Adriana Pérez: “Aragón debe apoyar la creación de empresas de alto valor añadido”

A sus 28 años, esta gestora cultural desarrolla su labor en el Centro de España en Panamá, donde se siente “integrada y valorada”.

Adriana Pérez, zaragozana de 28 años, no tenía pensado emigrar. “Simplemente me fui de Zaragoza en 2012 para realizar en el Museo Würth La Rioja mis prácticas profesionales, y allí me fueron surgiendo otros trabajos en el ámbito de la educación”. A pesar de que en Logroño tenía pareja y trabajo, “durante ese tiempo estuve intentando encontrar oportunidades en Aragón, pero no conseguí ni una sola entrevista”.

Es la realidad de miles de aragoneses que desarrollan su labor lejos de su Comunidad de origen. En algunos casos empujados por las circunstancias del mercado laboral, en otras por azar o inquietud personal, lo cierto es que representan un importante activo de profesionales que añoran su tierra mientras aportan sus capacidades en otros rincones del planeta.

En el caso de Adriana, educadora en museos y gestora cultural, su destino actual -desde enero de 2015- es Panamá, en el Centro Cultural de España. “Conseguí una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores y desde entonces me encargo, junto con el resto de mis compañeras, de diseñar, ejecutar y evaluar proyectos culturales que conforman la programación del Centro siguiendo los ámbitos de trabajo marcados por Cooperación Española”, relata.

Cuenta con la titulación en Historia y dos másteres, uno en museos, en la Universidad de Zaragoza, y otro de investigación artística en la UNED, y su intención es volver a casa. “Me encantaría volver y lo tengo en mente, además en un momento como este en el que Aragón, y en especial Zaragoza, está creciendo a nivel cultural con nuevos espacios sociales, comunitarios y culturales que lo están haciendo tan bien”, reconoce.

Pero mientras tanto, esta joven se siente “integrada y valorada” en un país donde “gracias a esta oportunidad, sigo creciendo profesionalmente en mi campo de trabajo”. A cambio tiene que sufrir algunas incomodidades en su día a día. “La vida en Panamá exige mucha logística por numerosas razones, pero en especial por el clima tan húmedo y lluvioso, por la difícil movilidad en la capital en transporte público, y cuando oscurece y según las áreas, por la seguridad”, comenta.

Aún así, destaca atractivos del país centroamericano como “los fuertes coloniales de San Lorenzo y Portobelo, el archipiélago de San Blas, el bosque tropical y el desayuno chino que, aunque no lo parezca, es una tradición muy panameña”.

Adriana, que sigue echando de menos a su “familia, amigos y el Pirineo”, reclama cambios que mitiguen la fuga de talento aragonés. “Además de reestructurar el sistema educativo de raíz y fomentar la innovación y la investigación, creo que deberían apoyar la creación de empresas de alto valor añadido, que necesiten de profesionales altamente cualificados”, apunta.

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