Una niña destapa los abusos de un joven a su cuñada cuando dormía ebria en el sofá

La menor, de solo 8 años, al ver que su tío manoseaba a su madre, la tapó con una manta, se quedó junto a ella y al día siguiente le contó lo ocurrido.

El juicio se celebró el pasado 10 de enero en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
El juicio se celebró el pasado 10 de enero en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Oliver Duch

Un juzgado zaragozano acaba de condenar a Edison Geovannu M. C., de 29 años, por abusar sexualmente de su cuñada, de 26, aprovechándose de que esta dormía en el salón tras una larga noche de fiesta. La víctima había bebido bastante, por lo que no fue consciente de que el joven le metía la mano por debajo de la ropa interior. Sin embargo, los hechos fueron presenciados por la sobrina de acusado, de solo 8 años, que al ver cómo se sobrepasaba cogió una manta, tapó a su madre y se quedó junto ella. Al día siguiente, la menor advirtió de lo sucedido a la mujer, que no dudó en denunciar a su cuñado.

La sentencia del Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza recuerda que los abusos se produjeron el 14 de agosto de 2016 en una vivienda de la calle La Reina, en el barrio Oliver. La víctima había salido la noche anterior con unas amigas y al llegar a casa al amanecer se quedó dormida en un sofá del salón. Cuando declaró en comisaría, la mujer explicó que había tomado cerveza y varios chupitos de tequila, por lo que llegó "bastante perjudicada" a su vivienda. De hecho, su propio marido, que se había quedado al cuidado de los dos hijos de la pareja, tuvo que bajar a recogerla y pagar el taxi.

Poco después que la joven se presentó en el piso su cuñado, quien también había pasado la madrugada de fiesta y bebiendo. En un momento dado, y percatándose de que la mujer de su hermano dormía profundamente, el hombre empezó a someterla a tocamientos. Con lo que no contaba este es con el testimonio de su sobrina, que ha sido el que finalmente lo ha condenado.

Confiesa al escuchar a la menor

Preguntado por estos hechos, el acusado negó ante la Policía los abusos y aseguró que el testimonio de la niña era "falso". Es más, dijo que respetaba mucho a su cuñada "sobre todo por sus sobrinos, que viven con ella". Pero lo cierto es que el pasado 10 de enero, cuando se celebró el juicio en la Ciudad de la Justicia, al escuchar el testimonio de la menor se derrumbó y acabó confesándolo todo.

La niña no tuvo que acudir a la vista, puesto que ya se le había interrogado antes a modo de prueba preconstituida. Y como recuerda la magistrada en su sentencia, su "rotunda" declaración, "plenamente verosímil", resultó fundamental a la hora de considerar probados los hechos. Sobre todo, indica, por la forma en qué la chica contó lo ocurrido y porque proporcionó todo tipo de detalles.

Pese a su corta edad, al ver que lo que estaba haciendo su tío no estaba bien, la niña no solo cubrió a su madre sino que permaneció junto a ella vigilando al joven. De hecho, este depuso su actitud y siguió durmiendo en otro sillón del salón.

La Fiscalía pedía que el acusado fuera condenado a una multa de 4.800 euros por los abusos, así como a una medida de alejamiento para que permaneciera a más de 300 metros de la víctima durante dos años. Sin embargo, la defensa, a cargo de la letrada Cristina Martínez Bellido, logró que la magistrada reconociera que Edison G. M. tenía sus facultades ligeramente mermadas por el consumo de alcohol. Así, al apreciarle la atenuante de embriaguez, la sanción económica ha quedado reducida a 1.620 euros. Lo que no podrá hacer el condenado es comunicarse con la joven durante los próximos dos años.

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