elecciones autonómicas y municipales

"El funcionario es molesto para los políticos porque está ahí sin depender de ellos"

Manolo Abad es físico y funcionario de la Aemet. A sus 49 años, le preocupan la falta de relevo generacional en su sector, así como las cuestiones salariales

Manolo Abad, funcionario de la AEMET.
Manolo Abad, funcionario de la AEMET.
Oliver Duch

Manolo Abad (Zaragoza, 1973) es físico y funcionario de la Aemet. Va al grano cuando se le pone en la tesitura de imaginar qué le pediría a los candidatos de estas elecciones si los tuviera delante solo 30 segundos. "Que cumplan lo que prometen, que busquen lo mejor para el país y no para su partido, que mejoren los sueldos de todo el mundo y que se eviten las injerencias políticas". Le sobraría tiempo en ese embate, pero emplea algo más en desgranar algunas de las cuestiones profesionales que afectan, tanto en la actualidad como secularmente a su colectivo, diversísimo a la par.

"Preocupa el tema económico, sobre todo la inflación. Todos hemos perdido un montón de poder adquisitivo. Vas al supermercado o a la panadería y no te cunde el dinero igual", explica Abad, miembro del CSIF, el sindicato mayoritario de la función pública.

"Los incrementos salariales que hemos tenido han sido muy pequeños, menores en el sector público que en el privado", señala. Más allá de lo coyuntural, Abad se queja de que en el funcionariado "no se cumple lo de a igual trabajo mismo sueldo". "Depende de a qué administración se pertenezca, con el mismo trabajo los sueldos son muy distintos. De un ayuntamiento a otro hay mucha diferencia, entre la DGA y Estado... Los políticos siempre defienden la igualdad pero son ellos mismos los que no la cumplen. Incluso se llega al absurdo de que hay funcionarios en el mismo despacho trabajando para administraciones distintas con sueldos diferentes".

Relevo generacional

El relevo generacional, o más bien la falta de él, es otra de las puntos calientes. "Nos estamos jubilando masivamente, tengo 49 años y soy de los jovencitos, un yogurín. Me planteo que va a pasar de aquí a 5 o 10 años. No hay relevo para que el ciudadano que paga impuestos pueda tener un servicio. Y lo estamos viendo".

Abad no tiene claro su voto: "Me suele pasar. Entre los que dicen una cosa y actúan al contrario y que hay veces que votas, no al que más te gusta, sino al que menos te disgusta... No es muy agradable". Tampoco confía demasiado en el papel real de los políticos con su colectivo: "No se acuerdan de nosotros, pero fuera de las elecciones todavía menos". "Tener interés por los funcionarios es tenerlo por los ciudadanos, lo que reivindicamos no es solo para nosotros, es para el servicio", asegura. "En nuestro caso, no estamos para que ganen los jefes, sino para servir". "El funcionario es molesto para los políticos porque está ahí sin depender de ellos. Es alguien objetivo, una garantía de que la administración no actúa como le apetece al político, de ahí que haya muchos puestos a dedo, que no han pasado filtros objetivos".

Abad también es consciente de las reticencias y los tópicos que en ocasiones acompañan al funcionario. Hay gente que piensa "como a esos no los pueden echar, que les den caña". Considera que "como en todas partes hay gente que trabaja bien y trabaja mal", pero recela de establecer ciertos mecanismos de control en este sentido: "En principio podría ser, pero el diablo está en los detalles. Si se hiciera de forma objetiva y transparente... Pero se corre el riesgo de que una valoración de desempeño acaba siendo un pago de favores políticos".

En julio de de 2022, había 99.847 funcionarios en Aragón. De ellos, 59.123 pertenecían a la administración autonómica, 19.619 a la local y 21.105, al Estado. De estos últimos, 14.369 son militares, policías nacionales y guardias civiles.

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