AGUA

El embalse de Mularroya se encarecerá casi un 20% para minimizar riesgos e impactos

Si el Ministerio no autoriza pronto el modificado de proyecto, las obras se paralizarán. Los regantes temen que haya que repetir la declaración ambiental, pero la CHE lo desmiente.

Vista panorámica de las obras de Mularroya.
El embalse de Mularroya se encarecerá casi un 20% para minimizar riesgos e impactos
O. DUCH

La CHE ha introducido varias cambios en la construcción del embalse de Mularroya con los que espera reducir su impacto ambiental, solucionar algunos problemas surgidos en las obras y garantizar la seguridad de los obreros durante la excavación del túnel de 13 kilómetros que permitirá trasvasar caudales del Jalón hasta el cauce del río Grío. Esa modificación de proyecto, que ha sido solicitada por las empresas adjudicatarias, encarecerá los trabajos casi un 20%, lo que elevará el presupuesto de los 129 millones de euros previstos inicialmente a más de 150.


Los técnicos de la Confederación ya han tramitado ante el Ministerio la solicitud y la justificación de los cambios propuestos. Sin embargo, una vez más Medio Ambiente está tardando demasiado en autorizarlos, lo que ha generado una gran inquietud entre los regantes del Jalón, que sospechan que las obras pueden paralizarse.


Según fuentes conocedoras de la situación, si el Ministerio no da su visto bueno al modificado de proyecto en los próximos dos o tres meses, la construcción del embalse de Mularroya se topará con un cuello de botella similar al que se sigue produciendo en el recrecimiento de Yesa que como mínimo obligará a reducir sensiblemente el ritmo de ejecución del tercer mayor pantano del Pacto del Agua.


Además, los regantes del Jalón temen que ese posible bloqueo no sea un contratiempo puntual. Por un lado, no descartan que Medio Ambiente decida que, antes de dar el visto bueno a ese modificado de proyecto, haya que repetir la declaración de impacto ambiental aprobada en 2003, hipótesis que se ve reforzada por el hecho de que esa declaración fue anulada por una sentencia de la Audiencia Nacional recurrida ante el Supremo.


Además, y por si esto fuera poco, los futuros usuarios de Mularroya temen que los cambios en el proyecto tengan que acabar pasando por el Consejo de Obras Públicas y el Consejo de Estado como ya está sucediendo con Yesa. El incremento presupuestario de la obra no llega al 20% fijado como límite por la legislación actual, pero la normativa va a cambiar reduciendo ese umbral al 10%.


Pese a todo, fuentes de la CHE negaron ayer que las obras puedan paralizarse, que vaya a ser necesario repetir la declaración de impacto ambiental y especialmente que el cambio de la normativa sobre incrementos presupuestarios pueda afectar en este caso. "Creemos que el Ministerio autorizará el modificado dentro de poco tiempo y las obras podrán seguir adelante con total normalidad", insistieron las mismas fuentes.


Las modificaciones

Una de las modificaciones planteadas en el proyecto de Mularroya consiste en cambiar el sistema de excavación del túnel que abastecerá el embalse. En lugar de hacerse mediante voladuras, se construirá con una tuneladora, lo que reducirá sensiblemente los riesgos para los trabajadores.


Además, una inestabilidad en la ladera izquierda de la presa ha obligado a mover el aliviadero, que pasará a asentarse sobre la margen derecha del pantano reduciendo también los impactos.


En esa misma línea, la necesidad de minimizar las afecciones ambientales ha llevado a las empresas adjudicatarias -Acciona y Sacyr- a reducir el trazado de una de las variantes de carretera previstas y a modificar la composición del núcleo de la presa para permitir que pueda formarse con materiales extraídos del fondo del embalse -así no se tienen que transportar desde otros puntos-.


Las obras de construcción del embalse de Mularroya comenzaron en marzo de 2008. Desde entonces la CHE ha certificado un gasto de más de 20 millones de euros, pero los trabajos no estarán terminados como mínimo hasta finales de 2015, ya que el plazo de ejecución previsto es de siete años y medio. Pronto se sabrá si el modificado de proyecto conlleva algún retraso, y además habrá que ver cómo puede afectar el fallo del Supremo sobre la anulación de la declaración de impacto ambiental.