INFRAESTRUCTURAS

Apoyo sin precedentes a la Travesía Central

Más de 30 organismos firman una declaración de respaldo a la reivindicación aragonesa.

Marcelino Iglesias dialoga con Esperanza Aguirre
Apoyo sin precendentes a la Travesía Central
ENRIQUE CIDONCHA

La barrera del Pirineo central empieza ya a ser algo más factible de derrumbar. Representantes institucionales de cuatro países diferentes, cinco regiones y numerosos dirigentes empresariales sellaron ayer la principal alianza política en la que se ha involucrado Aragón para conseguir que la Travesía Central del Pirineo sea algo más que una flecha sin trazado claro ni fecha de finalización. Todos estos representantes apostaron por que se asuma de una vez un ritmo normal en su tramitación, se inicien todos los estudios imprescindibles y quede todo listo para que, cuando la situación económica remonte, se pueda iniciar la obra. De conseguirse, aunque ahora ya no sea antes del 2025, la TCP estaría llamada a impulsar a la España interior, al garantizarle una salida rápida de sus mercancías al resto de Europa.

Tras la escenificación del acto de ayer - con dos presidentes autonómicos, un secretario de Estado, representantes diplomáticos de Francia, Portugal y Marruecos, consejeros de cinco autonomías y representantes empresariales de todos los territorios por los que cruzará el eje- hay que esperar ahora a que el Gobierno español y francés tomen en serio un proyecto que aún no queda claro que tengan interés real en financiar.

El acto, que fue organizado por la DGA, la CREA y el Consejo Aragonés de Cámaras, contó con el apoyo expreso de PSOE y PP, personificado en las figuras de Marcelino Iglesias y de Esperanza Aguirre, quien incidió en que a Madrid también le interesa una conexión con Francia por el Pirineo central. Porque si algo quedó claro ayer tras casi 20 intervenciones es que todos los territorios que estuvieron representados en el acto tienen algo que ganar con este eje.

Las intervenciones fueron relativamente similares y apenas ninguna se salió de un guión no escrito: es un proyecto de todos, que beneficia a España pero en especial a la parte interior del país y que es complementario con otros posibles ejes que son también competencia.

En este sentido, el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, afirmó que la TCP "no va contra nadie", sino que resaltó que lo que hace es "dar una oportunidad a espacios con muchas dificultades". "Con este nuevo eje nadie tendrá la exclusiva del crecimiento", aseguró.

En cuanto a la presidenta de Madrid, la popular Esperanza Aguirre, afirmó que el proyecto "busca garantizar un futuro de bienestar pensando en los ciudadanos del interior del país". Además, resaltó que, aunque en otras épocas tanto las comunidades del interior como la zona pirenaica tenían grandes problemas "ahora, gracias a la posibilidad de la ingeniería actual, nuestra posición geográfica debe convertirse en un activo". Para concluir, Aguirre aseveró que "Madrid se suma con entusiasmo a esta iniciativa".

Y si Aragón y Madrid enviaron a sus presidentes, Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha hicieron lo propio con sus consejeros de Obras Públicas. En todos los casos plantearon su apoyo al proyecto ya que les permitiría exportar sus productos con más facilitad. "Desde Extremadura damos un apoyo sin reservas a este proyecto", afirmó José Luis Quintana. Frases similares ofrecieron también el castellano-manchego Julián Sánchez Pingarrón y la andaluza Rosa Aguilar.

Morlán y los ejes compatibles

El encargado de cerrar las intervenciones fue el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, que apostó por un discurso sin concesiones a la galería. Reivindicó que no se planteen los proyectos de redes transeuropeas como si fuesen incompatibles entre sí. En este sentido, apostó por la Travesía Central del Pirineo, pero también por el corredor Mediterráneo. El dirigente oscense, que hizo un planteamiento a 20 años vista, explicó que para entonces la necesidad de transporte de mercancías será muy superior a la actual y que todos los ejes son necesarios, por lo que apostó por que el Mediterráneo se incluya también como prioridad de la UE.

En cuanto a la representación internacional, el apoyo más claro vino de Portugal, cuyo embajador dejó claro que para ellos era muy relevante una salida hacia el centro de Europa. Marruecos, por su parte, incidió más en la necesidad de conectarse con España y Europa, con independencia del eje. En cuanto a Francia, su representante del departamento limítrofe con Aragón dio un apoyo cerrado, mientras el de la embajada evitó un compromiso claro y apostó por igual por el eje atlántico, el mediterráneo y el central.