Corría el año 1992 cuando, durante el sofocante mes de agosto, un crimen saltó a la primera plana de HERALDO DE ARAGÓN. José Santos, propietario de una pensión en el centro de Zaragoza, fue asesinado.

Francisco Aznar, creyendo que su cuñado aún estaba con vida, se personó poco después en comisaría para entregarse como autor de la agresión. Lo que no sabía era que Santos yacía inerte. A partir de entonces, y tras las pesquisas policiales que también llevaron a prisión a la mujer del finado, Juana Aznar, ambos acusados se declararon inocentes y culpaban al otro. También ocurrió así durante el juicio, aunque las pruebas forenses indicaban algo más tétrico, y es que José Santos había muerto apuñalado por dos personas a la vez.

El denominado como 'crimen de la pensión', recreado en la docuficción 'Grupo 2 Homicidios', se une así a sucesos como el 'crimen de Caspe' o el de 'Lady Halcón', protagonistas de la crónica negra en Aragón.

HERALDO cubrió desde las primeras investigaciones policiales hasta el posterior juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza. Así se contó una de las pistas con mayor valor durante el juicio:

LA VÍCTIMA DE LA PENSIÓN SANTOS MURIÓ ACUCHILLADA POR DOS PERSONAS A LA VEZ

P. G. I. Zaragoza

La autopsia ampliatoria del fallecido José Santos Solanas, acuchillado el pasado 11 de agosto en la pensión Santos de Zaragoza, revela que fue apuñalado por dos personas al mismo tiempo, según informaron fuentes jurídicas. Estos nuevos exámenes forenses confirman así la posibilidad que apuntaba la primera autopsia que establecía que la víctima recibió 33 puñaladas realizadas con dos armas diferentes. Además, planteaba la posibilidad de que más de una personas hubiera participado en el homicidio.

Ahora, mientras permanecen en prisión el cuñado y la esposa de la víctima por su presunta implicación en el homicidio, los nuevos exámenes han analizado una a una las 33 heridas ocasionadas con las dos armas por todos los lados del cuerpo. Al parecer, sólo algunas de ellas eran mortales. El resto "son defensivas y se encuentran en ambos antebrazos", dijeron estas mismas fuentes.

La tesis que se mantiene es que la víctima recibió todas las puñaladas en vida. Esto confirma la declaración de uno de los acusados en el caso, Francisco Aznar, cuñado del fallecido.

El presunto homicida acudió a la comisaría de Delicias nada más ocurrir el suceso y declaró cómo se había desencadenado la trágica reyerta familiar. Él, que asumió en un principio la autoría del crimen, creía que su cuñado estaba vivo. Sin embargo, cuando la Policía llegó al lugar de los hechos, en la pensión situada en Conde Aranda 128, el cadáver de José Santos se encontraba tendido boca abajo en el pasillo. Los funcionarios intervinieron dos cuchillos, uno más grande y otro más pequeño, que fueron utilizados en el crimen.

Francisco Aznar ingresó en prisión como presunto autor del homicidio. "El crimen de la pensión" se desencadenó cuando ambos cuñados mantuvieron una fuerte discusión económica sobre el destino de siete millones de pesetas. Esta cantidad la había recibido Aznar por la venta de una licencia de taxi. Santos quería invertir el dinero en la creación de un negocio mientras que su cuñado pensaba destinar una parte a pagar los retrasos de la pensión que debía a su ex mujer.

Al parecer, Juana Aznar, esposa de la víctima, intervino en la disputa a favor de su hermano y su marido le agredió. Fue entonces cuando Francisco Aznar salió en defensa de su hermana y presuntamente acuchilló a su cuñado. No obstante, esta primera versión de los hechos dio un giro importante diez días después del homicidio cuando Juana Aznar fue detenida. Posteriormente, el juez ordenó su ingreso en prisión como coautora de la muerte de su esposo.

Además, Francisco Aznar mantiene que se autoinculpó para encubrir a su hermana, afirmación que cambia totalmente su primera declaración. El próximo día 15 se realizará un careo judicial entre ambos hermanos, según se supo ayer. El juez admitió el pasado lunes la petición del abogado Javier Notivoli -que representa la defensa del cuñado del fallecido- para la realización de este careo.

Asimismo, podría aceptarse definitivamente el cambio de declaración de su cliente. Según el desarrollo de estas declaraciones, el juez podría ordenar una nueva reconstrucción de los hechos. Sólo quedaría pendiente la prueba de las armas homicidas, cuyos análisis de sangre todavía están por confirmar.