INCENDIOS FORESTALES

BRAF, retardante contra el fuego

Desde hace tres años, Aragón es pionera en el uso de productos químicos que, al impregnar la vegetación, retrasan el avance de las llamas. Otras comunidades estudian ahora adoptar este sistema.

Aragón es una comunidad pionera en el uso de productos químicos para retrasar el avance del fuego en los incendios forestales. Desde hace tres años, dos cuadrillas especialmente equipadas y entrenadas impregnan con un retardante la vegetación de aquellos lugares en los que se solicita su presencia proporcionando al resto de equipos de extinción un valioso tiempo para apagar las llamas o proteger zonas especialmente sensibles: cascos urbanos, carreteras, áreas protegidas...


La experiencia de las brigadas de uso de retardantes con aplicación forestal -más conocidas por sus iniciales, BRAF- es tan positiva que otras regiones como Andalucía y Galicia han pedido informes al Departamento de Medio Ambiente de la DGA para implantar el mismo sistema. "Nosotros fuimos los primeros en utilizarlas y estamos muy satisfechos. Otras comunidades lo están valorando y estudiando", explica el director general de Gestión Forestal, Alberto Contreras.


Además, se da la circunstancia de que la empresa que produce el producto químico utilizado por las BRAF es aragonesa. Se llama Buma Advanced Technologies S. L., y tiene su sede en la localidad zaragozana de La Zaida. "En realidad, fue la empresa la que acudió a nosotros para proponernos el uso de estas sustancias. Lo estudiamos y nos pareció interesante", comenta Contreras.


El funcionamiento


El funcionamiento de las dos brigadas especializadas con las que cuenta la DGA, que tienen su base en Ejea y Alcorisa, es sencillo. Cada una de ellas cuenta con un vehículo autobomba que dispone de una cisterna de 3.000 litros y un sistema de impulsión capaz de lanzar a gran distancia entre 80 y 100 litros de líquido por minuto.


La cisterna se llena con una mezcla en la que por cada cuatro partes de agua se añade una de retardante. "El producto actúa en pirólisis frenando e impidiendo la combustión -explica el director general de Gestión Forestal-. El tiempo que se gana depende de las características de la vegetación y de las condiciones meteorológicas, pero conseguimos detener el avance de las llamas de forma considerable".


Las BRAF disponen además de mangueras y de un camión cisterna de 24.000 litros que permite recargar el vehiculo autobomba sin tener que alejarse de la zona en la que se está trabajando. "Hay que tener en cuenta que estas brigadas no acuden a todos los incendios forestales, sino solo a los más importantes o aquellos en los que se decide que son necesarias -subraya Contreras-. Por eso de momento contamos con dos unidades, aunque si es necesario crearemos otras".


El retardante puede aplicarse tanto en las zonas que ya están ardiendo como en aquellas áreas a las que se prevé que puede llegar el incendio. "En el fuego de Zuera se utilizaron para proteger la carretera, pero en otros casos han permitido salvar núcleos habitados -indica Contreras-. Cuando ha hecho falta también han salido fuera de Aragón. Por ejemplo, acudieron a los incendios de Galicia jugando un papel destacado".


Cada año, el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón compra 20.000 kilos de producto retardante para la campaña de lucha contra los incendios. En total, las BRAF disponen de un presupuesto anual de casi 300.000 euros.


Innovación constante


"Estas brigadas de retardantes son una muestra del empeño de la Consejería de aplicar las últimas técnicas en la lucha contra el fuego -señala el director general de Gestión Forestal-. Para nosotros es muy importante la innovación, por eso también hemos puesto en marcha otras mejoras como el programa en tres dimensiones que reproduce fielmente toda la orografía de la comunidad para ayudarnos a tomar decisiones o el equipo de apoyo que asesora al director de extinción en los grandes incendios". Ese equipo de apoyo está formado por técnicos del Departamento de Medio Ambiente que se incorporan al seguimiento del fuego cuando las circunstancias lo requieren.