Osera de Ebro: puerto fluvial, estación espacial, guarida de Héroes

En Osera de Ebro se avistó un ovni, se albergó a estrellas del rock y, Cervantes mediante, se facilitó a Don Quijote y Sancho el vado del río que da nombre al pueblo.

Javier Rubio, en el Tollo de Osera, señala la cona donde se avistó el ovni en 1988
Javier Rubio, en el Tollo de Osera, señala la cona donde se avistó el ovni en 1988
Laura Uranga

Osera está en la misma entrada de los Monegros, 30 kilómetros al este de Zaragoza. La escuela es un CRA (Colegio Rural Agrupado) con sede en Villafranca. Las aguas del Ebro han marcado su historia desde tiempos de los romanos; fue puerto fluvial señalado, y hoy mantiene un coqueto embarcadero. Hace casi treinta años se avistó por allá un ovni, como en buena parte de la zona: hace diez, esa conexión con las estrellas tuvo otro matiz: Héroes del Silencio alquilaron varios días el pabellón de Osera de Ebro para ensayar.

Se trataba de los primeros atisbos de reunificación del grupo, que llevaba diez años separado, con vistas a la que sería un año después su gira de retorno. La concejal Carmen Pes trabajaba entonces frente al pabellón (su hermana Eva también se implica en diversas actividades culturales en el pueblo) y recuerda bien aquellos ensayos. "Se ve que habían pensado en Villafranca, pero no pudo ser y les hablaron de nuestro pabellón. Cuando llegaron nos dijeron que les gustaba la acústica: además, estamos cerca de Zaragoza y les garantizamos tranquilidad".

Puerto fluvial, estación espacial, guarida de Héroes

Carmen recuerda que el alquiler del pabellón era el mismo de ahora. "Les cobramos 60 euros por día, venían unas horas en la tarde o en la noche, aparcaban detrás del pabellón. Venían, se iban y siguieron viniendo durante varios meses. Alguna vez vinieron con otro artistas amigos. Lo único que nos pidieron fue discreción, y la tuvieron. Cuando alguien preguntaba, decíamos que estaba ensayando una orquesta". Eva puntualiza que el pabellón ha tenido muchos usos más allá de lo artístico. "Lo inauguramos en 1984 y se formó un cuadro de jota con el maestro Villanueva como profesor. También ha habido teatro, pero las necesidades del pueblo han hecho que haya servido incluso para funerales. Ahora está ahí  la escuela de verano".

Un museo del campo

Los habitantes están orgullosos de su historia, y también del presente. Amontonan con entusiasmo vestigios ilustres de su historia con anécdotas pintureras... y tienen un referente de respeto y cariño: Álvaro Carreras.

A Álvaro le llaman la enciclopedia humana de Osera. Agricultuor, antiguo alcalde, lleva más de cuatro décadas investigando sobre la historia del pueblo y sus tradiciones, desde los libros a la herencia oral que le transmitieron los mayores del lugar. Además, gracias al propio esfuerzo y a las dádivas de sus vecinos, ha convertido una pequeña casa de su familia en un auténtico museo de recuerdos, desde aperos de labranza y cocina a imágenes, fotografías.

Javier Rubio, algo más joven que Álvaro, también es coleccionista de recuerdos relacionados a experiencias. Guarda un papel enmarcado con las firmas de la plantilla del Real Zaragoza 75-76, el de los ‘zaraguayos’ entrenados por Carriega, con Diarte, Arrúa y García Castany como referencias más preciadas. Recuerda las concentraciones de deportistas de alto nivel en el Portal de los Monegros, con unas instalaciones deportivas que se envidiaban en la ciudad... y el ovni, claro, el de febrero de 1988.

Se vio a las afueras de Osera (en la zona del Tollo, en la orilla del Ebro) y varias localidades de alrededor: posteriormente hubo comentarios similares al respecto en distintos puntos de España: una gran bola de fuego que volaba despacio en dirección este, y cuya naturaleza no quedó clara a los mismos expertos- Se hablaba de una trayectoria demasiado lenta y no del todo rectilínea.

Aquí en la Tierra, Osera tiene una vis nobiliaria: la casa de Ariño tuvo en ella su soporte allá por el siglo XV, y forma parte de la casa de Alba. Cuando la famosa duquesa Cayetana falleció (20 de noviembre de 2014), el Ayuntamiento envió una carta de condolencia, que respondió el duque de Huéscar de su puño y letra a los tres días.

LOS IMPRESCINDIBLES

Don Quijote y el vado

El escritor Julio Llamazares es un enamorado de los Monegros, y recordó en un texto hace dos años que Don Quijote y Sancho Panza tuvieron que cruzar el Ebro por el vado de Osera en su camino a Barcelona.

Iglesia de Santa Engracia

La iglesia de Santa Engracia  se levanta en el lado izquierdo de laplaza de España. Al frente son visibles los restos del que fuere palacio de los marqueses de Osera, que se comunicaba con el templo por el hastial.

Dance de Osera

Se hacía en honor de San Martín hasta los albores del siglo XX; por desgracia, lleva algo más de un siglo en barbecho. Era muy rico en dichos, y compartía santo y pasos con el de la cercana población de Rodén.

- Ir al especial 'Aragón, pueblo a pueblo'.

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