El trabajo en equipo: una asignatura pendiente para muchos alumnos aragoneses

Los estudiantes de 15 años de la Comunidad tienen mayor predisposición que la media española, pero solo el 5,6% son excelentes.

En el instituto del Picarral trabajan sin libros de texto y por proyectos.
El IES Picarral, uno de los institutos aragoneses en los que se trabaja en equipo.
IES Picarral

Hace quince años, trabajar en grupos durante el desarrollo de una clase era una experiencia que no se vivía en casi ningún colegio aragonés. De hecho, las asignaturas de Educación Física, Plástica o Música eran las únicas en las que se ponía en marcha algunas actividades de este estilo. Ahora, cada vez son más los centros escolares que apuestan por el trabajo en proyectos. Sin embargo, la tardanza en la puesta en práctica de estos métodos ha provocado que la mayoría de los adolescentes de Aragón no destaquen a la hora de resolver problemas en grupo. Así lo ponen en evidencia los últimos datos publicados por el informe Pisa: solo el 5,6% de los jóvenes de 15 años abordan estas cuestiones de manera excelente; un porcentaje por encima de la media española (4,3%) pero lejos de la media de los 52 países que participan en el estudio (7,9%).

“Uno de los mayores problemas para la educación en España y, por lo tanto, en Aragón es la falta de estabilidad de los métodos. Si cada cuatro u ocho años estamos cambiando las leyes educativas, no podemos pretender que nuestra educación sea sobresaliente”, lamenta Alfonso Zafra, representante de CSIF. Asimismo detalla que para que los alumnos puedan trabajar en equipo son necesarias aulas con más espacio, más docentes para desdoblar los grupos y una mejor valoración del profesorado. “Ante la falta de todo ello, muchos centros no pueden aplicar esta metodología o solo lo hacen en asignaturas con menor peso horario como Educación Física o Música”, lamenta.

 

No obstante, desde el Gobierno de Aragón están intentando impulsar la innovación en las aulas y el trabajo por proyectos. Prueba de ello es el colegio Ramón y Cajal de Alpartir, que desde 2015 se convirtió en ejemplo de este tipo de funcionamiento. De hecho, el informe publicado por Pisa se desarrolló ese curso, por lo que no sería extraño que los resultados de los alumnos aragoneses hayan mejorado en estos dos años. Además, la puesta en marcha del proyecto de tiempos escolares también lleva aparejada en algunos casos la implantación del trabajo en equipo. Todo ello muestra el carácter innovador del actual Ejecutivo autonómico, aunque todavía quedan muchos pasos por dar.

“Los colegios de Infantil y Primaria cada día está más adaptados a esta metodología, pero en el caso de los institutos todavía hay muchos problemas”, señalan desde el equipo directivo del IES Picarral. Desde su punto de vista es necesario que se realicen algunos cambios en la normativa y se deje de ver el trabajo por proyectos como algo más propio de edades infantiles; ya que los beneficios que aporta para el alumnado son numerosos. De hecho, este centro, que se puso en marcha el año pasado, se caracteriza por no llevar libros de texto y por dedicar un mes cada trimestre al trabajo en equipos.

Los mitos son los protagonistas del primer proyecto del curso de los alumnos de 2º de ESO. “Abordamos esta cuestión desde todas las asignaturas: Historia, Geología, Inglés, Plástica, Lengua...”, señala. Para ello, las clases se dividen en grupos de cuatro personas, cada una de ellas con un rol diferente: el timonel es el encargado de organizar el trabajo y distribuir las tareas; el aduanero es el responsable del orden y la limpieza; el corresponsal debe mantener la comunicación con el resto de grupos, el profesor y con agentes externos y el interventor es el que completa los registros diarios y coordina los plazos de entrega.

El objetivo de esta forma de trabajo es que los alumnos participen de manera directa en su aprendizaje. “Les obliga a colaborar con otros compañeros, tienen conflictos, los resuelven... La intención es que comprendan cómo será la vida real, ya que en cada proyecto cambian de compañeros y de rol, teniendo que adaptarse a diferentes circunstancias”, recalcan desde este centro. Una opinión que también comparten desde los sindicatos: “Con el trabajo en equipo escuchan diferentes ideas, aprenden a respetar aquellas que no son iguales a las suyas, suman posiciones, ceden...”. Por ello, Zafra apuesta por que se trabaje para lograr que todos los centros ofrezcan estas posibilidades, “en muchos casos seguimos con la educación del siglo XIX en vez de avanzar a la del XXI”, lamenta.

Trabajar en equipo es positivo

De hecho, la mayoría de los adolescentes consultados (73,8%) reconocen que las decisiones tomadas en grupo son mejores que las individuales. Asimismo, este informe, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pone en relieve que los alumnos aragoneses son conscientes de que el trabajo en equipo incrementa su propia eficacia (70%) y que el 68,2% prefieren formar parte de un equipo que trabajar en solitario. Todo esto demuestra que las intenciones de los estudiantes de Aragón son incluso mejores que las de los países con mejores resultados, por lo que lo único que necesitan es que en el aula se les de la oportunidad de aprender a resolver problemas en equipo.

 

En la actualidad, la capacidad de los aragoneses para resolver problemas de manera conjunta llega hasta los 499 puntos, tres por debajo de la media española y uno por encima de la OCDE. Singapur y Japón son los países con puntuaciones más altas: 561 y 552 respectivamente.

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