Alrededor del 15% de los aragoneses que se casan lo hacen por segunda o tercera vez

La edad habitual para contraer matrimonio por segunda vez varia de los 35 a los 50 años. Aunque hay casos en edades más peculiares.

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Una buena planificación comienza un año antes de la boda.

Segundas partes nunca fueron buenas. Este dicho tan extendido en el mundo audiovisual parece que no tiene cabida en el plano amoroso; ya que casi el 15% de los matrimonios que se constituyen cada año en Aragón son de segundas nupcias. Unas bodas que se celebran con la misma ilusión o incluso más que en la primera ocasión. “Las personas que vienen de segundas o terceras nupcias, generalmente lo hacen con más ilusión que los veinteañeros. Debido a su experiencia previa, están más seguros y concienciados del paso que van a dar”, explica Isabel Palacín, de La Bodista, una empresa que se dedica a la organización de este tipo de eventos.

César, casado por segunda vez, confirma esta sensación; aunque reconoce que en un primer momento sintió miedo. “La primera sensación que tuve cuando pensé en casarme de nuevo fue miedo, miedo a equivocarme; sin embargo, esto no me paralizó y se lo propuse a mi mujer”, asegura este zaragozano. Una vez tomada la decisión, la ilusión y los nervios previos a una boda no tardaron en llegar. “El miedo desapareció en el momento en el que comenzamos a preparar la boda. Una mucho más íntima, con un planteamiento diferente debido a nuestra madurez”, recuerda. No hay que olvidar que en la primera ocasión apenas tenía 22 años; mientras que en esta ya contaba con 37.

“El objetivo de esta boda es disfrutar con la familia y celebrar una unión que sabes que merece la pena. Ya no buscas quedar bien con la gente, ni contentarlos; sino ser tu mismo”, recalca. En su caso, optó por una ceremonia pequeña, de unas 40 personas. Además, decidieron casarse en un refugio de montaña en Navarra, donde ambos se conocieron. “No tuvimos un restaurante al uso; así que optamos por productos de la zona: un menú elaborado a base de ternasco, chistorra, queso y pacharán. También montamos un escenario y una carpa para la fiesta posterior”, recuerda.

Como César, muchos son los aragoneses que siguen confiando en el amor y que apuestan por sellar este nuevo compromiso; en una celebración con grandes diferencias a la primera; pero también con algunas similitudes. “Suelen ser bodas entre personas más mayores, de entre 35 y 45 años, y son más auténticas”, explica Palacín. Asimismo, puntualiza que en estos casos, la pareja ya no está tan condicionada por las familias y tienen muy claro qué es lo que quieren hacer. Una percepción que también tienen desde Love Story, otra empresa aragonesa dedicada a la planificación de bodas: “Los novios primerizos tienen muchas dudas, pero lo que ya se han casado tienen claro lo que buscan: bodas con muchos detalles, más emotivas y más desenfadadas, sin hacer mucho hincapié en los protocolos habituales".

Asimismo, ambos coinciden en que se busca una boda más íntima, es decir, con un menor volumen de invitados. “Si en un primer enlace se suele tener entre 100 y 200 invitados; las personas que toman la decisión por segunda vez apuestan por entre 50 y 100; aunque siempre hay excepciones”, reconoce Palacín. Las lunas de miel también tienen un toque diferente: “Son más mayores y ya han hecho grandes viajes a lo largo de su vida; por lo que se tienden a decantar por viajes por España y, en muchas ocasiones, acompañados por los hijos”.

Por el contrario, hay cuestiones que nunca cambian: el vestido de la novia. “Aunque puede parecer que los de corte princesa son más utilizados por las novias primerizas; esto no es del todo real. La mayoría de las segundas nupcias con las que he trabajado, siguen eligiendo este estilo. Ejemplo de ello es una que tuve este verano, en la que ella se casaba por tercera vez. Iba como si fuera una verdadera princesa, muy ilusionada y enamorada”, subraya Palacín.

Casado dos veces antes de los 30

A pesar de que la mayoría de las personas que deciden contraer segundas nupcias lo hacen con una edad comprendida entre los 35 y 50 años; existen casos muy diferentes. Ejemplo de ello es que, según los datos publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2015 (último año del que se tienen cifras totales), una veintena de aragoneses se habían casado por segunda vez antes de cumplir los 30 años. Asimismo, un total de 161 personas lo hicieron con más de 60 años. Por lo que se entiende que la edad no es un determinante en el amor ni en el desamor.

Por provincias, Zaragoza es la que que cuentan con un mayor porcentaje de segundas nupcias, en concreto, un 15%. Por su parte, en Huesca esta cifra se reduce al 14,04% y en Teruel al 11,80%. Debe de ser que los habitantes de la ciudad del amor aciertan a la primera o no se arriesgan a un segundo tropiezo.

Nupzial, una feria por y para los novios

Este fin de semana tiene lugar en Zaragoza una feria específica para aquellas personas que están preparando su boda: Nupzial. Este evento, que suele aglutinar a miles de parejas aragonesas, se celebra por undécima vez en la Feria de Muestras de la capital aragonesa.

Durante estos días, los visitantes del certamen podrán conocer, de primera mano, las ideas más atrevidas, los diseños más especiales y vanguardistas y aquellos detalles marcados por la originalidad y la distinción que hacen que todo sea perfecto para un día tan especial. Por ejemplo, habrá empresas dedicadas a las decoraciones temáticas, photocall, candy bar, fotografía, restaurantes, joyería, complementos y trajes para los novios y los invitados más relevantes, como la madrina y el padrino.

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