Bielsa: el túnel, un valle encantado y el carnaval soñado

Bielsa no tiene estación de esquí, pero sí unos montes de lujo y paso directo a tres de los mejores enclaves galos para las tablas y los bastones; cada febrero, además, se disfraza con estilo.

Pradera frente a La Casa de Pineta.
Pradera frente a La Casa de Pineta.
Laura Uranga

Lo dicen con datos Jara Gistau, responsable de la concejalía de Cultura de Bielsa, y su colega de Turismo José Fernando Méliz; al municipio lo sostiene el turismo en un ochenta por ciento. El maravilloso valle de Pineta, con ese Balcón que atrae a amantes de la montaña como un gigantesco imán, es una de las razones que hacen de Bielsa una cruz en muchos mapas. El Parador de Bielsa y el túnel a Francia son otros dos atractivos, generadores además de empleo. Las visitas se extienden durante todo el año, más allá de la afluencia de hijos del pueblo en verano y el desfile de turistas nacionales y franceses;la Feria Ganadera, recuperada hace siete años por los ganaderos tras cuarenta de parón, hace que el primer fin de semana de octubre se llene el pueblo, desde esa ‘curva de Loews’ de la entrada (sí, una que es clavadita a la del circuito de Fórmula 1 de Mónaco) a la populosa plaza Mayor, en un nutrido (aunque no sofocante) conjunto de comercios, restaurantes y hostales. Además hay empresas de aventura relacionadas con la naturaleza, como Pineta Experiencias, o Valle de Pineta Berries, conservas y mermeladas de frutos rojos.

Además de la propia Bielsa, el municipio esta compuesto por Javierre, Espierba, Parzán y Chisagüés. Las cinco localidades tienen señalado en el calendario el mes de febrero; concretamente, los días del carnaval, que convierten las semanas más complicadas para el turismo local en una auténtica vorágine de sensaciones para locales y visitantes.

"El origen de esta tradición se pierde en el tiempo –comenta José Fernando– porque ni siquiera hay referencias concretas del inicio, pero creemos que son más de mil años. No se paró nunca, ni cuando estaba prohibido".

Los personajes

Jara explica las características de los personajes principales. "La madama es una joven belsetana de entre 18 y 30 años, la edad en la que más o menos se casaban adaptada a las edades reales de hoy, antes el límite era 25. Lleva un traje con cintas de colores y puntillas; esas cintas están cogidas con alfileres. Les pasan a recoger las trangas, los personajes que encarnan los mozos de Bielsa; se visten con un traje de piel de macho cabrío con cuernos. Representan el despertar de la tierra fértil. También está el onso, que evoca el dominio sobre la bestia, y el caballé, un jinete. Llama la atención el amontato, que simula a una mujer que lleva un hombre a cuestas: representa es la carga de las mujeres y su fortaleza. También están las garretas y las hiedras".

Nieve gala

Bielsa está hermanada con Aragnouet, uno de los primeros pueblos franceses al otro lado del túnel; la relación con los vecinos no puede ser mejor. "El túnel –apuntan Jara y José Fernando– es nuestro motor, la clave del desarrollo en el valle. En su día fuimos la única cabecera pirenaica sin estación de esquí, pero se apostó por el túnel. Al otro lado tenemos amigos, centros de compras y una estación alpina de referencia como Piau-Engaly, habitual fin de etapa en el Tour. Nuestros niños esquían gratis allá; también tenemos cerca Saint Lary y Bagneres de Luchon, estaciones de gran nivel". En el aspecto deportivo de competición, la Ultra Trail Sobrarbe también supone un empujón puntual de gran envergadura a la zona; se organiza cada dos años (la próxima es en 2019) y termina en Bielsa. Unos 2.000 corredores copan el pueblo entero y los alrededores esos días.

El monte es un tesoro que debe preservarse. "Quiero destacar –concluye Jara– el papel de los ganaderos, que conservan las montañas en condiciones y lo han pasado mal últimamente con el oso y el lobo". "No hay que olvidar –apostilla José Fernando– el auge de la escalada en roca y, sobre todo, en hielo, justo al lado del túnel; es el mejor sitio de España para este deporte, según los propios especialistas".

Elizabeth Ferguson fundó el Kanguro Truchero, que sigue mimando paladares en Javierre

En Javierre, junto al embalse de Pineta, a apenas cuatro minutos en automóvil desde la localidad de Bielsa. Ahí está el Bistró Kanguro Truchero, un singular negocio de restauración que fundó hace medio siglo la australiana Elizabeth Ferguson; estuvo veinte años al frente del negocio antes de regresar a su tierra, y tras la reapertura de hace seis años son Guillermo Esteban y Ruth Polo quienes lo llevan, llegados desde Zaragoza con sus hijos en busca de otra forma de vida. "Aquí se servía whisky de importación, sonaban los Beatles y los Rolling, no se cerraba en las fiestas de guardar: llegó a haber 20 camareras para un negocio de 50 metros cuadrados", cuenta Ruth. En el Kanguro se hace disfrutar a los cinco sentidos, con una carta muy variada que tiene toques de cocina fusión, platos más convencionales y también diversas opciones vegetarianas y veganas, con uso preferente de productos de la zona. "Abrimos todo el año, excepto unos días en septiembre y otros poquitos en primavera –comenta Ruth– y siempre tratamos de sorprender; es un poco el espíritu con el que abrió el negocio; trabajamos con un afán de sostenibilidad y cuidado del medio".

El talante de la fundadora era singular, sin duda. Llegó a la zona para olvidar un desamor, y acabó enamorada del valle de Pineta. Durante dos décadas atrajo a gente de toda la comarca (y más lejos) con su bar ajeno a convencionalismos, en los días en que comenzaban las obras del túnel, del Parador de Bielsa y sus accesos. Al principios lo llamó La Cabaña Australiana, pero enseguida derivó al Kanguro Truchero.

Los imprescindibles

‘La bolsa de Bielsa’

El documental del cineasta aragonés José Ángel Delgado, codirigido con Mirella R. Abrisqueta y Maite Cortina en 2008, recuerda un episodio histórico de la guerra civil: el éxodo masivo de 6.000 civiles a tierras francesas.

Museo y figuras

El edificio del Ayuntamiento alberga el museo de Bielsa, esfuerzo compilador tras la devastación sufrida en la guerra civil. En la entrada se encuentran las dos figuras emblemáticas del carnaval local, la madama y el tranga.

‘Baitico’

Chesús Garcés, ‘Baitico’ para los belsetanos, vio editadas recientemente sus memorias en el volumen ‘Baitico. Historias de la valle Bielsa’. A sus 92 años, ha recibido el premio Chuana Coscojuela que concede la DGA.

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