La primera casa pasiva de madera hecha en Aragón

Desde hace una semana se construye en Fiscal una vivienda de madera realizada bajo criterios de ahorro energético cuyo consumo puede ser 7 veces menor que el de una tradicional.

Las casas pasivas (‘passivhaus’) nacieron en Alemania en la década de los 90 y se caracterizan porque en su construcción priman criterios que favorecen el ahorro energético, con un consumo que puede ser hasta siete veces inferior al de una vivienda tradicional. Para lograr este descenso se minimiza el uso de sistemas convencionales de calefacción y refrigeración y se aprovecha al máximo la luz y la radiación solar, con un aislamiento efectivo y la renovación de aire por medio de un sistema de ventilación con el que se recupera el calor.

A partir de 1990, este tipo de edificaciones se fueron extendiendo desde el país germano a otros países europeos, entre ellos España. En Aragón, ya existen algunos ejemplos de este tipo de viviendas en la capital y, en breve, la localidad altoaragonesa de Fiscal contará en pocos meses con la primera casa pasiva construida en esta comunidad con estructura de madera y certificada como ‘Passivhaus’.

Para que una vivienda cuente con este sello, debe cumplir cinco principios básicos que definen el diseño ‘Passivhaus’: tener un buen aislamiento térmico, ventanas y puertas de altas prestaciones, eliminar los puentes térmicos, ventilación mecánica con recuperación de calor y estanqueidad al aire. Además, debe superar los ensayos en obra, así como una auditoria del PHI (Passivhaus Institute), organismo alemán de investigación independiente cuyo primer proyecto piloto llevado a cabo en 1990: la Kranichstein Passive House, en la ciudad alemana de Darmstadt fue el primer edificio de viviendas de Europa en alcanzar un consumo documentado de energía de calefacción de menos de 10 kWh /m²a (kilovatios hora metro cuadrado útil año).

Para el unifamiliar que se construye en Fiscal desde hace una semana, la fabricación previa de los elementos de la vivienda con estructura de madera es fundamental la fase que está en desarrollo en este momento en la empresa Jesfer, en Almudévar, especializada en estructuras de madera.

Su director técnico, Sergio Buil, certificado como ‘Designer’ por el Passivhaus Institute coordina la construcción en colaboración con el estudio de arquitectos Vimworks y el arquitecto técnico Albert Arpón, gestor del proyecto y director de ejecución de la obra.

“En un principio, el proyecto consistía en crear una edificación de alta calidad con estructura de madera y materiales sostenibles, aunque no estaba planteado con un diseño de casa pasiva. A partir de una propuesta que realizamos entre las tres partes comenzamos a readaptar la vivienda a la calidad de casa pasiva y hace poco más de una semana se inició el proceso de fabricación”, explica Buil.

En este tipo de construcciones, el trabajo sigue un proceso industrializado, en el que parte de los componentes de la casa son ensamblados en la fábrica. “En este momento estamos haciendo grandes paneles con los componentes ensamblados a final de agosto empezaremos con la fase de colocación en obra”, añade.

Según el director técnico “el proceso de construcción tiene dos ventajas con respecto a la forma tradicional: por un lado, es más rápido y sencillo; y por otro, el control y el estándar de calidad son mejores”, afirma.

Buil reconoce que la fabricación de este tipo de casas es más costoso: “Si hacemos balance, la inversión inicial es mayor porque hay partidas que van al alza (aislamiento, ventanas de alta calidad…) aunque también es verdad que otras partidas se reducen, como por ejemplo el sistema de calefacción. No es necesaria una caldera con un sistema de radiadores, ni hilo radiante. Con un sencillo recuperador de calor integrado en un sistema de ventilación de la casa pasiva es suficiente”.

En la casa pasiva de Fiscal también se ha buscado que la vivienda se ajuste a criterios de sostenibilidad. “Los aislamientos son de fibras de madera, materiales naturales, tableros de madera... y, por otro lado, el uso de este material permite la posibilidad de industrializar. Además, estos procesos permiten el trabajo simultáneo en la obra, donde se realiza la excavación y la cimentación al tiempo que en la fábrica se prepara el diseño y ensamblando de los materiales de forma que la construcción es más rápida”, argumenta.

En 2020, entrará en vigor la nueva directiva europea de la construcción para el ahorro energético de edificios. “En varios países de la UE, ya se ha materializado una normativa sobre casas pasivas. En España, falta un poco por definir qué criterio se va a seguir, pero seguramente será muy parecido a lo que ya estamos anticipando con el unifamiliar de Fiscal”, subraya Buil.

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