Robres: "dramas y comedias tras la cuarta pared"

El aclamado Teatro de Robres y el rescatado dance local conforman una doble apuesta interpretativa que ha puesto a la localidad en el mapa aragonés de estas dos disciplinas.

Carlos Lacruz, José María Val y el director de la compañía de Tetro de Robles, Luis Manuel Casáus.
Carlos Lacruz, José María Val y el director de la compañía de Tetro de Robles, Luis Manuel Casáus.
Patricia Puértolas

Hace 29 años, un hombre y 17 mujeres que jamás habían pisado un escenario interpretaron una de las obras más conocidas del poeta, escritor y dramaturgo Federico García Lorca (1898-1936), ‘La Casa de Bernarda Alba’. El estreno, que tuvo lugar en el colegio Salesiano de Huesca, superó las expectativas y para complacer al público, llevaron a cabo otras tres representaciones.

Así se resume el primer capítulo de la larga y célebre vida del Teatro de Robres, la compañía de actores aficionados más premiada de Aragón. Nació en el año 1988, y en la actualidad sigue gozando de una excelente salud. Aquellas 17 mujeres eran integrantes de la asociación local de amas de casa y al frente del reparto, estaba el único hombre, Luis Manuel Casáus, alma mater y director de la compañía. Al volver la vista atrás, este entusiasta del teatro destila orgullo. Y no es para menos. A lo largo de estas casi tres décadas, el Teatro de Robres ha cosechado grandes éxitos y sumado decenas de premios. Por ejemplo, en la capital oscense, han actuado en 63 ocasiones y en todas ellas, han colgado el cartel de completo. También han estado en Alicante, Madrid, Soria o Francia.

Video:Robres dramas y comedias tras la cuarta pared
 

De origen, el objetivo era modesto. "Dinamizar la vida cultural de la localidad de Robres, ya que los pueblos carecían de actividades y en ese momento, nos pareció un proyecto asumible", explica Luis Manuel. Para ello, el entonces alcalde, José María Val, organizó una reunión en el consistorio y de allí surgieron dos nuevas iniciativas: el Teatro de Robres y la revista local ‘El Pimendón’. Ambas siguen vigentes gracias a la implicación de los vecinos del municipio, que suma alrededor de 500 habitantes. Del conjunto, niños, jóvenes y mayores han formado parte de alguno de los 20 montajes llevados a cabo por la formación teatral, que, al mismo tiempo, ha ido ganando músculo con acertados incorporaciones, entre ellas, destaca la llegada de la actriz Inma Cáceres.

Lorca, referente

A lo largo de estos años, la compañía ha ido cumpliendo nuevos sueños, entre ellos, uno muy personal de su director: llevar en cartel tres obras de Federico García Lorca (’La casa de Bernarda Alba’, ‘Yerma’ y ‘Bodas de sangre’). "Ha sido un reto y, al mismo tiempo, una enorme satisfacción, ya que son piezas de gran sensibilidad, que están cargadas de poesía y que logran emocionar al público. Nadie como el escritor granadino ha sabido llegar al alma del ser humano", declara Luis Manuel.

Todas las piezas han sido representadas en su escenario fetiche, el Santuario de Magallón, que aun estando fuera del municipio es el lugar al que con más devoción peregrinan los vecinos de Robres. El templo, que está ubicado en la sierra de Alcubierre, forma parte del término municipal de Leciñena; hasta allí acuden en romería el último domingo del mes de mayo. "Nunca faltan aquellos que se desplazan andando", dice Luis Manuel. La distancia es considerable, 22 kilómetros. Ahora bien, el esfuerzo merece la pena, pues permite disfrutar de una de las señas de identidad de la localidad, el dance, recuperado de forma definitiva en 1982.

Dance completo

El dance de Robres es uno de los más completos de Aragón, ya que conserva las mudanzas, dichos y motadas y además, la parte teatral, integrada por la pastorada entre mayoral y rabadán así como por la lucha entre moros y cristianos, que tiene su correlación en el Ángel y el Demonio. En el reparto hay dos personajes como muchas tablas, los generales de los ejércitos cristiano y turco, interpretados por Carlos Lacruz y José María Val; ambos también forman parte del Teatro de Robres. "A mí me fichó Luis Manuel, después de verme en la actuación del dance", explica Val. Viéndolo actuar es comprensible. Se trata de un hombre enérgico y carismático, que, según dice, seguirá sumando, ya que "formar parte de ambos grupos es motivo de satisfacción y orgullo". A su lado, Lacruz asiente al explicar que la compañía teatral constituye "una pequeña familia, que nos ha unido más como pueblo y que nos ha dado muchas alegrías".

