NUEVA LEY ANTITABACO

El humo sale de los bares y restaurantes

El cumplimiento de la prohibición de fumar fue máximo en los casi 8.000 locales de Aragón, salvo excepciones y despistes. Algunos fumadores no fueron tan respetuosos con el entorno de los hospitales y de los parques infantiles.

Los fumadores a las puertas de los bares, como en este de la plaza de España zaragozana, ya son parte del paisaje ciudadano
El humo sale de los bares y restaurantes
OLIVER DUCH

La costumbre de entrar a un bar, pedir una consumición y encender un cigarrillo ya es historia. Ayer entró en vigor la ley antitabaco que prohíbe fumar, entre otros lugares, en los casi 8.000 bares y restaurantes de Aragón, que ayer tuvieron que retirar sus ceniceros y sacar a la calle el humo del tabaco. El nivel de cumplimiento fue casi total, salvo contadas excepciones o clientes despistados que encendieron sus cigarros y acabaron apagándolos cuando el personal del establecimiento les llamó la atención. En las puertas de los hospitales y en el entorno de los parques infantiles, en cambio, el cumplimiento fue algo menor y se pudieron ver cigarrillos encendidos.

Todas las asociaciones y profesionales de la hostelería consultados coincidieron: la entrada en vigor de la nueva normativa no fue traumática, ya que los clientes acudieron a su cita dominical con la barra del bar o con la mesa del restaurante concienciados. Esta buena voluntad llevó a que la mayoría optara por salir a fumar a la puerta del local, para lo que algunos establecimientos han decidido equiparse con calefactores contra el frío y mesas o barriles para poner ceniceros.

Menos cumplidores con la normativa fueron algunos establecimientos que se olvidaron de lucir los carteles obligatorios de 'prohibido fumar', o que incluso 'permitían' encender un cigarro al no quitar los letreros antiguos.

Sí se mostraron más estrictos con los pocos clientes que, guiados por la fuerza de la costumbre, echaron mano al paquete de tabaco dentro del local. "Hemos llamado la atención a dos o tres, uno que ha entrado con el cigarro en la boca, otro que estaba con la máquina tragaperras y se lo ha encendido... Pero sin problemas, se han disculpado, han dicho que no se acordaban y lo han apagado", relataba ayer por la mañana José Antonio Maicas, del bar Export de la calle de San Vicente de Paúl.

Pedro Jiménez, presidente de la asociación Cafés y Bares, que agrupa a alrededor de 1.500 establecimientos de Zaragoza y provincia, resumía la sensación que tuvieron los profesionales en las primeras horas de aplicación de la ley: "La gente es mucho más responsable de lo que creemos, los clientes no se lo han tomado demasiado mal". Confirmó que, por los contactos que tuvo durante el día con sus asociados, no hubo "ningún incidente destacable".

Algo más relajada fue la aplicación de la norma a primera hora de la mañana, en los locales que acogieron a los que trasnocharon la noche del sábado, día de Año Nuevo. Aunque la norma estaba en vigor, el sábado noche no se aplicó en todos los locales de ocio nocturno, por lo que alguno prolongó la 'amnistía' hasta el almuerzo matinal.

¿Y los fumadores? La mayoría acató la norma con resignación. "Si hay que fumar fuera, saldremos y fumaremos fuera, pero creo que esto es excesivo", señalaba María Rodrigo, a las puertas de un bar del Tubo zaragozano, donde las barricas y las estufas de las terrazas se convirtieron en el mejor refugio para los fumadores.

En otros casos, más que resignación había un profundo enfado: "La gente protesta a burradas", señalaba Pepe Almazán, propietario del bar Puerto Rico de Huesca, quien confirmó el cumplimiento de la norma en la capital oscense. Y eso que los 200 inspectores del Gobierno de Aragón no se pasearán por los locales hasta hoy, primer día laborable desde la entrada en vigor de la norma. En Teruel el cumplimiento también fue general, aunque en algunos pueblos de la provincia se vivió un ambiente algo más 'relajado' que en la capital.

Muchos hosteleros de las tres provincias quisieron ser cautos a la hora de valorar la repercusión que tendrá la norma en sus cajas registradoras. Aunque alguno incluso ya cifraba las pérdidas de la primera mañana con la nueva ley antitabaco, otros decían que "habrá que esperar algunos días", como apuntaba José Antonio Palacio, propietario de El Renacimiento, en Zaragoza.

Fumando en la puerta del Servet

Los hospitales y zonas infantiles no disfrutaron de un ambiente tan sano, a pesar de que la norma impide fumar en estos espacios al aire libre. En la puerta del hospital Miguel Servet de Zaragoza, aunque desaparecieron los ceniceros y no se vio a los habituales grupos de fumadores, sí hubo personas que salieron a fumar. Incluso personal sanitario del centro encendió su cigarrillo a escasos diez metros de la puerta de entrada a Urgencias. Otros optaron por cruzar a la acera de enfrente, a solo 30 metros. "Me he venido aquí para que nadie me diga nada, aunque tampoco sabía cuánto me tenía que alejar, creo que con esto ya vale, ¿no?", comentaba Elena, de visita en el centro hospitalario.

En lo que coinciden todos -fumadores, no fumadores, hosteleros...- es en que la jornada fue un punto de inflexión con el que acabarán costumbres sociales muy arraigadas, tanto como que están presentes en la sociedad desde siempre. Aunque el primer día sin humo arrojó un balance positivo, "el proceso será lento y llevará tiempo", dicen las asociaciones de bares. De momento, y por si acaso, muchos fumadores comenzaron ayer con su propósito del nuevo año de dejar el cigarrillo.