Tres ilustres aragoneses que tienen un trozo de la luna con su nombre

Félix de Azara, Ramón y Cajal y Miguel Catalán, además de los Pirineos, comparten espacio junto a otros grandes personajes en la luna. Un profesor zaragozano ha logrado identificar las zonas dedicadas a sus figuras y mostrarlas en una fotografía.

Fotografía lunar con las indicaciones de las zonas dedicadas a los tres aragoneses y a los Pirineos.
Fotografía lunar con las indicaciones de las zonas dedicadas a los tres aragoneses y a los Pirineos.
Ignacio Ramón Ferrer

Tener un trozo de luna con tu nombre no está al alcance de cualquiera. La Unión Astronómica Internacional reserva este privilegio a grandes personajes que han traspasado fronteras y han destacado en diferentes campos del saber humano. Físicos, matemáticos, escritores, médicos, químicos, filósofos, pensadores…

Y justo ahí, en un privilegiado grupo de ilustres personajes, de personas que han trascendido en la historia, tres aragoneses tienen un trozo de la luna con su nombre. Son Félix de Azara, Ramón y Cajal y Miguel Catalán. También los Pirineos tienen una cordillera de 164 kilómetros de longitud a su nombre. Un apasionado zaragozano se ha encargado de unir las cuatro zonas en una fotografía para la historia.

Su responsable es Ignacio Ramón, un antiguo profesor de matemáticas e informática del IES Félix de Azara de Zaragoza. "Hice un montón de investigaciones sobre Félix de Azara cuando estaba en el colegio. Me interesé mucho por su figura y su trascendencia. Un día, navegando por internet, encontré un libro italiano que recogía un listado con los personajes que tenían un trozo de la luna con su nombre. ¡Y allí estaba Félix de Azara!", relata.

Al principio, Ignacio no creía que fuera posible, pensaba que era un error. ¿Cómo un hecho así no era de conocimiento público? ¿Estaba errado el listado? Pero no, después de los chequeos pertinentes, comprobó que la lista era correcta. "Mi sorpresa fue mayúscula cuando seguí investigando y, además de Félix, me encontré con otros dos ilustrísimos aragoneses: Ramón y Cajal y Miguel Catalán. ¡Y también estaban los Pirineos!" agrega, todavía emocionado un tiempo después.

Al darse cuenta de que prácticamente nadie conocía este reconocimiento, Ignacio pensó en intentar hacer una fotografía para señalizar la zona y darle difusión al hallazgo. Allí reflejaría el dorsum de 105 kilómetros dedicado a Félix de Azara, el cráter de 9 kilómetros con el nombre de Santiago Ramón y Cajal, la cordillera de 164 kilómetros dedicada a los Pirineos y el cráter y los tres subcráteres de más de 20 kilómetros de diámetro dedicados a Miguel Catalán.

A través del amigo de un amigo, aficionado a la astronomía, el profesor consiguió acceder una noche a un telescopio ubicado en una zona especial junto a otros tantos aparatos. Lo hizo por control remoto, a través de un programa informático especial, desde su propia casa. "Tiré unas 400 fotografías", subraya. En una de ellas, la que ilustra esta información, logró señalizar las cuatro zonas dedicadas a los tres aragoneses y a los Pirineos.

Félix enseguida quiso mostrar al mundo su fotografía y la acercó a su antiguo instituto (también al Miguel Catalán), al Ayuntamiento de Zaragoza y al de Barbuñales (cuna de Félix de Azara). Para su sorpresa, la principal respuesta que fue la indiferencia. "Tenemos que defender nuestro patrimonio. Aragón y los aragoneses hemos hecho muchas cosas importantes", subraya. Desde luego, cualquiera no tiene un trozo de la luna con su nombre.

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