Todavía hay más por llegar. La compañía está centrada en el reestreno de otro de sus éxitos, ‘El florido pensil’; además, se trabaja en la continuidad del festival de la oralidad, que lleva 16 años y cuenta con compañías de gran prestigio, "todo un lujo para el medio rural", señala Luis Manuel. Animado por este éxito, persigue nuevos retos como un museo de la compañía y un auténtico corral de comedias. "Un espacio acogedor, que invite a disfrutar del teatro", señala. Los antecedentes respaldan su apuesta; basta recordar el éxito de los montajes realizados en el santuario de Magallón, un lugar ligado al Teatro de Robres y por supuesto, a su pasión por Lorca.

Un centro para conocer mejor el desarrollo de la Guerra Civil dentro de Aragón

A lo largo del año, cientos de personas pasan por el centro de interpretación de la Guerra Civil en Aragón existente en Robres. El espacio, gestionado por el área comarcal de Turismo, abrió sus puertas en julio de 2006 y está situado en el edificio de las antiguas escuelas. En sus salas, el visitante encuentra objetos, recortes de prensa, paneles explicativos e imágenes del periodo de la República, la Guerra Civil y el franquismo, que se completan con un audiovisual; todo tiene el objetivo de ayudar a comprender mejor los hechos acontecidos durante el pasado siglo XX. Para ello es recomendable acceder además a los vestigios de la contienda recuperados en la sierra de Alcubierre, donde está situada la conocida ruta Orwell, que cada año incrementa el número de visitantes. El centro de interpretación ha visto crecer el material disponible gracias a nuevas donaciones; entre ellas llaman poderosamente la atención una máscara antigás y una bomba de aviación, así como una colección de diez fotografías tomadas en Monteoscuro y captadas por el combatiente Lorenzo Latorre en 1937.

Julio Maza crea un museo etnológico para mostrar los usos y costumbres de sus antepasados

La localidad de Robres acaba de sumar un nuevo atractivo turístico gracias a la iniciativa de un vecino, Julio Maza, que ha creado un gran museo de carácter etnológico. La colección es enorme, con piezas dedicadas a la agricultura, el ovino, las puertas y los llamadores, la electricidad, el hogar, la matacía, la infancia y por supuesto, todo tipo de oficios típicos del ambiente rural, como herrero, zapatero, carnicero o panadero. Del conjunto, su propietario destaca una colmena de caña elaborada por su padre, que falleció hace más de 40 años, así como otros objetos relacionados con la historia local; es oportuno señalar la relevancia de varios aperos utilizados por los profesionales del campo, así como utensilios vinculados a uno de los productos más cotizados y tradicionales de ésta y otras muchas zonas de Aragón, el vino. También pueden admirarse piezas procedentes de diversas viviendas del municipio, que han querido aportar a la causa sus tinajas, planchas, pucheros, palas de horno o calderos. Maza comenzó su colección siendo un crío: de hecho, según explica, las primeras piezas que guardó fueron los clavos de hierro que aparecían en los maderos de las antiguas casas.

LOS IMPRESCINDIBLES

Ruta hasta La Pajera

Robres está situada a los pies de la sierra de Alcubierre, que cuenta con atractivas rutas para la práctica de la BTT; entre ellas brilla el ascenso hasta el refugio de La Pajera, que se hace en muchas de las pruebas organizadas en la zona.

Centro deportivo

La localidad cuenta con un completo centro deportivo, que incluye la única piscina climatizada de Los Monegros. Para su financiación, el consistorio se sirvió de los ingresos derivados del parque eólico situado en suelo público.

Fiesta de la Vendimia

La celebración, que incluye el pisado tradicional de la uva, tiene el objetivo de recordar la tradición vinícola del municipio, valorar en su justa medida el trabajo de los productores locales y ratificar la elevada calidad de sus caldos.

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