Cada vez son más los menores extranjeros que llegan a Aragón desde otras ciudades con el billete de bus pagado

La Policía ha detectado hasta 14 casos en un solo día y ha reforzado la vigilancia en puntos como la estación de autobuses de Zaragoza. La mayoría procede de Cataluña, pero en los últimos días se ha constatado también un éxodo de jóvenes desde Andalucía.

La Policía Nacional patrullando en la estación de Delicias de Zaragoza.
La Policía Nacional patrullaba este sábado en la estación de Delicias de Zaragoza, donde se ha detectado la llegada de muchos menores
Toni Galán

La llegada de menores extranjeros no acompañados (conocidos técnicamente como menas) a Aragón y especialmente a Zaragoza ha experimentado un crecimiento exponencial desde el pasado mes de octubre. Las instituciones públicas implicadas en el acogimiento, educación y seguimiento de estos chicos (apenas hay mujeres) admiten estar preocupadas e incluso, en algún momento, desbordadas. En las últimas semanas han tenido que improvisar recursos sobre la marcha al registrarse hasta 14 llegadas en un solo día: una realidad que ha superado con creces todas sus expectativas. De hecho, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales se ha visto obligado a crear una unidad de emergencia con 20 plazas.

Uno de los motivos de este notable incremento ha sido la llegada de menas a la estación de autobuses de Zaragoza procedentes de Cataluña o el País Vasco sin dinero ni documentación, pero con el billete pagado. La Policía, que también ha tenido que montar un operativo extraordinario para dar una mejor respuesta a esta situación, desconoce quién les financia el viaje. Pero fuentes no oficiales aseguran que algunos de los jóvenes admiten que vienen con el billete pagado por funcionarios.

La llegada de estos menores se disparó aún más en Navidad, ya que a los que estaban viniendo desde Bilbao, Barcelona o Lérida se sumaron muchos menas procedentes de Andalucía. Quienes trabajan con estos menores aseguran que esta "estampida" obedece a los mensajes políticos que se están lanzando allí sobre la expulsión de inmigrantes. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, también se refirió ayer a esta cuestión durante su visita a Zaragoza: "Hemos de responderles primero como menores y después como inmigrantes", dijo.

El protocolo de actuación está perfectamente fijado. La primera en actuar es la Brigada de Extranjería de la Policía, que se encarga de los trámites de documentación. Como explica Óscar Esco, responsable del Gabinete Técnico de la Jefatura Superior de Aragón, "los agentes comprueban si ya tienen ficha como menas, es decir, si han estado ya en otras comunidades acogidos o inclusos si están fichados policialmente. En caso contrario, se procede a registrarlos". Después, son derivados al IASS, que se encarga de alojarlos.

Interior no facilita nunca cifras concretas y menos cuando se trata de menores, sobre lo que existe una mayor protección. Pero la DGA recuerda que de los 49 atendidos en diciembre de 2017 se ha pasado a 223 un año después. Esco reconoce el repunte en la llegada de menas a Aragón y admite que esta "nueva realidad, que no problema" está afectando a la agilidad del procedimiento. Sobre todo, a la hora de asignar plazas o recursos a estos chicos.

¿Cómo se determina la edad?

Uno de los principales problemas es determinar la edad de algunos de estos chavales. En los casos más evidentes, puede ser un médico quien con un simple reconocimiento visual –dentadura, vello púbico...– concrete la edad. Pero en otros es necesario la intervención de los radiólogos, que calculan sus años a través de los huesos de la muñeca. Según ha podido saber este diario, como el margen de error suele de ser de un año –por arriba o abajo–, dada la cantidad de casos y los escasos recursos, el Gobierno aragonés está afinando los filtros. De tal manera que, cuando persiste la duda, para asegurarse de que los chicos no han cumplido la mayoría de edad se solicita un examen más preciso a los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón. Determinar la edad es fundamental para poder trabajar con ellos y ubicarlos en el recurso adecuado.

Tres menores extranjeros causaron daños materiales en las instalaciones de la comisaría de Mayandía de Zaragoza, donde habían sido trasladados el pasado viernes por la noche como presuntos autores de un hurto.

Hurtos y robos con violencia

Se han dado casos de jóvenes que beneficiándose de ese margen de error han pasado por menores cuando no lo eran. Por la vida que han llevado, son estos los que suelen arrastrar consumos de drogas o actividades delictivas, principalmente hurtos y robos con violencia. En diciembre, la Policía Nacional informó de siete detenciones en Zaragoza por varios asaltos. Pero a estos casos se han sumado después otros, como los tres arrestos practicados esta semana: uno en el Actur, donde un menor agredió a un agente de la Policía Local tras tirarse al suelo y ponerse a gritar delante de un autobús; y dos más en el barrio de Movera, donde dos amigos del anterior intentaron robar el bolso a una mujer.

"La actividad delictiva no es extensible a todos, obviamente, pero cada vez se detectan más que vienen de otras comunidades con experiencia en la vida en la calle y en el delito", señalan fuentes policiales. Los más mayores conocen también las debilidades del sistema y se aprovechan de las mismas. Como presentarse en las comisarías y solicitar que les lleven en coche a sus centros de residencia. "Esto está pasando y últimamente estamos haciendo de taxistas con ellos. Vienen con exigencias que rayan el abuso", dicen.

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