Tiendas de segunda mano, compras más ecológicas

Estos establecimientos se mantienen con buenas perspectivas de futuro tras el 'boom' que supuso su aparición.

Con la crisis surgió un nuevo modelo de negocio de segunda mano que buscaba reinventarse, abrir un nuevo mercado y alejarse de la visión tradicional que la gente tenía de este tipo de comercios. Supuso un fenómeno a nivel nacional que, con algo de retraso, como viene siendo habitual en las nuevas tendencias, llegó a Zaragoza.

Es el caso de algunas tiendas de ropa como Flamingos Vintage Kilo Zaragoza, en el barrio de la Magdalena. Este comercio comenzó su andadura en 2013 de la mano de tres hermanas. “Poner en marcha un concepto de tienda de segunda mano como este, tan diferente y en esta ciudad, fue todo un reto”, dice Cristina Martínez, una de las propietarias. “La ropa que traemos es vintage y proviene de EE. UU. ”, explica la vendedora, “Nuestra particularidad es que la vendemos al peso”, puntualiza Martínez.

Ayudadas por un un clima cultural favorable, otras tiendas de segunda mano similares han proliferado por este barrio zaragozano, creando un sector pujante en torno a este tipo de negocio, que experimentó un 'boom' con la crisis y que en la actualidad no solo sobrevive, sino que se mantiene y multiplica. Y no ocurre solo con los comercios de moda.

De necesidad a ecologismo

'De manita a manita' es un comercio de artículos de bebé de segunda mano situado en la calle de Hernán Cortés de la capital aragonesa, que se creó también en 2013. “La crisis hizo que negocios como este salieran a la luz por la necesidad de vender lo que ya no se utilizaba y sacar un beneficio”, explica Susana Domínguez, propietaria de la tienda desde hace año y medio.

Sin embargo, “en la actualidad esa necesidad ha dado paso a una conciencia más ecologista que busca dar una segunda vida a los objetos que ya no usamos”, apunta Domínguez.

Al igual que Flamingos, este negocio no tienen un sistema de venta al uso ya que sus artículos están en depósito.  Es decir, las personas que quieren vender algo, lo llevan a la tienda, se tasa - normalmente el precio suele ser la mitad de lo que valdría de primera mano- y, si se produce la venta, el 50% de la venta es para el dueño del artículo y el otro 50% se lo queda la propietaria.

Otro ejemplo es el de las librerías Re-read, que venden libros usado a un precio muy asequible. “La idea de este negocio nació en Barcelona y pronto se expandió, en forma de franquicias, por todo el país”, dice Jesús Barbadillo, gerente de las tiendas de Zaragoza.

En la capital aragonesa hay dos. La primera nació en 2015, en la calle de Fernando el Católico, y la segunda ha abierto sus puertas hace dos meses en el Coso. “Es el reflejo de que a la gente le gusta este concepto”, afirma el gerente. “No somos una librería de segunda mano al uso. Nuestros libros cumplen unas características especiales: deben estar en buen estado y ser contemporáneos, es decir, editados de los años 90 a la actualidad”, explica Barbadillo. Además, el entorno está sumamente cuidado. “La gente cuando entra no sabe si es una librería de segunda mano o no”, concluye el librero.

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