Isuerre: equitación, pizza artesana y vistas de bodegón

Isuerre, encaramada en un altozano, cuenta con vistas privilegiadas de las Altas Cinco Villas; desde la primavera de 2016, Denis y Esmeralda se encargan de gestionar su hotel, El Balcón d’Onsella.

Vista desde El Balcón d'Onsella, en el centro de Isuerre.
Vista desde El Balcón d'Onsella, en el centro de Isuerre.
Laura Uranga

La eclosión de la serie ‘Juego de tronos’ tiene efectos secundarios de difícil control en la percepción de lo cotidiano, sobre todo cuando se viaja mucho por el entorno rural español. Varios enclaves del país han servido de escenario para el rodaje a lo largo de siete temporadas, y da la sensación de que los decorados naturales que ofrece la península Ibérica para esta trama son incontables. Por eso no es de extrañar que la vista desde el altozano en el que se asienta Isuerre, pequeño y coqueto pueblo de las Altas Cinco Villas, evoque al mundo imaginado por George ‘doble erre’ Martin. El Balcón d’Onsella, de propiedad municipal, ha pasado por diversas manos en las últimas décadas. Desde hace algo más de un año, la riojana Esmeralda Ezquerro y el transalpino Denis De Rosas han intentado dar un giro a la gestión; ambos proceden del mundo hípico, pero también tienen experiencia en hostelería y su integración en el pueblo es ya absoluta. Jose, una vecina se encarga cada año de colocar el belén del pueblo, lo ratifica. Con el alcalde, José Ignacio Marco, la sintonía es perfecta.

Esmeralda, amante de los caballos, se autodefine como soñadora. "Siempre quise tener una escuela de equitación: desde pequeña fue mi gran ilusión. Al principio probamos en Sangüesa, porque yo tenía familia allá, pero finalmente recalamos en Sos. Allí está nuestra hípica, Caballito Loco; seguimos trabajando en ella, pero a principios del año pasado nos planteamos hacer algo más, porque tenemos dos hijos y el negocio no rendía lo suficiente".

No todos los carteros llaman dos veces; a Sebas, amigo de la pareja, le bastó un aviso para sugerir a Esme y Denis la posibilidad de ir a Isuerre. "Nos comentó –recuerda Esmeralda– que estaba disponible la gestión del Balcón d’Onsella, tras ocho meses de cierre, y Denis vino a verlo. Volvió encantado y regresamos los dos. Si te soy sincera, el primer día que vine por esta carretera me asusté un poco, pero fue llegar aquí y entender al momento que era un sitio con muchísimo potencial".

Ganar/ganar

En el pueblo había ganas de desbloquear la infrautilización del edificio. "El alcalde –puntualiza la pareja– fue sincero y reconoció que les urgía una nueva gestión. Cuando vimos que se podía combinar el tema de los animales con la hostelería lo tuvimos muy claro. Aceptamos allá por mayo: faltaba una semana para la fiesta de la Magdalena, y por suerte llegamos a tiempo de dar servicio".

El Balcón comprende bar y restaurante, y tiene alojamiento: un apartamento y cuatro habitaciones dobles, con alta demanda de senderistas y familias. Este verano ha llegado una novedad; el horno de leña sirve a Denis para sacar a relucir sus raíces italianas en la confección de pizzas. "Se identifican con los pueblos de la zona; la Isuerre, por ejemplo, lleva tomate, mozzarella y setas de la zona. Puedes pedir la pizza Lobera, Longás, Urriés, Navardún… también Petilla, que es Navarra pero está aquí mismo".

El invierno es duro. "Tenemos dos hijos; uno estudia cocina en Lumbier, y el otro va al colegio en Sos. Son muchos viajes diarios, pero vale la pena por vivir y trabajar aquí. Además, sacamos tiempo para alguna otra cosa. Yo –se ufana Esme– fui figurante en el rodaje de ‘La catedral del mar’, y participé en el ‘making of’. Estoy apuntada en una agencia, y me haría mucha ilusión volver a probar en el cine, aunque salir a un castin en Barcelona o Madrid es complicado con esta vida".

