"Es un milagro reabrir la escuela con tres niños"

La llegada de dos familias a Bello (Teruel) permite mantener su escuela abierta con solo tres niños.

Miguel José e Ibtisam juegan en el patio del colegio de Bello.
Miguel José e Ibtisam juegan en el patio del colegio de Bello.
P. F.

La vuelta al cole es tranquila en Bello, muy tranquila. Esta localidad turolense cercana a la laguna de Gallocanta tiene una de las escuelas más pequeñas de Aragón y de España. Nayara (3 años), Miguel José (4) e Ibtisam (5) comparten aula y juegos en el colegio y las calles del pueblo. Aragón tiene una de las ratios más bajas del país para mantener una escuela abierta.

Y la de Bello sigue abierta, como dice su alcalde, "de milagro". Bello cerró su escuela a mitad del curso pasado, tras la marcha de una familia con cuatro hijos. Solo se quedó un niño, que fue trasladado al colegio de Torralba de los Sisones. Y el de Bello cerró. El Departamento de Educación y el Ayuntamiento decidieron esperar a ver si llegaban más familias al pueblo.

"Sinceramente, no esperaba que la escuela de Bello volviera a abrir este curso. Ha sido como un milagro. Estamos muy contentos. En verano vinieron dos familias con tres niños y la escuela ha abierto. Seguimos buscando a más que quieran venir con ganas de trabajar y que quiera venir a vivir aquí", afirma el alcalde, Jaime Barrado. Él es de Bello, vive en Bello y cuando era pequeño iba al colegio con más de 60 niños.

"En los años 60, el pueblo tenía 1.500 habitantes. Ahora somos 245 empadronados aunque en invierno vivimos muchos menos. En las últimas décadas hemos perdido población a gran velocidad. La gente joven no tiene trabajo y se va. Quedamos unos pocos que trabajamos en el campo y la gente mayor. El Gobierno tiene que hacer una apuesta decidida por el mundo rural", asegura.

La familia Pellón García respondió a la llamada desesperada de Bello. "Nos enteramos de que el bar del pueblo estaba libre. Vivíamos en Molinos, estábamos en el paro y decidimos venir. Abrimos en agosto y de momento el negocio va bien. Ahora a principios de septiembre se nota que el pueblo se va quedando más vacío. Nuestros chicos han empezado el cole muy contentos", afirma Hebe García.

Una clase en familia

Los hermanos Nayara y Miguel José comparten colegio con Ibtisam, de origen marroquí, que vino de la Codoñera. Su padre es pastor y ha encontrado trabajo en Bello. La profesora también acaba de llegar, pero no es nueva. Silvia Fidalgo, 35 años y doce cursos de interina, está encantada de volver a Bello.

"Estuve diez años de profesora de Religión en el CRA. El curso pasado me tocó plaza en Mas de las Matas. Yo soy de Fuentes Claras, a 24 kilómetros de Bello, y cuando vi que esta plaza estaba libre la cogí. Me gusta vivir en mi pueblo y me gusta trabajar en colegios pequeños. Estamos en familia y permite hacer una atención muy individualizada de cada niño. Aunque con tan solo tres niños hay actividades que no se pueden hacer", explica la tutora. "Lo bueno es que son los tres de edades parecidas", añade.

La escuela de Bello pertenece al CRA Campo de Bello, que agrupa a cinco pueblos (Bello, Gallocanta, Tornos, Torralba de los Sisones, Odón), con 35 alumnos en total. Los profesores trabajan coordinados y los especialistas se desplazan a las distintas aulas. La despoblación afecta a toda la comarca. Hace una década, el CRA tenía el doble de alumnos.

En el recreo, a Ibtisam le gusta jugar a fútbol, aunque es difícil echar un partido. Miguel prefiere jugar a los toros corriendo por el patio, mientras su hermana mete piedras en un cubo. Al final, los dos mayores llegan a un pacto y combinan la pelota con los cuernos de plástico. Mientras, sus padres ponen cafés y cuidan ovejas. Y el alcalde sigue preocupado por el futuro del pueblo.

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