"Si prenden los 80.000 litros de gasoil que había debajo de los contenedores morimos todos"

Los vecinos afectados por el incendio de la calle Pintor Marín Bagüés hablan de llamas de "más de 15 metros" y un "miedo terrible". El viento hizo que el fuego se extendiera con celeridad y quemara por completo dos furgones.

Las altísimas temperaturas han roto el cristal blindado de la carnicería de Sergio Lahoz, pero las llamas no han entrado en el local y ha podido abrir su negocio.
Las altísimas temperaturas han roto el cristal blindado de la carnicería de Sergio Lahoz, pero las llamas no han entrado en el local y ha podido abrir su negocio.
José Miguel Marco

La quema de cuatro contenedores en la esquina de las calles Pintor Marín Bagüés y Canal Imperial esta madrugada ha sacado de la cama y echado a la calle a cientos de vecinos, que han contemplado atónitos como llamas de "más de 15 metros" arrasaban por completo un furgón industrial y una monovolumen y causaban graves daños en una carnicería y una agencia inmobiliaria. Por fortuna, nadie ha resultado afectado por el fuego o intoxicado por el humo. Pero como algunos de los residentes reconocían esta mañana las consecuencias podían haber sido fatales.

"Si prenden los 80.000 litros de gasoil que había justo debajo de los contenedores morimos todos", indicaba José Luis Amesti, vecino del 1º B del inmueble afectado por el incendio. Corroboraba sus palabras el propio administrador de la finca, Jorge Ramos, quien explicaba que "la boca del depósito que alimenta las calderas está situada justo al lado de los contenedores quemados". "No es fácil que prenda el gasoil, pero con las llamas que ha habido aquí podía haber pasado cualquier cosa", añadía, mientras hacía una primera valoración de daños para presentar la correspondiente denuncia en comisaría.

El fuego cogió a muchos de los vecinos en la cama. "Yo estaba terminando de ver el partido de fútbol de la Sub 21 cuando he escuchado una serie de explosiones en cadena. He subido rápidamente la persiana y me he encontrado con las llamas en la cara", aseguraba José Luis Amesti, todavía con el miedo en el cuerpo. "Llamamos a los bomberos -añadía-, pero nos dijeron que ya estaban avisados y venían de camino". Como tantos otros, este hombre optó bajar a la calle. Su mujer, asustada, prefirió quedarse con otras vecinas en la escalera.

Las altísimas temperaturas hicieron que las baldosas de la fachadas saltaran "como palomitas de maíz". En los bajos del edificio, frente a los contenedores, se encuentra la carnicería de Sergio Lahoz, a la que ha salvado el cristal blindado. "Se ha rajado por completo y habrá que cambiarlo, pero me han dicho los bomberos que si no hubiera tenido un cristal de seguridad los destrozos podrían haber sido importantes", comentaba este miércoles. El carnicero no vive en la finca, pero los vecinos le llamaron en plena noche para avisarle. "Cuando he llegado, la gasolina corría por la calle, los furgones eran dos bolas de fuego... Parecía una película de miedo", confesaba.

Mientras los afectados valoran los daños e intentan reponerse del susto, la Policía trata de averiguar quién puede estar tras esta quema. Hasta el momento, no se han practicado detenciones.

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