CAMPO DE BELCHITE

Nueva ayuda económica para el pueblo viejo de Belchite

El pueblo viejo de Belchite recibirá una nueva inyección económica para consolidar el arco de San Roque, una de las tres entradas principales. El Ministerio de Fomento y Cultura, a través del 1% cultural, destinará más de 164.000 euros para la estabilización de estos restos.


En concreto, se trata de una actuación con un presupuesto de contrata de 219.713,02 euros y que se ejecutará en un plazo de seis meses. El 75% del coste lo asumirá el Gobierno central a través de la comisión mixta de colaboración para la actuación conjunta en el patrimonio histórico español. El resto será financiado por el Ejecutivo autonómico.


El arco de San Roque es uno de los dos únicos que se conservan y una de las tres entradas principales al pueblo viejo. Actualmente, unos tensores y tirantes impiden que se desmorone. Estos trabajos de emergencia se hicieron en 1997 por encargo del Ayuntamiento de Belchite.


El abandono durante años del pueblo viejo ha hecho mella en este arco, que se ha ido deteriorando con el paso de los años. Se trata de una construcción con ladrillo macizo y juntas. La decoración y los revestimientos son de yeso. El conjunto sufrió grandes destrozos durante la Guerra Civil.


La intervención prevista se incluye dentro del Plan Director de Actuación en Belchite Viejo que, por encargo del Gobierno de Aragón, se realizó en octubre del 2005.


La idea fundamental es recuperar el arco de San Roque al estado en el que estaba en 1937 después de las últimas batallas libradas en Belchite. Para consolidar el arco se plantean tres líneas básicas de actuación: la recuperación de su identidad estructural, de la arquitectónica y la urbana.


En primer lugar, se tratará de hacer estable el arco, es decir que no necesite de los elementos ajenos colocados en las obras de emergencia de los noventa para que se aguante.


Para su consolidación arquitectónica, se hará un tratamiento de los huecos abiertos por las bombas y que traspasan los muros; se recuperará el balcón, balaustre y portón del piso superior, así como la escalera de acceso a la capilla, entre otras cosas.


En la última fase se intentará recuperar su identidad desde el exterior y el interior, ya que actualmente se trata de un edificio aislado que se encuentra descontextualizado, ya que se ha perdido el caserío que le daba su razón de ser.