Alcubierre: ¿Vivió Robin Hood en Los Monegros?

La tradición popular ha alimentado su versión más romántica y muchos creen que fue una especie de Robin Hood, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, algo que la historia desmiente.

El cabezudo 'Cucaracha' departe con Alberto Lasheras, estudioso concienzudo de la historia local de Alcubierre.
El cabezudo 'Cucaracha' departe con Alberto Lasheras, estudioso concienzudo de la historia local de Alcubierre.
Patricia Puértolas

Mariano Gavín Suñén (1838-1875), apodado ‘El Cucaracha’, nació en la localidad de Alcubierre. El paso del tiempo ha dulcificado la imagen del personaje, a quien ha llegado a considerarse el Robin Hood aragonés. La realidad fue otra, alejada de esa visión romántica que predomina en los cuentos, obras teatrales o audiovisuales creados alrededor de la figura del popular forajido.

Así lo explica Alberto Lasheras, natural de Alcubierre, que ha invertido miles de horas en estudiar la historia del municipio. Mariano Gavín Suñén vivió "una corta pero intensa carrera criminal, en la que junto a sus compinches llevó a cabo decenas de robos, asaltos, secuestros y extorsiones", señala. En 1870 se echó al monte y tan solo cinco años después murió en Lanaja durante una emboscada. Alcubierre fue escenario de algunas de sus más sonadas fechorías. Entre ellas destaca el secuestro del terrateniente Juan Ruata, por el que obtuvo un gran rescate: 7.000 duros de plata, "toda una fortuna", indica Alberto.

Alcubierre: ¿Vivió Robin Hood en Los Monegros?

"Ante semejante botín, nada le costaba repartir algunas monedas entre familiares o amigos necesitados, lo que puede explicar la comparación con el héroe inglés, Robin Hood, de cuya existencia real existen muchas dudas", explica Alberto. Hay otros elementos que han contribuido a la leyenda del ‘Cucaracha’, todos asociados al propio fenómeno del bandolerismo, en el que sus personajes son vistos como hombres que luchan contra el sistema establecido, acercándose a los ideales del pueblo y elevándose como símbolos de resistencia.

A la fama del bandolero también contribuyó su habilidad para escapar de las fuerzas del orden, sirviéndose del paraje natural más importante de Los Monegros: la sierra de Alcubierre, que conocía al dedillo, ya que había sido su lugar legal de trabajo en dos ocasiones. Primero como repatán, conduciendo un rebaño de ovejas y cabras, y después fabricando carbón vegetal; esta segunda tarea explica su apodo, ya que la faena mantenía su rostro tiznado de negro.

Amor por la historia

Aunque su profesión sea otra, Alberto Lasheras –que es concejal en el Ayuntamiento– siempre ha sido un enamorado de la historia. Ha buceando en documentos y periódicos de la época, buscando referencias de su localidad natal, amén de conversar e intercambiar escritos con descendientes directos de los protagonistas de la vida de Alcubierre. Junto a su hermano Fernando dirige una empresa dedicada a la fabricación de chimeneas, hornos o barbacoas; son la cuarta generación que trabaja con las manos... y también con la mente. De hecho, su padre –Lorenzo– era conocido por su inteligencia y creatividad. Por ejemplo, diseñó dos ingeniosos instrumentos de trabajo: una poderosa aventadora para el cereal y un remolque capaz de descargar sin bascular. "Ahora, con el paso del tiempo, te das cuenta de que tenía una mente privilegiada", dice Alberto, heredero de esa inquietud que se requiere para aprender.

A tal nivel ha llegado su afición, que es autor de artículos y textos publicados en medios de comunicación, y ejerce como guía de uno de los enclaves más destacados de Los Monegros, la Cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes (Sariñena), lugar que también guarda relación con ‘El Cucaracha’. Alberto ha descubierto recientemente que el forajido extorsionó a Bernabé Juan Romeo, promotor de un fallido balneario en el citado enclave. El proyecto no prosperó.

Comparsa de cabezudos

En Alcubierre, tanto niños como adultos conocen bien la historia del popular bandolero, el más famoso de Aragón, cuya figura ha vivido un importante resurgir en los últimos años. De hecho, es el protagonista de un cómic creado por Saúl Irigaray y del primer largometraje de animación aragonés, obra de Héctor Pisa y Juan Alonso. Ambos productos han apostado por la visión más romántica del personaje.

