SANIDAD

El Clínico y el Servet avanzan en el tratamiento del melanoma más agresivo

Han participado en los ensayos de un fármaco que ofrece resultados alentadores en los pacientes con metástasisEste cáncer es uno de los más graves.

Imagen de archivo de una revisión realizada a un paciente por la Asociación de Dermatología.
El Clínico y el Servet avanzan en el tratamiento del melanoma más agresivo
A. NAVARRO

El Hospital Miguel Servet y el Clínico Lozano Blesa no reblan en su lucha contra el melanoma, un tipo de cáncer de piel poco frecuente, pero extraordinariamente agresivo. En concreto, ambos centros han participado en los ensayos clínicos para probar el uso de un fármaco, el ipilimumab, en los pacientes más afectados por este tumor: los que tienen metástasis.


Los resultados de este estudio, el que han participado 60 centros de todo el mundo, son esperanzadores, porque eleva un 70% el número de pacientes que sobreviven tres años después del diagnóstico. Los casos de melanoma con metástasis registrados en el mundo se han multiplicado por tres en los últimos 30 años y el diagnóstico del problema suele traer un pronóstico de esperanza de vida muy reducido para quienes lo padecen. Por eso, este medicamento abre una puerta a la esperanza.


No obstante, los especialistas son prudentes. Este medicamento no es eficaz en todos los casos y tiene efectos secundarios importantes en uno de cada cinco pacientes. Es decir, de momento, va dirigido a una minoría.


Afortunadamente, y aunque el melanoma y los cánceres de piel en general son tumores emergentes, los casos con metástasis son pocos y, por ejemplo, el Servet, recibe a entre 12 y 15 pacientes nuevos al año. La 'cara B' es que en la mayoría de estos casos el pronóstico ha sido hasta ahora muy desesperanzador. «Con estos ensayos hemos visto la eficacia cuando la enfermedad está avanzada», explicó el jefe del servicio de Oncología del Hospital Miguel Servet, Antonio Antón. «Se ha probado una disminución metastásica y una mayor supervivencia en los casos graves», añade.


Sí que matiza que los resultados no aparecen a menudo hasta 8 ó 10 meses después del inicio del tratamiento, por lo que hay que tener paciencia. Básicamente, se ponen cuatro dosis en las primeras 12 semanas y después se sigue un tratamiento de mantenimiento. Primero se combina con quimioterapia, y después no. Raquel Andrés, adjunta del servicio de Oncología en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, es prudente con los avances, aunque coincide en que es una buena noticia para los pacientes que actualmente tienen un peor pronóstico. «De momento se han alcanzado resultados modestos, pero no hay que desdeñarlos, porque se avanza muy lentamente», explica.


De hecho, la investigación contra el melanoma está de enhorabuena, porque, por fin, una nueva generación de fármacos diseñados para atacar de manera precisa las células malignas comienzan a mejorar su tratamiento. Uno de ellos es el ipilimumab, que se ha presentado junto a otros dos en un Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica celebrado en Chicago, el más importante del mundo en esta especialidad, y al que han acudido 30.000 especialistas.


La doctora Andrés insiste en que son muchos los estudios internacionales sobre el melanoma en los que se está participando desde Aragón. Incluso, se ha probado la efectividad de una vacuna dirigida a aquellos que ya han sido operados y que estaría destinada a evitar que volviera a aparecer este tipo de tumor. «No paramos de investigar y se está avanzando mucho», concreta.


Los tumores de piel (sin contar el melanoma, que es el más dañino) se han duplicado en los últimos 10 años y en Aragón lo sufren unos 62 hombres de cada cien mil. Los especialistas no apuntan a una sola causa, si no a varias. Al influjo de unas radiaciones cada vez más agresivas se añade que hay más diagnósticos precoces, porque la gente se va concienciando.


No obstante, no hay nada como la prevención, sobre todo en estas fechas. Tomar el sol en las horas centrales del día (de 12.00 a 17.00) no es seguro, ni siquiera con cremas protectoras. En algunos casos, se recomienda evitar exponerse a casi a cualquier hora, algo que la actual cultura del bronceado no potencia.


Quienes siempre se queman deben elegir un factor de protección superior a 50, y los que lo hacen a menudo y apenas se broncean, uno por encima de 30. Además, no basta con dárselo una vez, hay que repetir mientras dure la exposición.