¿Estamos preparados para una amenaza bioterrorista?

Zaragoza se convirtió en el escenario de la primera edición del encuentro sobre bioterrorismo en el que se dieron cita profesionales de toda España.

Capitán enfermera Gema Colmenar Jarillo, secretaria de Estudios de la Escuela Militar de Sanidad de Madrid
Capitán enfermera Gema Colmenar Jarillo, secretaria de Estudios de la Escuela Militar de Sanidad de Madrid
C.I.

¿Qué es un ataque bioterrorista? Se trata de un tipo de incidentes no convencionales, también denominados NBQ (Nuclear, Biológico y Químico), que plantean una serie de retos organizativos y procedimentales para el personal de intervención. Por eso, la formación constante y la investigación son fundamentales para estar preparados ante un posible ataque de estas características.

Así lo aseguraba la capitán enfermera Gema Colmenar Jarillo, Secretaria de Estudios de la Escuela Militar de Sanidad de Madrid, durante la celebración de la I Jornada universitaria sobre bioterrorismo organizada por la Universidad San Jorge, en colaboración con el Hospital General de la Defensa de Zaragoza y la colaboración del 112 SOS Aragón.

Colmenar es especialista en Defensa NBQ y doctorando en Bioterrorismo. “Se trata de una amenaza que parte de un individuo o un grupo de individuos que lo que hacen es diseminar agentes biológicos. De la mano de la muerte, la enfermedad o el miedo, tratan de lograr sus objetivos que pueden ser religiosos, políticos o ideológicos”, explica. “No hay que olvidar que el principal objetivo de los terroristas es destruir el espíritu de la sociedad”, indica.

Entre los ejemplos más sonados en nuestra historia reciente se encuentra el ataque bioterrorista de ántrax que se perpetró en 2001 tras los atentados del 11 S. “Se enviaron varios sobres con esporas de carbunco a oficinas, medios de comunicación y sedes gubernamentales. Estos hechos pusieron en jaque a todo un país como Estados Unidos y generó una psicosis en todo el planeta”, recuerda Colmenar. Por aquel entonces 22 personas resultaron infectadas y 5 de ellas perdieron la vida.

Sin embargo, advierte la experta, se trata de un tipo de ataques poco habituales y difíciles de ejecutar. “Una de sus peculiaridades radica en los agentes que lo causan así como el bajo coste de estos en comparación con los efectos que producen”, explica. “Tan solo con 1 euro de ántrax se puede devastar un kilómetro cuadrado”, añade. Por eso, una de las mayores peculiaridades de este tipo de ataque son “sus consecuencias imprevisibles desde el punto de vista social y económico”.

Además, asegura que es importante diferenciar un ataque bioterrorista de una guerra biológica. “El segundo se lleva a cabo por estados y su objetivo es provocar el mayor número de bajas posibles, por eso existe un convenio firmado por la OTAN que prohíbe el uso de agentes biológicos como arma”, asevera.

Y aunque en la actualidad contamos con diferentes mecanismos de defensa a la hora de dar respuesta a este tipo de amenazas, Colmenar asegura que lo más importante es la continua formación y el adiestramiento constante. “Si bien es cierto que es poco probable que ocurra, siempre existe una posibilidad por lo que nosotros tenemos que estar preparados”, concluye.

Durante dicha jornada, los asistentes fueron partícipes del aterrizaje de uno de los dos helicópteros del 112 que operan en Aragón, uno de los actos que reunió a un mayor número de personas en la plaza de Rectorado de la USJ.

Donde otros no pueden llegar

Cuando hablamos de otro tipo de emergencias, sobre todo referidas a accidentes de tráfico, búsquedas o traslados entre hospitales, el helicóptero del 112 es la referencia. Como parte de su equipo figura José Antonio Gallego, uno de los médicos, y Jessica Guillén, enfermera. “En cada salida somos cuatro tripulantes, incluyendo al piloto y el mecánico que siempre viajan con el personal sanitario, además del paciente que va tumbado en la camilla”, explica Gallego.

Este helicóptero, que tiene una autonomía de algo más de dos horas y media y alcanza los 300 kilómetros por hora, tiene una peculiaridad: ha de tener la capacidad de aterrizar prácticamente en cualquier sitio. De eso se encargan los pilotos. “Mi trabajo consiste en hacer una evaluación rápida desde el aire y decidir el lugar más adecuado para aterrizar teniendo en cuenta la seguridad de los ocupantes”, explica José Antonio Roca, quien destaca que este medio de transporte es capaz de llegar a sitios donde es imposible acceder, por ejemplo, en ambulancia.

Estos helicópteros llevan en acción desde el año 2000, y realizan entre 320 y 350 servicios al año, sobre todo en la época estival, cuando hay más horas de luz y una mayor actividad en núcleos turísticos como la montaña. “También realizamos un porcentaje importante de accidentes de tráfico, traslados sanitarios inter-hospitalarios y otros servicios en colaboración con 061”, concluye Miguel Ángel Clavero, Jefe de servicio de seguridad y protección civil del Gobierno de Aragón.

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