Uno de cada diez colegios de Aragón tiene menos de diez alumnos

En Aragón están algunos de los colegios más pequeños de España. La ratio mínima para mantener abierta una escuela rural en Aragón es de 4 alumnos y en algunos casos se hacen excepciones con 3. Este es el caso de los colegios de Bello, Camarena de la Sierra, Alba (Teruel) y Villanueva de Sijena (Huesca). En otras comunidades la ratio mínima es de 4 (Castilla y León), 5 (La Rioja), 6 (Galicia) u 8 (Cataluña).

La despoblación del medio rural está vaciando las escuelas, que pierden alumnos cada año (salvo algún caso excepcional, como Sarrión). Una de cada diez escuelas de Aragón ya tiene menos de 10 alumnos. Son 85 colegios: 45 en Teruel, 23 en Huesca y 17 en Zaragoza. En la comunidad aragonesa hay más de 600 colegios de Infantil y Primaria (contando por separado cada una de las aulas de los 74 centros rurales agrupados -CRA-).

"El Departamento de Educación tiene un firme compromiso con la escuela rural y, por tercer curso, mantiene en cuatro la ratio mínima para mantener abiertos los centros. Además, en los casos en los que hay tres se estudia con las familias y los ayuntamientos. Así, este año se podrán mantener abiertas un total de 31 escuelas con seis o menos alumnos que estaban abocadas al cierre", destacan desde la DGA.

Teruel concentra los pueblos y colegios más despoblados. En la provincia hay 22 escuelas con seis alumnos o menos:  Pitarque, Cuevas de Cañart, Guadalaviar, Arcos de las Salinas, Alacón, Pancrudo, Valmuel, Valbona, Blancas, Torrecilla de Alcañiz, Allepuz, El Pobo, Castel de Cabra, Oliete, La Cerollera, Valdelinares, Hinojosa de Jarque, Fuentes de Rubielos, San Agustín, Bello, Camarena y Alba. El listado de colegios aragoneses con menos de seis niños lo completan Munébrega, Letux (Zaragoza), Gistaín, Jasa, Saravillo, Estada, Sesa, Tolva y Villanueva de Sijena (Huesca).

Profesores y familias defienden la escuela rural

En general, las familias defienden el mantenimiento de las escuelas rurales más pequeñas para que los niños no tengan que desplazarse fuera para ir al colegio. Y los ayuntamientos aplauden estas medidas porque "las escuelas dan vida a los pueblos". Aunque también hay familias que prefieren trasladar a sus hijos a colegios más grandes en capitales de comarca o localidades más pobladas con más servicios.

"Las escuelas son parte fundamental de la vida en los pueblos. Pero se necesitan políticas globales de vertebración del territorio y que haya más servicios. Por ejemplo, tener buenas conexiones a internet en el medio rural es clave tanto para las escuelas como para el trabajo y la vida cotidiana", afirman desde la Federación de asociaciones de padres de la escuela pública (FAPAR). "Nos parece muy importante que la decisión de mantener o cerrar escuelas se está haciendo de forma consensuada con familias y ayuntamientos", añaden.

Sirve como ejemplo Bello, cuya escuela tuvo que cerrar a mitad del curso pasado tras la marcha de una familia con cuatro niños. La DGA y el Ayuntamiento de Bello decidieron esperar hasta septiembre mientras el consistorio buscaba nuevas familias que quisieran instalarse en el pueblo. La espera tuvo resultado y la llegada de dos familias con tres niños ha permitido reabrir la escuela en septiembre. O el caso de Camarena de la Sierra, donde la llegada de una familia ha permitido mantener la escuela abierta y reabrir la panadería municipal.

Las escuelas rurales con menos de 10 alumnos tienen una única aula para todos los niveles y un profesor, además de especialistas (como los de Música o Educación Física) que suelen rotar entre varios pueblos. A partir de 14 alumnos, se abre una segunda vía en el colegio y se dota con dos profesores y medio.

Los sindicatos también defienden la escuela rural y piden más estabilidad para los docentes. "Aplaudimos que se mantengan escuelas abiertas con 3 y 4 alumnos. La DGA está haciendo un gran esfuerzo en este sentido. Pero pedimos más medios para las escuelas rurales y plantillas más estables", afirma Alfonso Zafra, representante de CSIF.

Muchos profesores del medio rural son interinos que cambian cada año. "Para conseguir estabilidad en la zona rural es fundamental que se reduzca la tasa de interinidad. Si salen más plazas a oposición, se crearán más plazas fijas en los pueblos y los profesores permanecerán varios años en los destinos rurales. Esto beneficiará a todos", subraya Zafra.