La biomasa dobla su producción en Aragón a pesar de las dificultades de varios proyectos

La planta de Ansó, una de las decanas en la Comunidad, cerró hace unos meses, lo que se suma a la espera de los proyectos de Forestalia.

Pellets acumulados en un fábrica soriana
Pellets acumulados en un fábrica
Mariano Castejón

Aragón lleva unos años posicionándose como una de las autonomías con mejor punto de partida en el mercado de la biomasa, una energía renovable que, con sus idas y sus venidas, es una de las más utilizadas por ejemplo en los países nórdicos.

La biomasa consiste en el aprovechamiento de los recursos forestales -tanto residuos de explotaciones como ramas o pellets- para generar energía por combustión o por transformación en otro tipo de combustible sustitutivo de los fósiles habituales. De ella se puede extraer energía calorífica para calentar comunidades de vecinos, residencias o colegios, como ya se hace en unos 150 edificios en la Comunidad, y también a mayor escala para generar electricidad por cogeneración tanto en industrias que pueden consumirla de forma autosuficiente como en grandes plantas cuya energía se vende a la red eléctrica.

Con un 33% de su superficie cubierta por monte arbolado, Aragón se sumó pronto a este sector abriendo fábricas de pellets público-privadas en Ejea o Ansó. Unas plantas que en muchos casos han acabado sufriendo las consecuencias de un sector que aún no estaba afianzado. La planta de Ansó, una de las decanas, cerró el pasado mes de abril por falta de demanda, y otras pequeñas industrias se sostienen como pueden, según explican fuentes del sector.

Sin embargo, esto no ha evitado que la biomasa se haya constituido ya como un sector con un peso relativamente importante en Aragón, “especialmente entre industrias que han instalado sus propios sistemas, más que entre el consumidor particular”, señala José Ignacio Ibáñez, presidente de Efenar Aragón, el Clúster de Eficiencia Energética en la Comunidad.

No en vano, a pesar de todas estas dificultades, la producción y el consumo de biomasa en Aragón se ha doblado desde 2012, según revelan los Boletines de Coyuntura Energética de la DGA. En concreto, el consumo final de biomasa en la Comunidad ha pasado de 153.000 toneladas equivalentes al petróleo (pet) hace cinco años a 294.000 en la actualidad, mientras que la potencia instalada también se ha duplicado, pasando a representar ahora la biomasa un 5% de todo el potencial renovable que hay en Aragón.

“La biomasa tiene futuro, eso nadie lo puede negar, pero es verdad que en un momento se dispararon todas las previsiones y quizá el mercado se rompió por ahí. También en el sector doméstico, donde las calderas de biomasa no han acabado de asentarse”, explica Ibáñez. Una muestra de esta devaluación es por ejemplo el precio de los pellets, la madera preparada para estas calderas, que ha pasado de costar 4,13 euros hace dos años el saco de 15 kilos a 3,69 en la actualidad.

Los macroproyectos de Forestalia, en punto de espera en Aragón pero avanzando en Castilla

Forestalia, la compañía aragonesa que ha revolucionado el mundo renovable nacional ganando sendos concursos para instalar nuevos parques eólicos y también fotovoltaicos, lleva desde hace tres años intentando posicionarse también en el mundo de la biomasa, aunque de momento sus proyectos en la comunidad no hayan avanzando demasiado.

El más ambicioso de todos ellos es el que planea en Monzón, donde está previsto que se instale una planta de 170 megavatios para generar energía. El proyecto, que iba a ser uno de los más grandes de España en su campo, pronosticaba cerca de 240 puestos de empleo entre directos e indirectos. Sin embargo, sus permisos medio ambientales por parte del Inaga fueron recurridos por Ecologistas en Acción y grupos de vecinos montisonenses, que consideraban que la instalación de la planta en las cercanías de la ciudad podría acarrear problemas. Actualmente, y tras una última revisión de oficio por parte del Inaga que prohíbe a la compañía usar cultivos energéticos para su quema -se preveía en el proyecto la creación de plantaciones propias- fuentes de Forestalia explican a Heraldo.es que se está valorando cómo cambiar el modelo de negocio de la planta.

Además, en Zuera, donde iba a levantarse una planta similar, también se han dado problemas de compatibilidad urbanística, mientras que en Erla, donde Forestalia ya tiene unas instalaciones, se están ampliando las mismas pero para crear una fábrica de pellets. Desde la compañía informan que confían que esté en marcha a comienzos de 2018 y dé empleo a unas veinte personas.

Así las cosas, desde Forestalia reconocen que a día de hoy, y dadas las dificultades, los proyectos de biomasa que también tienen en Castilla y León, donde han recibido la colaboración de organismos autonómicos, son ahora mismo prioritarios. “Sin dar por descartado ninguno de estos proyectos, hay que reconocer que los de Castilla y León toman ventaja sobre los de Aragón en lo que a generación eléctrica mediante biomasa se refiere”, reconocen.

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