Los planes eólicos y fotovoltaicos en marcha en Aragón suman 3.000 millones de inversión

Más de 30 de los 144 parques en tramitación estarán en obras en el primer semestre de 2018.  sector admite dificultades, ya que la mitad de los proyectos deben estar listos en solo dos años.

Los proyectos de energía renovable
Los proyectos de energía renovable

Aragón aspira a convertir las energías renovables en uno de los pilares de su economía. Y los números de los parques eólicos y solares foltovoltaicos que están en tramitación parecen dar la razón al Gobierno autonómico. Al menos, sobre el papel: los 144 proyectos que actualmente están en tramitación suman una inversión superior a los 3.000 millones de euros, más de la mitad del presupuesto anual de la DGA. Sin embargo, los plazos corren en contra, ya que la mitad de los proyectos deberán estar listos en tan solo dos años al estar sujetos a los plazos fijados en las tres últimas subastas eléctricas del Estado.

Su traslación a puestos de trabajo directos e indirectos es igualmente significativo para el mercado laboral. La ocupación será extensiva durante la construcción, lo que supondrá la contratación de cientos de trabajadores para hacer frente a la instalación de los aerogeneradores en las tres provincias aragonesas y de las placas fotovoltaicas, concentradas en cuatro municipios zaragozanos. Durante la fase de explotación, que se alargará hasta tres décadas, hará falta menos mano de obra, aunque más cualificada, para que se haga cargo del mantenimiento de las instalaciones.

Un cambio radical

En términos energéticos, el salto será cuantitativo y cualitativo si llegan a desarrollarse los proyectos. Los 80 parques eólicos que están ahora en servicio en Aragón suman una potencia instalada de 1.816 megavatios, mientras que los 129 proyectos que se encuentran en distintos grados de tramitación en la DGA representan, en total, 3.505 megavatios. Es decir, se estaría muy cerca de duplicar la capacidad de producción verde. Concretamente, un 85% más.

En el caso de la solar fotovoltaica, las inversiones anunciadas quintuplicarán la potencia en servicio. Si las 1.815 instalaciones de placas distribuidas por todo Aragón suman 167 MW, con los catorce parques comprometidos en tan solo cuatro municipios de la provincia de Zaragoza –Escatrón, Chiprana, San Mateo de Gállego y Fuentes de Ebro– se contarán con otros 883 MW.

A todo ello se sumará la planta de biomasa que la aragonesa biomasa promueve en Monzón, de 49 megavatios. Dispone de la preceptiva autorización ambiental integrada y ha superado la declaración de impacto, pero sigue a la espera de la aprobación administrativa para hacer realidad este proyecto.

De este modo, Aragón está en disposición de convertirse en todo un referente de generación verde, al pasar de tener 3.328 a 7.711 megavatios. Si ahora la energía renovable representa el 47% de la potencia instalada en Aragón, este porcentaje se dispararía de forma sustancial.

Los plazos

Los promotores trabajan contra reloj para cumplir los plazos fijados en las tres subastas estatales, que les obligan a tener enchufados sus parques a la red eléctrica entre finales de 2019 y marzo de 2020. Por ello, confían en iniciar las obras de al menos 30 de las 144 instalaciones eólicas y fotovoltaicos a lo largo del primer semestre del próximo año.

Su puesta en marcha ya supondrá de por sí una importante apuesta por las renovables, ya que supondría asegurar una primera inversión de más de 680 millones y la suma de 549 megavatios eólicos y fotovoltaicos adicionales, según los cálculos de las propias compañías que los impulsan: las aragonesas Forestalia, Grupo Jorge y Brial, la energética nacional Gas Natural Fenosa y grupo Cobra, filial de ACS. A estas cinco empresas se sumará Gamesa tras haber obtenido, como el resto, la declaración de interés autonómico para la ejecución de sus proyectos, lo que reduce los trámite a la mitad.

Los propios empresarios del sector admiten las dificultades para que todos los proyectos que se han presentado en la DGA y en el Ministerio de Industria se lleven finalmente a cabo. No solo por la concentración de proyectos que se deben acometer de golpe, lo que dificulta la disponibilidad de equipos y de técnicos especializados para su instalación, sino por la financiación y, sobre todo, por la capacidad de evacuación a la red eléctrica.

En este sentido, el director general de Energía y Minas, Alfonso Gómez, ha requerido públicamente al Ministerio a invertir en la red aragonesa porque empieza a estar saturada.

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