Más de un 21% de la inversión anunciada por el Gobierno de Lambán para 2017 no se ha gastado

Acaba el ejercicio con 89,3 millones sin ejecutar y acumula ya 233 millones desde que accedió al Pignatelli a mitad de 2015

El Gobierno de Javier Lambán ha batido su propio récord al acabar 2017 con más de un 21% de las inversiones presupuestadas sin gastar. Esto significa que 89,3 millones de euros comprometidos en inversiones reales y transferencias de capital se quedaron en el tintero, lo que redujo este capítulo a tan solo 327 millones. Es decir, únicamente representó un 6,4% de todo el gasto no financiero de las arcas autonómicas, que ascendió a 5.088 millones, según el avance de la liquidación redactado por la Intervención General.

Los números evidencian el incumplimiento de las promesas del cambio de rumbo de las cuentas, cuando se prometió que en 2017 se iba a recuperar el ritmo de inversión tras el tijeretazo de 2016. De hecho, las inejecuciones han pasado de 66,7 a 89,3 millones y prácticamente pulverizan el incremento de la inversión anunciada el año pasado tras el tijeretazo decidido en las primeras cuentas elaboradas por la coalición PSOE-CHA, las de 2016.

La tardanza en aprobar las cuentas del año pasado, que salieron adelante en mayo, explican en parte el retroceso de la inversión autonómica pese a la insistencia del Gobierno de Aragón en negar sus consecuencias. De hecho, el grado de cumplimiento es el peor de lo que se lleva de legislatura, puesto que 2017 se ha cerrado con un 78,5%, mientras que en 2016 se rozó el 82% y en 2015 se llegó a superar con holgura el 84%. En este caso, la gestión fue compartida casi medio año por la expresidenta Rudi y su sucesor, el socialista Javier Lambán, que llegó al Pignatelli en julio.

De este modo, se acumulan 233,75 millones de inversiones planificadas en los tres últimos ejercicios que no se han llegado a ejecutar, con la consiguiente pérdida de competitividad y generación de empleo directo en la construcción de infraestructuras y equipamientos, que conlleva a su vez el fichaje posterior de plantilla para atender los servicios.

El varapalo de 2017 se concentra en las inversiones reales, agrupadas en el capítulo seis del presupuesto, y de las cuales un tercio se quedaron sin ejecutar: 56,1 millones.

Uno de los ejemplos es el futuro hospital de Alcañiz, para cuyas obras se previeron inicialmente 11,5 millones y que sufrió un recorte pactado con Podemos en el trámite parlamentario que dejó la partida en 2,3 millones. Sin embargo, ha acabado el año sin que se haya destinado un euro al demandando equipamiento.

Otro ejemplo son los nuevos colegios del sur de Zaragoza, que suman también partidas millonarias y cuya finalización se ha postergado a este año, por lo que buena parte del dinero se cargará ya a este ejercicio.

El dinero restante que no se ha gastado corresponde a las transferencias de capital que hace la DGA a empresas públicas y privadas, a corporaciones locales y a familias e instituciones sin ánimo de lucro. Si debía repartir algo más de 245 millones, finalmente ha entregado 212, lo que supone 33,2 millones menos.

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