El hospital San Juan de Dios estrena un servicio de atención a pacientes en su domicilio

Profesionales sanitarios, enfermos y familiares coinciden en que una vez tratado y estabilizado en el hospital, donde mejor se encuentra el paciente es en su domicilio. De acuerdo a estas directrices, el centro San Juan de Dios de Zaragoza estrenó hace unos meses un programa pionero de Continuidad Asistencial y Soporte Avanzado (CASA), con el que se ofrece atención remota avanzada en el domicilio a personas que necesitan un seguimiento temporal, una vez superada la fase aguda de su patología, o a aquellas que precisan de cuidados paliativos.

En total, en los pocos meses que lleva en funcionamiento, ya se han beneficiado de esta iniciativa cerca de 300 pacientes (normalmente mensualmente se hace un seguimiento de unos 80). Y el objetivo es poder extenderlo también a enfermos crónicos. Ya se está haciendo un estudio para evaluar su impacto económico y social.

Pero, ¿cómo funciona este servicio? Cuando el facultativo del hospital San Juan de Dios considera que el paciente ya ha recibido el tratamiento adecuado en la fase aguda de la enfermedad y puede hacerse un seguimiento desde su domicilio, el equipo de CASA entra en funcionamiento e intenta ante todo atender las necesidades de cuidado del enfermo. En unos casos, su función consiste en comunicarse con el médico o enfermera del centro de salud de referencia y explicarle que el paciente ha estado ingresado y que ha recibido el alta, así como su estado de salud actual.

En otros casos, la atención se hace a través de los Equipos de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD), más enfocados a los cuidados paliativos. En todas las situaciones, los profesionales de este proyecto hacen un seguimiento del paciente y se comunican con él o sus cuidadores con una periodicidad que varía según el estado de salud de la persona. "Lo que se intenta es cubrir las necesidades de cuidado del paciente, por ejemplo, si cuenta con sonda o precisa de oxígeno en el domicilio", asegura Irene Aznar, una de las enfermeras del proyecto.

En la mayoría, la continuidad asistencial suele prolongarse durante quince días, pero en los cuidados paliativos "depende de la evolución del paciente", según explica la profesional.

El personal involucrado destaca los "múltiples" beneficios de esta iniciativa para el enfermo desde el punto de vista humano, social y asistencial. Recuerda que este contacto directo mejora la calidad de la atención y favorece la continuidad del tratamiento en su lugar de residencia.

"El trabajo de este equipo va más allá del simple contacto con el paciente o familiar y la inclusión de datos en la plataforma informática, ya que los profesionales llegan a establecer una relación de confianza y familiaridad que añade un valor más a esos cuidados", destacan desde el hospital San Juan de Dios. Pero, además, el seguimiento continuado ayuda a reducir el número de ingresos en las urgencias y los traslados innecesarios a los centros sanitarios que tantos trastornos pueden generar a los enfermos.

Proyectos como este son muy necesarios, sobre todo, en una población envejecida como la aragonesa, donde se multiplican las personas con enfermedades crónicas o pluripatológicas (con varias patologías). Este es un proyecto novedoso, ya que la Comunidad aragonesa puso en marcha una experiencia piloto hace unos años, pero desde el punto de vista de la hospitalización domiciliaria.

No en vano, el pasado mes de junio, el consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sebastián Celaya, explicó en las Cortes que la iniciativa puesta en marcha en marzo del año 2015 en el Royo Villanova de Zaragoza y Alcañiz (Teruel) resulta "bastante cara". De hecho, los responsables sanitarios apostarían por una atención domiciliaria apoyada en la Atención Primaria.