Los embalses languidecen por la falta de lluvia

En octubre y noviembre no se han registrado precipitaciones significativas, por lo que la situación de sequía no mejora.
En octubre y noviembre no se han registrado precipitaciones significativas, por lo que la situación de sequía no mejora.
Macipe

La cuenca del Ebro ha cerrado 2017 con sus embalses por debajo del 50% de su capacidad. La sequía ha obligado a Teruel, Calatayud y otros municipios a imponer restricciones y amenaza con agravarse este 2018 si no llueve lo suficiente, circunstancia que podría castigar, más aún, al campo aragonés, que arrastra ya pérdidas por más de 60 millones de euros, según ha explicado en las últimas semanas el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona.

Raimundo Lafuente, presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), admite que 2017 ha sido un año "bastante más seco de lo habitual". La última campaña agrícola se salvó no sin dificultades, ya que algunos sistemas tuvieron que regar "con entre un 25% y un 30% menos de los recursos disponibles". El mayor problema, no obstante, está en que en octubre y noviembre, meses en los que habitualmente se recargan los embalses, no se han registrado precipitaciones significativas.

"Si llueve recuperaremos los embalses. Si no, estaremos aún peor que en 2017", resume Lafuente. Pese a que este problema viene arrastrándose desde hace años, este ejercicio ha presentado mayores dificultades. "Esto no se soluciona con un par de tormentas. Hay zonas del eje del Ebro y la margen derecha, habitualmente deficitaria, que presentan un nivel de precipitaciones similar al de zonas de desierto", asegura.

Aunque 2018 comienza "con pocas precipitaciones y reservas", el presidente de la CHE insta a ser "optimistas". La Confederación, en cualquier caso, ya se ha reunido con los municipios aragoneses de más de 20.000 habitantes (Calatayud y las tres capitales) para instarles a elaborar un plan de emergencia que les permita estar preparados en caso de que haya que adoptar medidas para racionalizar el uso y consumo de agua.

Primeras medidas para racionalizar el consumo de agua

La situación del embalse de La Tranquera, que ha cerrado 2017 al 24,6% de su capacidad y ofrece panorámicas desérticas, como puede verse en la imagen, ha obligado a Calatayud a poner en marcha medidas contra la sequía. La primera ha sido adelantar el cierre de las fuentes de boca en la vía pública y limitar el riego de zonas verdes. También ha reducido el baldeo de calles, que desde noviembre utiliza la mitad de agua (se ha pasado de 16.000 litros a 8.000), y ha iniciado una campaña de concienciación a fin de informar a los vecinos acerca de la situación existente. Además, a requerimiento de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), ha solicitado la creación de un plan de emergencia que servirá de hoja de ruta y recogerá las medidas que habrán de adoptarse en caso de que el nivel de las reservas empeore.

48,9% Las reservas, 16 puntos por debajo de los últimos 5 años

Las reservas de agua encaran 2018 bajo mínimos. El último parte semanal de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) lo confirma: los embalses están al 48,9%, alrededor de 16 puntos por debajo del porcentaje medio del último lustro, y no llueve. Aunque en el último mes han recuperado unas décimas, la situación sigue siendo realmente complicada, ya que, semana tras semana, el volumen de agua embalsada arroja datos insólitos para el periodo 2012-2017 (hace justo un año estaba al 64,8%). Los 3.732 hectómetros cúbicos de estos últimos siete días contrastan con los 4.364 de 2016, que hasta ahora marcaban el mínimo por estas fechas. Empeorar las marcas registradas en estos cinco años resulta especialmente significativo. Sobre todo si se tiene en cuenta que 2017 queda por debajo de 2012, un año muy seco.

España arrastra esta sequía desde hace ya años, de ahí que las dificultades sean cada vez mayores. Aunque la Confederación trabaja con predicciones a corto plazo que no permiten mirar más allá de unos días, el balance que deja 2017 no es nada alentador.

La propia Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha constatado que, en el caso de Zaragoza, este ha sido el otoño más seco de los últimos 40 años, ya que se han registrado menos de 18 litros por metro cuadrado, de media.

La aportación de agua a los embalses procedente del deshielo y las precipitaciones que se registren en los próximos meses serán claves para la próxima campaña de riegos. El propio presidente de la CHE, Raimundo Lafuente, confirma que si no llueve lo suficiente "habrá que ir a prorrateos" para garantizar el abastecimiento.

58,2% El turismo de pesca se resiente en Mequinenza

La sequía ha hecho que el turismo de pesca se haya resentido este año en el entorno del pantano de Mequinenza, que actualmente se encuentra al 58,2% de su capacidad. Aunque ha recuperado 15 puntos respecto a noviembre, mes en que estaba al 43%, el volumen de agua embalsada sigue sin alcanzar las cotas de otros años. En 2016 tenía 170 hm3 más.

22,1% Mediano, 299 hm3 por debajo de la marca de 2016

El embalse de Mediano, uno de los más representativos de la provincia de Huesca, ha cerrado el año al 22,1% de su capacidad. Actualmente almacena 96 hectómetros cúbicos de agua. No obstante, el último parte semanal de la CHE revela que ha perdido 299,4 respecto a 2016. Esto hace que haya que remontarse décadas para verlo tan vacío.

15,2% El Arquillo sufre y obliga a imponer restricciones

El pantano del Arquillo, perteneciente a la Cuenca Hidrográfica del Júcar (CHJ), deja atrás un año para olvidar. El agotamiento de las reservas obligó en noviembre a Teruel a recuperar pozos cerrados y a hacer sondeos en Escandón para buscar agua. La decisión se tomó cuando estaba al 16,6% de su capacidad. Actualmente no pasa del 15,21%.

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