Medio ambiente, arte, turismo y agricultura", como los define el alcalde de Sobradiel, Jaime Izaguerri (PAR), son el leitmotiv de una llamativa iniciativa que partió de un artista de Casetas, Nacho Arantegui, y que ha encontrado respaldo en el municipio zaragozano. Se trata de una actuación que aspira a acercar al público a uno de los territorios más característicos pero más olvidados de la provincia: las choperas ribereñas. Ahora, buscan el apoyo de las instituciones para poder desarrollarlo.

"Desde crío he ido por la zona a disfrutar de estos espacios", se justifica Arantegui, licenciado en Bellas Artes. Eso le llevó a realizar en una alameda de Sobradiel una intervención artística con elementos efímeros, bajo el título de 'Circuspopulus', que aspira a tener continuidad. Mediante pequeños chopos muertos que se quedaron sin plantar por las riadas del Ebro, preparó una pieza con 705 palos distribuidos en doce anillos concéntricos, inscritos a su vez en cuatro álamos. En el centro, un tronco cubierto del algodón que desprende la hembra del chopo. Según Arantegui, la obra -que ha realizado junto con José Castán- supone un "homenaje" a estos espacios. El número de anillos hace referencia a los años que viven los álamos antes de ser cortados. La naturaleza está "representada por el círculo", mientras que la "estructura reticular" de los cuatro árboles que lo rodean hace referencia al ser humano.

Pero el proyecto no acaba aquí. La intención del artista y del Ayuntamiento de Sobradiel -que ha empezado a buscar subvenciones de la Diputación Provincial- es organizar una exposición el próximo año, comisariada por Belén Chueca, que incluya otras dos intervenciones en las choperas de Sobradiel, una muestra con las fotografías de Arantegui y un escenario en el que ofrecer conciertos. La segunda pieza la llevará a cabo Andrés Jarabo, y para la tercera se publicará una convocatoria en la Escuela de Artes de Zaragoza. Respecto a la exhibición fotográfica, se aspira a contar con la sala del Cuarto Espacio de la DPZ. Finalmente, las citas musicales se caracterizarían por incluir melodías "sutiles" e instrumentos 'naturales' como la chalaparta, el ham, la calimba o el digeridú.

Además, los organizadores quieren contar con otros municipios ribereños para extender por más choperas o por sotos la iniciativa.

"Es algo distinto. Queremos que sirva como eslabón con las buenas prácticas del medio ambiente, aunque lo indispensable es que la gente lo disfrute", explica el alcalde sobradielano. A su lado, Nacho Arantegui se deshace en calificativos hacia el paraje que ha elegido para la obra: "Es el espacio con el que más me identifico. En el atardecer, todo se tiñe de tonos rojizos. Cuando se llena de agua, el efecto de la luz que se genera es maravilloso", describe. Hasta hace poco, esas mismas choperas se empleaban como escombreras.

Otra de las opciones que se plantean proponer es aprovechar el itinerario del GR-99, que recorre la ribera del Ebro, para enclavar en esa ruta distintas piezas.