Un turiasonense crea la calcomanía del Cipotegato

Se espera que este 27 de agosto haya una verdadera invasión de estos pequeños dibujos.

El turiasonense Javier Mayor posa con varias de sus pegatinas.
El turiasonense Javier Mayor posa con varias de sus pegatinas.
(N.B.)

Existe todo un abanico de posibilidades para tener al Cipotegato de Tarazona de recuerdo: tazas, campanas, muñecos, figuras, dedales, camisetas, platos… pero a este merchandising se une este año una idea original puesta en práctica por un turiasonense. El diseñador gráfico Javier Mayor ha lanzado un tatuaje con el dibujo de este personaje, una calcomanía que desaparece a los pocos días o frotándola con alcohol o aceite.


Su intención es que este próximo 27 de agosto, los que asistan a esta fiesta, puedan lucir al personaje arlequinado en su piel y presumir orgullosos de la figura turiasonense más emblemática. Javier Mayor es un enamorado de Tarazona, de sus fiestas y de su Cipotegato, “pero no sólo yo, creo que es el reflejo de lo que sentimos los turiasonenses, y cuando llegan estas fechas todos nos sentimos un poco Cipotegato”.

Hay muchos productos relacionados con esta figura, pero el diseñador gráfico quería innovar. “Hay camisetas, gorras, mecheros… hay mil productos, pero se me ocurrió hacer algo para todo el público en una fiesta que es también para todos”, explica Mayor.


El resultado es una pegatina a todo color, que “combina un Cipotegato corriendo, dinámico, con un tipo de letra muy divertido”. “Quería que fuese un dibujo no demasiado infantil, porque está pensado para todos los públicos y ha quedado muy gracioso, con un tamaño muy cómodo que no llega al 5x5”, añade el turiasonense.


Es un producto novedoso que se vende en cuatro establecimientos de la ciudad al precio de un euro. “Se pone con agua, como hacíamos antes de pequeños. Cumple con la normativa europea ya que ha habido que firmar varios registros por el tema de las alergias”, asegura el responsable. “La gente me dice que es muy buena idea, y que es muy fácil llevar al Cipotegato en un soporte diferente y a un precio tan asequible, porque ese día la gente se gasta mucho dinero en comprarse gafas, sombreros, collares y cualquier tipo de adorno para convertirse casi en un árbol de Navidad”, comenta Javier Mayor.


De momento, los primeros clientes han sido los niños, que se están adelantando a las fiestas con la adquisición de su calcomanía, pero el 27 de agosto se espera que haya una verdadera invasión de estos pequeños dibujos que prometen resistir la lluvia de tomate de ese día, así como el agua y todos los líquidos que se tiran durante la fiesta.

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