Por otro lado, y desde hace dos años, ‘El Cucaracha’ forma parte de la nueva comparsa local de cabezudos; creada a través de un taller vecinal impulsado por Juan Roldán, que consta de seis figuras. Entre ellas destaca otro personaje local, ‘La Vieja Remolona’, que hace referencia a una singular tradición celebrada cada tercer miércoles de Cuaresma. Durante esta jornada, los niños recorren las calles portando un muñeco de trapo que tiene la apariencia de una abuela, y que confeccionan sus progenitores. Puerta a puerta, entonando una antigua canción, recogen todo tipo de productos, especialmente dulces, que después comparten en una gran merienda. ‘La Vieja Remolona’ representa el largo invierno, que se resiste a marchar; los niños son lo nuevo, la primavera, según explica Alberto, que ha hallado un acto similar en una localidad de Almería.

De Karpov a David Antón: una lista de once ajedrecistas de gran prestigio y calidad humana

El subcampeón de Europa, David Antón, fue el invitado en la última edición del Torneo Internacional de Ajedrez de Alcubierre. La actividad, que se inició hace 11 años, ha conseguido atraer a los mejores jugadores del mundo. La lista es espectacular: Anatoly Karpov, Boris Spassky, Francisco Vallejo, Veselin Topalov, Ljubomir Ljubojevic, Jan Timman, Miguel Íllescas, Nigel Short, Ruslan Ponomariov y Yifan Hou. Todos han pasado por el salón rosa de la localidad, donde han compartido tablero con aficionados y profesionales, a los que han contagiado su pasión por este deporte, demostrando además una gran calidad humana. A nivel nacional es un caso excepcional: ninguna otra población del medio rural puede presumir de semejante cartel de figuras internacionales. Para lograrlo, el alcalde Álvaro Amador y sus habitantes –alrededor de 400 personas– cuentan con dos grandes aliados, los periodistas Jesús Boyero, natural de Alcubierre, y Leontxo García. El vasco, que nunca ha faltado a la cita, es maestro FIDE de Ajedrez y Premio Nacional de Ajedrez 2008.

Un torre mudéjar de tres alturas y un retablo recreado por el conocido artista Julio Luzán

Dentro del patrimonio histórico y artístico de Alcubierre hay una referencia de clara relevancia: la iglesia de Santa Ana. Se trata de un espléndido ejemplo del mudéjar existente al norte del río Ebro, más bien escaso. Del conjunto monumental, destaca su torre, que recuerda a los antiguos alminares tunecinos y que data de la segunda mitad del siglo XVI. Tiene tres cuerpos de planta cuadrada, que van disminuyendo en altura y anchura a medida que se eleva. La decoración exterior está realizada en ladrillo y forma diferentes figuras geométricas: paños de rombos, frisos de esquinillas y almohadillados. La iglesia se construyó con ladrillo, tapial y yeso. En su interior, luce una hermosa recreación del antiguo retablo, que fue donado por el X Conde Sástago en el año 1700 y que, por desgracia, fue pasto de las llamas durante la Guerra Civil. Inaugurada en 2011, la mentada recreación es obra del artista Julio Luzán, que utilizó 8.500 kilos de madera de pino y por supuesto, miles de hojas de pan de oro, lo que permitió recrear la belleza del genuino, una auténtica joya del barroco. En el templo, sobreviviendo a los avatares de la historia, se conservan dos candelabros de plata de 1659.

LOS IMPRESCINDIBLES

Artesanos del dulce

En Alcubierre existen dos obradores de larga tradición, que elaboran deliciosos productos artesanales; Hermanos Berdún y Valero. Sus creaciones más populares son los farinosos, los turrones de mazapán y las pastas de almendra.

Ermita de San Caprasio

En lo alto de la sierra está la ermita de San Caprasio, a la que acuden en romería los vecinos desde su construcción, fechada en el año 1276. En este paraje, además del templo, fueron habilitadas unas cuevas para ermitaños.

Ruta Orwell

Durante la Guerra Civil, el escritor inglés George Orwell –que combatió en el bando republicano– fue destinado a la posición de Monte Irazo, en la sierra de Alcubierre, donde se han recuperado trincheras, pozos de tirador y parapetos.

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