Las voces que piden boicotear los productos catalanes se refuerzan tras el 1-0, aunque el discurso no cala

La idea se extiende en las redes sociales y en las conversaciones informales, pero la aplicación real del ‘bloqueo’ se limita a consumidores particulares.

El cava es uno de los pocos productos donde realmente se ha notado el boicot.
El cava es uno de los pocos productos donde realmente se ha notado el boicot.

Es un movimiento cíclico. Cada vez que la pulsión soberanista catalana protagoniza un nuevo capítulo, ya sea amparado por la ley o fuera de ésta como ocurrió el 1-0, vuelve a hacerse visible el movimiento que pide dar de lado a la industria catalana. El pretendido boicot hacia el producto elaborado en la comunidad vecina, sobre todo en el sector agroalimentario, ha vuelto de nuevo a las conversaciones informales, a los grupos de Whatsapp -donde pocos no han recibido un listado de marcas 'sospechosas'- y a comunidades de usuarios de redes sociales como Facebook. Hasta se han creado aplicaciones de móvil para favorecer el consumo de bienes y servicios domiciliados en otras autonomías.

Pero, ¿el ‘bloqueo’ es real o se queda en las conversaciones acaloradas en internet y en la oficina? A nivel empresarial existen diferentes opiniones. Aurelio López de Hita, presidente de Cepyme en Zaragoza, considera que es un debate que se queda en la calle: "Si bien es innegable que hay un sentimiento general de pena, frustración y rabia por la división de la sociedad catalana y cómo esto afecta al conjunto de España, la realidad es que ese rechazo a lo catalán se queda fuera de los negocios. Los empresarios aragoneses son serios, maduros y toman las decisiones para sus negocios con plena serenidad, con sangre fría, conscientes de que al menos la mitad de la población catalana quiere seguir junto al resto de España y que no pueden pagar justos por pecadores. En ese sentido, no se está discriminando a proveedores ni socios por su lugar origen. Seguimos como siempre".

López de Hita reconoce que el tejido de la pequeña y la mediana empresa aragonesa, cuya relación comercial con la comunidad vecina es más que relevante -el intercambio comercial anual supera los 15.000 millones de euros-, sigue la actualidad "con una gran expectación por ver cómo se resuelve el problema". Y llama a "obviar a una minoría radicalizada que no representa al conjunto de Cataluña" y a "no caer en el error de demonizar a todo el mundo".

El presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, Pedro Giménez, mantiene una visión algo distinta del asunto: "La gente está muy sensible con el tema de Cataluña e, igual que hay gente que va a los supermercados y mira el origen de los productos, también los hay que en los bares y restaurantes no quieren consumir productos catalanes o que se interesan por su origen cuando antes nadie lo hacía. Esta situación se ha agravado según ha ido aumentando la tensión con el asunto de la independencia. No es algo generalizado, pero tampoco podemos decir que no ocurra".

Sí hay, de forma paralela, una clara vocación hacia lo aragonés, "aunque por otros motivos, como es la apuesta por el producto de cercanía. Cada vez más establecimientos quieren servir verduras de la huerta de Zaragoza, vinos de nuestras denominaciones de origen, tomate rosa de Barbastro, ternasco de Aragón, Jamón de Teruel… Esto es algo bueno porque además de más sostenible ayuda a la economía local, nos diferencia de otras zonas en la oferta gastronómica y ayuda a que todos los productos de calidad que tenemos en Aragón se mantengan vivos", concluye Giménez

Por su condición de icónico, uno de los pocos productos que realmente ha notado el enfado de los consumidores es el cavaEl embotellado en la Comunidad aragonesa ha crecido de forma inusitada durante los últimos años y desde 2015 supera el millón anual de unidades. La inminente campaña navideña promete, de nuevo, grandes resultados, si bien la D. O. Cava, de raíz catalana, puso coto a la producción y a los planes de crecimiento, lo que lastra el afán del resto de territorios a la hora de aumentar la presencia de sus caldos en los lineales del súper.

Aplicación móvil

Durante la última semana se ha popularizado una aplicación para móvil poco conciliadora que discierne entre las empresas que ‘merecen’ el dinero del conjunto de los españoles y las que no. La interfaz del programa ofrece un motor de búsqueda en el que, tras introducir el nombre de la compañía, el usuario conoce el domicilio social de ésta. Una herramienta alejada del ánimo conciliador que merece la coyuntura actual.

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