Integración

Isuerre asimila con una sonrisa los inventos de sus nuevos vecinos. No es común encontrarte en la plaza a uno de los mejores aizkolaris del mundo; Esme y Denis lo trajeron. "Hay que seguir inventando. Conocimos a Patxi Mindengia por un amigo de Pamplona, que lleva carne, y armamos una exhibición acompañada de chuletones que funcionó muy bien". Mindengia, navarro de Zubieta, tiene un récord Guinness como cortador de haya.

Esmeralda se encarga de las redes sociales y su campamento hípico estival ha tenido eco en la zona. Cuentan con diez caballos operativos y tienen cuatro más en función de sementales. En el futuro inmediato emerge un nuevo sueño de la pareja. "Ahora cuando pase el verano, queremos hacer rutas a caballo por los castillos de la zona, con la ayuda de guías especializados; desde un día a una semana. La idea es promocionar todos los pueblos cercanos, que tengan impacto positivo en sus negocios con nuestros jinetes, y sondear el mercado francés. Aquí tenemos que ayudarnos entre todos".

Museo Micológico: una colorista visita al reino de los gnomos que fascina al público familiar

El Museo Micológico de Isuerre se inauguró en 2007 y es pionero en la comarca. Las altas Cinco Villas son zona de setas y la gastronomía local hace buen uso de este recurso, así que una visita a la muestra isuerrana es altamente recomendable antes (o después) de recoger setas en la zona. Está situado en una propiedad municipal y tiene 280 metros cuadrados.

El centro aprovecha los recursos tecnológicos para abundar en este universo tan sabroso como mágico, empezando por la sala de proyecciones, que emite documentales educativos con un gracioso gnomo que ejerce de guía y consejero en la recolecta, cuidados, limpieza, ingesta y conservación de setas. Por supuesto, se hace hincapié en identificar las no comestibles. Para los amantes de los selfis y usuarios de Instagram hay una seta gigante dispuesta para hacer la foto de recuerdo. A finales de octubre se organizan además unas jornadas micológicas en el área, que tienen parada en Isuerre: hay salidas al monte, clasificación de ejemplares, charlas orientativas y, por supuesto, degustación de platos tradicionales.

La iglesia de San Esteban: entorno privilegiado y románico en muros y cubiertas

La iglesia parroquial del pueblo está dedicada a San Esteban: en su origen pertenece al románico tardío y data de principios del siglo XIII. Del siglo XVI son la capilla mayor, la sacristía, las capillas laterales y la torre de dos cuerpos, de planta cuadrada. En el muro de poniente (oeste), que en otro tiempo sirvió de frontón para el juego de pelota, puede advertirse el perfil de la nave original, y el ventanal cegado, aspillerado al exterior y abocinado al interior, que se halla parcialmente oculto por una gran escaño del coro.

La actual cabecera presenta testero plano. La nave se articula en cinco tramos, separados por cuatro fajones apuntados apeados en pilastras adosadas al muro mediante simples impostas. Tres capillas laterales en cada muro fueron añadidas horadando el muro original. El tramo que está en funciones de cabecera, se decora don crucería gótica en su bóveda. En 2013 apareció un crismón durante las obras realizadas en el lado sur del templo: está conservado en la planta baja de la torre. Se trata de la dovela clave de una portada del templo original. En ella está esculpido en bajorrelieve un crismón trinitario. Está deteriorado, pero se adivinan el vano de la ‘P’ y el símbolo ‘A’.

LOS IMPRESCINDIBLES

Salida al puerto

Los pueblos de la Val d’Onsella llevan años reivindicando mejores accesos a las carreteras nacionales, especialmente al puerto de santa Bárbara para conectar con Jaca. Los vecinos no ‘reblan’ en la pelea.

Máximo Lacosta

El autor de ‘Cuentos de Isuerre’ (2003) defiende a ultranza el encanto de su pueblo, del que salió en 1948 pero que nunca dejó de corazón, y define a sus compueblanos como gente recia, abnegada y trabajadora incansable

Isuerres en Isuerre

Pascual Plano, cronista local, cuenta que en 2010 visitaron el pueblo cinco miembros de la que probablemente es única familia en España (así lo habían investigado ellos mismos) en llevar el apellido Isuerre.

- Ir al especial 'Aragón, pueblo a pueblo'.

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