huesca a Lérida y el eje pirenaico

De los tres tramos pendientes de la A-22, solo se salva Binéfar-límite de provincia porque se abre en otoño. La mejora de la N-260 entre Castejón y el Congosto se retrasa varios años.

El tramo de la A-22 que se inaugura hoy acaba de forma abrupta en Siétamo, a la espera de la redacción del proyecto que le una con Huesca
Fomento también paraliza la autovía de Huesca a Lérida y el eje pirenaico
EN VUELO

Ni uno solo de los grandes ejes de comunicación de Aragón se salva del recorte inversor de Fomento. Y Huesca se lleva la peor parte, porque también se paraliza casi por completo la autovía de Huesca a Lérida (A-22) cuando únicamente le faltaba el último empujón, al igual que la mejora del eje pirenaico. Y pese a este escenario, el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, acude hoy a cortar la cinta inaugural de los 17 kilómetros de la A-22 entre Siétamo y el río Alcanadre.

Lo lógico hubiera sido que se estrenaran por completo los dos tramos, pero aún se debe tramitar el fin de obra de los 4,5 kilómetros restantes hasta Ponzano, afectados por la aparición de una sima. El trazado desde el desvío de Abiego ha entrado en la fase de asfaltado, pero no se podrá rematar mientras no se subsane el problema geológico, que exige un gasto extras a las arcas estatales. Si se da el visto bueno, se podría rematar para otoño.

Fuentes ministeriales indicaron a este diario que de los tres tramos pendientes en la autovía Huesca-Lérida solo se salvará el más avanzado, entre Binéfar y el límite provincial, ya que también se pretende abrir para octubre al estar las máquinas ya asfaltando.

Las variantes de Binéfar y Almacellas sufrirán un parón hasta 2012, fecha a partir de la cual se retomarán los trabajos hasta 2014. En ambos casos, faltaba menos de un año de trabajo, pero el Ministerio de Fomento no acepta más certificaciones de obra desde principios de mes y ya ha comunicado que el próximo año solo incluirá partidas testimoniales, con las que únicamente dará para mantener unos retenes mínimos por seguridad.

La medida, que afecta a 24 kilómetros, se adopta pese al lío de desvíos y accesos provisionales en Binéfar, que afectan de lleno a medio centenar de empresas.

Los oscenses también tendrán que armarse de paciencia para ver acabado el único sector de la A-22 al que ni siquiera han llegado las máquinas: los 12 kilómetros entre Huesca y Siétamo, que siguen en fase de proyecto a estas alturas.

Por si fuera poco el bloqueo de las obras de la autovía entre Navarra, Huesca y Lérida -del que solo se salvan tres tramos muy avanzados y un cuarto pegado a Navarra para continuar el trazado que terminará el Gobierno foral en 2011-, el Ministerio de Fomento también ha decidido ampliar las afecciones al eje pirenaico. Las citadas fuentes confirmaron que la adecuación de la N-260 entre Castejón de Sos y el Congosto del Ventamillo también se paraliza pese a que los trabajos están muy avanzados.

De hecho, el puente sobre el río Ésera se puede apreciar perfectamente y los trabajos hubieran acabado en un año si no llegar a ser por la orden ministerial. Tampoco se prevé que corra mejor suerte el tramo de 23 kilómetros de Sabiñánigo a Fiscal, cuyas obras comenzaron en 2003 y a las que aún restan otros dos.

Malestar empresarial

Este mazazo a la inversión ha provocado la movilización empresarial. La patronal oscense y la Cámara de Comercio expondrán hoy a Víctor Morlán su rechazo a la paralización de las obras en el Alto Aragón, que también han plasmado por escrito en sendas cartas dirigida al ministro. Por su parte, la Cámara de Teruel denunció ayer la paralización de todas las infraestructuras en la provincia, y el incumplimiento de los compromisos asumidos con Teruel.