Los jóvenes necesitan ahorrar 35.655 € para comprar su primera casa (y su salario no llega a 15.000)

Las ayudas directas que prevé Fomento, de 10.800 euros como máximo, no despejan mucho este panorama.

Vista de Parque Venecia cuando el barrio comenzó a construirse.
Vista de Parque Venecia cuando el barrio comenzó a construirse.
Guillermo Mestre

Hace ya unos días que el Ministerio de Fomento presentó el borrador del Real Decreto del Plan Estatal de Vivienda para los años 2018 a 2021. El texto elaborado por el equipo de Íñigo de la Serna no es definitivo, pues el Gobierno tiene que someterlo ahora a consulta con las comunidades autónomas, pero es muy probable que las líneas maestras del plan salgan adelante tal y como están en el borrador.

Y entre los objetivos principales que el Ejecutivo espera lograr, uno destaca sobre los demás: incentivar la compra de vivienda entre los jóvenes menores de 35 años. El problema del acceso al mercado de la propiedad inmobiliaria de esta parte de la población no es nuevo. Primero fue la burbuja inmobiliaria con sus desorbitados precios la que complicó la adquisición de una casa a millones de españoles jóvenes y más tarde la llegada de la crisis económica (que significó paro, precarización de sueldos y éxodo para gran parte de una generación) terminó de empeorar la situación.

Por eso ahora el Gobierno apuesta por recuperar las ayudas directas a la compra de la primera vivienda de las generaciones más jóvenes. Fomento está dispuesto a dar 10.800 euros a fondo perdido a todos aquellos jóvenes menores de 35 años que adquieran una vivienda siempre que tengan unos ingresos inferiores a 22.365 euros anuales prorrateados en 14 pagas (lo que supone tres veces el indicador público de renta de efectos múltiples, IPREM) y que esos 10.800 euros no supongan más del 20% del precio de compra de la vivienda.

También se prevén ayudas al alquiler: el ministerio plantea subvencionar el 50% de cuotas de alquiler que oscilen entre los 600 y los 900 euros durante tres años a esta parte de la población. En este caso tampoco se podrán tener unos ingresos anuales superiores a tres veces el IPREM (tanto si se trata de una persona sola o de un núcleo familiar) y la vivienda debe ser la residencia habitual del titular de la ayuda.

Con estas dos ayudas, Fomento intenta rescatar a toda una generación que tiene muy complicado acceder a su primera vivienda. Así lo revelan los datos recogidos por el Consejo de la Juventud de España (CJE) en su Observatorio de Empancipación, de carácter semestral y disponible por comunidades autónomas. El último documento publicado, correspondiente al primer semestre de 2016, apunta a que el salario de los jóvenes de entre 16 y 35 años en Aragón oscila, de media, entre los 10.687,51 y los 14.747,58 euros anuales. Esto para los que trabajan, porque el mismo informe señala que en Aragón hay alrededor de 65.000 jóvenes de entre 16 y 34 años que no tienen ingresos ordinarios (según las cifras del padrón continuo en Aragón viven actualmente 264.358 personas de entre 15 y 35 años).

Comprar una vivienda solo, casi imposible

Este documento indica que la realidad económica de los jóvenes es algo más desahogada cuando viven en pareja, una situación en la que se encuentra alrededor del 70% de esta parte de la población en la Comunidad (solo tres de cada diez hogares jóvenes son unipersonales). Los ingresos de estos hogares, normalmente formados por dos individuos, oscilan entre los 24.172,30 y los 28.238,35 euros anuales, por lo que parece más factible hacer frente a los gastos del día a día y poder destinar algo a comprar una vivienda.

De hecho, el propio Observatorio señala que "emprender la independencia residencial en solitario es, hoy por hoy, inviable económicamente con el sueldo medio de una persona joven asalariada". Y añade: "Una persona joven de menos de 30 años debería dedicar el 51,8% de su sueldo a la renta mensual en el caso de alquiler o el 48,1% al pago de la cuota hipotecaria en el caso de compra". Ambos supuestos requerirían asumir un nivel de sobreendeudamiento excesivo, zanja la publicación del Consejo de la Juventud, algo a todas luces inviable para cualquier economía familiar.

Por el contrario, este informe considera que un hogar joven (una pareja) "podría acceder a la vivienda en propiedad o alquiler con plenas garantías en las provincias de Aragón [...] dedicando al menos el 30% de los ingresos a hacer frente al pago de la cuota hipotecaria o al pago de la renta mensual de alquiler". Sin embargo, haciendo números, sigue pareciendo algo harto difícil para muchos jóvenes aragoneses. Porque el precio medio de la vivienda libre en la Comunidad se sitúa, según el mismo informe, en 118.850 euros (141.360 euros si es nueva, 118.170 si es de segunda mano y 92.412 si es protegida). Además, hay que tener en cuenta que aunque los futuros compradores de vivienda obtengan una hipoteca, esta nunca cubrirá el 100% del precio del piso, por lo que los jóvenes deberán tener un colchón de dinero ahorrado (varios miles de euros) para entregarlo como entrada y correr con los gastos aparejados a la compra de vivienda, que no son pocos.

El informe del CJE del primer semestre de 2016 cifraba esta entrada inicial para la compra en 35.655 euros. Un dinero que resulta muy difícil ahorrar, pero esta dificultad se vería rebajada algo con los 10.800 que le ofrecería el Gobierno.

Polémicas detrás del plan

Quienes ya estén haciendo cuentas con esta ayuda han de saber que algunos expertos ya la han comparado con el plan PIVE de incentivos a la compra de vehículos nuevos y que debía incluirse en la declaración de IRPF. De hecho, hace unos días que se conoció que Hacienda había contactado con miles de contribuyentes, más de 4.000 en Aragón, porque no habían cumplido debidamente con sus obligaciones tributarias. Hay quien ha terciado que estas ayudas del plan de vivienda a la larga beneficiarán, sobre todo, a los promotores, como en su día del plan PIVE se aprovecharon los concesionarios (en muchos casos quedó demostrado que se engordaron precios durante los diferentes planes de incentivo).

En esta línea se movió el sindicato UGT, que valoró el plan de Fomento como "insuficiente" y sentenció que lo único que fomenta "es un sistema en el que la vivienda sigue siendo un bien de lujo con el que especular".

Esta no es la única mácula que se ha sacado al plan de vivienda de Fomento desde su presentación. El consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, criticó el plan porque, según explicó el Gobierno había incluido puntos del decreto del Ejecutivo aragonés sobre emergencia social que fueron recurridos por el propio Ejecutivo central en octubre de 2016 ante el Tribunal Constitucional.

Soro añadió que su consejería estudiaría el borrador del plan para presentar alegaciones con la intención de incorporar al texto "todo lo necesario para que se adapte a la realidad de Aragón". Entre otras cosas, apuntó al impulso a la rehabilitación en el medio rural como una de las medidas para atajar la despoblación.

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