Más de 1.200 menores aragoneses no van a clase con regularidad

Los programas y convenios puestos en marcha han permitido detectar un mayor número de casos de absentismo escolar.

Instituto de La Azucarera.
Un instituto aragonés.
Asier Alcorta

Faltar a clase de manera continuada. Este es uno de los problemas a los que se enfrenta el actual sistema educativo y que se está intentando controlar desde los Ejecutivos autonómicos. En Aragón, durante el curso pasado se detectaron 1.216 casos de absentismo escolar. Esta cifra es similar a la de un año antes (2015-2016), pero crece ligeramente si la comparamos con las de cinco años, cuando alrededor de 900 menores faltan a clase de manera reiterada. No obstante es necesario destacar que el volumen de aragoneses que no acuden a clase solo supone un 0,7% del total de matriculados.

Desde el Gobierno de Aragón reconocen que actualmente se registran más casos de absentismo, pero no por que los menores no vayan al colegio, “sino porque se realiza un seguimiento más exhaustivo”. El año pasado, el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza firmaron la renovación del convenio para dar continuidad al Programa para la Prevención del Absentismo Escolar. Asimismo, tal y como recuerdan desde el departamento de Educación, Cultura y Deporte, en los últimos tiempos se han ido adhiriendo un gran número de Comarcas y municipios, “hasta el punto en que prácticamente todo el territorio aragonés ha solicitado su adhesión o está interesado en ello”. “Todo esto permite que la detección sea mayor y, por lo tanto, se registren más casos”, enfatizan.

Además, este proyecto es cada vez más transversal. Ya no solo está coordinado desde el área de Educación, sino que también están presentes los departamentos de Sanidad y Ciudadanía y Derechos Sociales. “Se están aplicando medidas específicas de amplio alcance que, en muchas de las ocasiones, trascienden del ámbito estrictamente educativo, requiriendo de la participación y colaboración de otras instituciones con las que el sistema educativo comparte la responsabilidad de velar por los derechos de los menores”, puntualizan fuentes del Ejecutivo autonómico.

Este programa se lleva a cabo en todos los cursos de Primaria, Secundaria y FP básica. No obstante, también se trabaja de manera preventiva con aquellas familias del segundo ciclo de Infantil en las que se ya se han detectado otros casos de absentismo.

 

¿Cómo se detecta el absentismo? Existe un protocolo que determina el momento en el que el centro educativo debe comunicar a la Comisión de Zona la ausencia reiterada de un estudiante. Las cifras varían entre los 3 y los 16 días de faltas no justificadas, dependiendo del época escolar en la que se detectan y el nivel educativo en el que está matriculado el menor. Por ejemplo, los alumnos de Primaria no pueden faltar más de tres días sin justificar durante el primer mes de clases, mientras que esta cifra asciende hasta los 12 días si ya transcurrido todo el curso escolar. Lo mismo ocurre en Secundaria: 4 días durante el primer mes y 16 en todo el año. En el resto de trimestres se van marcando unos tramos intermedios.

Antes de que se produzcan todos estas faltas, el centro educativo debe intentar reconducir la situación. En el caso de que no se consiga y se llegue al límite marcado por el protocolo establecido, el caso pasa a la comisión de zona, que será la encargada de desarrollar un plan de intervención. Si la situación persiste, la comisión técnica de coordinación provincial será la encargada de derivar el caso a Servicios Sociales, Salud o Fiscalía de Menores; dependiendo de cuál sea la razón del absentismo.

Según los datos facilitados por el Gobierno de Aragón, de los 1.216 menores que habían faltado a clase más de lo debido, solo 189 tuvieron que ser trasladados a Fiscalía de menores, lo que supone un poco más de 15,45%. Estas cifras son ligeramente superiores a las registradas hace cinco años, pero desde el departamento de Educación señalan que se debe a que, tras los convenios firmados, se está consiguiendo que afloren problemas que anteriormente estaban ocultos.

La jornada continua reduce el absentismo

Una de las primeras apreciaciones realizadas por la DGA en su análisis sobre la implantación de la orden de tiempos escolares es que la puesta en marcha de la jornada continua ha servido para reducir los casos de absentismo escolar. De hecho, según han publicado algunos sindicatos, esta reducción del absentismo se produce en las últimas franjas del día, especialmente, entre los alumnos de Infantil y los pertenecientes a minorías étnicas en los cursos de 5º y 6º de Primaria.

No hay que olvidar que el departamento dirigido por Mayte Pérez puso en marcha la posibilidad de acogerse a una jornada continua en el curso 2016-2017 y, desde entonces, casi la mitad de los colegios aragoneses se han sumado a esta propuesta. Una cifra que seguramente seguirá creciendo en los próximos cursos en los centros escolares de Zaragoza, que son los que hasta ahora se han mostrado menos activos en este aspecto.

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