Los deudores aragoneses ya aportan cerca de 40 millones anuales a Hacienda

Nuevo récord de las sanciones tributarias en la Comunidad: el año pasado se recaudaron casi seis millones más que en 2015.

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La persecución de los incumplidores con el fisco está reportando a Hacienda cuantiosos beneficios en Aragón. Los informes de recaudación tributaria dan cuenta de un nuevo récord de ingresos en 2016 por intereses de demora, recargos de apremio y sanciones tributarias. La caja que hizo la Agencia Tributaria en la Comunidad con estos conceptos superó ligeramente el año pasado los 39,3 millones de euros, 5,8 más que en el ejercicio precedente.

Poco importó que en 2015 se hubiera recaudado la cifra más elevada de toda la década anterior con los incumplimientos de los obligados tributarios aragoneses, 2016 consiguió pulverizar la marca.

Como sucede año tras año, la categoría 'recargos de apremio y otros' destaca como la más rentable para Hacienda. La caja ascendió a 23,8 millones en 2016. Estos ingresos responden al gravamen de entre el 5 y el 20% que se aplica sobre cantidades no satisfechas en el periodo exigido. El crecimiento de estos ingresos con respecto a un año antes rozó el 22%. Las sanciones tributarias impuestas en Aragón dejaron algo más de 7,8 millones, una cantidad similar a la obtenida con los intereses de demora, que ascendieron a 7,7 millones.

En toda España, lo obtenido con sanciones, recargos y demás castigos a los contribuyentes incumplidores ascendió a 1.470 millones de euros, 167 más que en el ejercicio precedente. "Los ingresos por recargo de apremio y otros ingresos se incrementaron en 2016 un 18,3% respecto al año anterior [a nivel nacional]. También aumentaron los ingresos por intereses de demora (8,9%, tras dos años de caídas) y se mantuvo la evolución creciente de los ingresos por sanciones tributarias, si bien a menor ritmo que en los años previos", valora la Agencia Tributaria en su informe de 2016.

El plan de vigilancia tributaria y aduanera, puesto en marcha a principios de año y que se extenderá hasta que finalice el ejercicio, está poniendo especial interés en el control del fraude a través del control de los grandes patrimonios de personas físicas, la lucha contra la economía sumergida (especialmente en el ámbito del IVA) y la regularización de prácticas elusivas en el ámbito de la fiscalidad internacional, entre otros asuntos.

Este marcaje en corto a quienes intentan sortear los cauces tributarios no es nuevo. Uno de sus últimos movimientos se ha dirigido contra abogados y procuradores de todo el país, a los que se pretende investigar de forma masiva para comprobar si en los ejercicios 2014, 2015 y 2016 tributaron de forma correcta los honorarios que recibieron por sus actividades profesionales. Estos colectivos profesionales ya han manifestado su descontento con una medida que, considera, siembra la sospecha sobre miles de profesionales de toda España.

Para hacer su trabajo, los inspectores de Hacienda se sirven del siempre efectivo trabajo de campo, pero también utilizan herramientas que ponen a su disposición los últimos avances informáticos. El mejor ejemplo en este sentido es el sistema utilizado para supervisar la declaración de IVA de las empresas: implantado hace unos meses, permite el grabado y supervisión de datos al minuto, una auténtica radiografía de la actividad empresarial para no dejar apenas hueco al fraude.

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