El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha invitado a todos los aragoneses, en el día grande de la comunidad, a "ser militantes" de un Aragón "solidario y moderno", orgulloso de sí mismo pero con vocación de universalidad, "suave, culto y refinado", y a hacerlo "sin lloros ni lamentos".

En el Palacio de La Aljafería, que hoy acoge el acto solemne de celebración del Día de Aragón, Lambán ha pronunciado un discurso de intenso contenido histórico y profunda reivindicación del talento y de la manera de vivir de los aragoneses, a quienes ha instado a ser conscientes de lo que valen.

"Es más de lo que creemos y de lo que los demás nos han hecho creer", ha enfatizado, porque la autopercepción "está siempre mediatizada por los tópicos que los vecinos han creado a propósito", y que van en la línea, ha dicho, de la testarudez o la somardez, que son a su juicio "absolutamente falsos".

Hoy, justo el día en el que se cumplen diez años de la entrada en vigor de la reforma del Estatuto de Autonomía, ha invitado a los aragoneses a estar orgullosos de este texto, a cumplirlo y a "exigir" su cumplimiento, pero también, ha recomendado, a ser "felices por todos los medios legalmente asumibles", como los libros.

La reforma del Estatuto entró en vigor justo cuando empezaba, ha recordado, una crisis que generó paro, sufrimiento y desigualdad y que "se llevó buena parte de las certezas sobre las que la sociedad había asentado su ideal del mundo".

El presidente se ha referido a la forma en la que hay que desarrollar a partir de ahora el Estatuto, un documento "muy ambicioso" en cuanto a los derechos ciudadanos y a los instrumentos que los poderes públicos han de poner en marcha para hacer estos derechos efectivos.

Los principales retos, ha enumerado, se basan ahora en conseguir una financiación autonómica justa para conseguir vencer el problema de la despoblación; en garantizar relaciones de bilateralidad política y financiera con el Estado, entre otras cosas para conseguir que el Gobierno de España no recurra las leyes aragonesas ante el Constitucional y para que los presupuestos del Estado fijen las inversiones necesarias para la comunidad cada año.

El principal recurso con el que cuenta Aragón para conseguir sus retos es el capital humano, ha insistido el presidente. Personas con talento a quienes ha emplazado a ejercer "con ímpetu" una militancia aragonesista activa y comprometida y a ponerse al servicio de un "proyecto colectivo".

Los aragoneses, ha asegurado, quieren vivir "unidos, cohesionados, sin fracturas sociales, de acuerdo con lo que son".

Y lo quieren hacer desde la convicción de que Aragón es una comunidad histórica, acabando con la visión de ser una "pieza de seguridad" del Norte de España y asumiendo que sí es un "factor de cohesión" donde no se aspira a disputar títulos a los vecinos sino a "darles la mano".

Alejados, además, del victimismo, "sin lloros, ni lamentos ni subvenciones". "Queremos vivir de nuestro trabajo y de nuestro talento, de nuestras propias capacidades", ha insistido.

La educación, la investigación, la universidad y la ciencia son sectores determinantes y prioritarios para Lambán en la tarea de conseguir estos objetivo de crecimiento y bienestar.

Durante su intervención, Lambán ha hecho un alegato de la importancia histórica, cultural y política de La Aljafería, ese "Palacio de La Alegría" según la traducción árabe, lugar "ideal" para la celebración solemne de hitos de la vida colectiva que "se asocia indisolublemente a los últimos 40 años de la democracia".