¿Quién es el famoso niño baturro de Jaysso?

Quien más y quien menos conoce al ‘Baturrico de Jaysso’, una de las imágenes más tradicionales de la cultura aragonesa que se ha hecho famosa, junto a sus cajas, envoltorios de colores y dulces artesanales, y que con el paso del tiempo ha pasado a formar parte de nuestra identidad. Pero ¿quién es realmente el ‘baturrico’ de las frutas de Aragón?

Aunque la gran mayoría lo desconoce, el origen de esta imagen se remonta al de una fotografía real tomada hace 50 años en la capital aragonesa. ¿Su protagonista? José Luis Girón, actualmente administrador de Industrias Jaysso.

“Mi hermano tendría 3 o 4 años cuando un amigo de la familia tomó varias fotografías en casa, durante las Fiestas del Pilar. Como quedaron tan bien a mis padres se les ocurrió utilizarlo como imagen oficial de la empresa”, explica Rosa Girón, su hermana menor y encargada del departamento de Calidad y Atención al Cliente de Jaysso.

Tanto José Luis como Rosa forman hoy la tercera generación de la empresa local que nació hace más de 70 años en el zaragozano barrio de San José. “Nuestra primera imagen era una ‘J’, hasta que se incorporó ‘el baturrico’ para diferenciar nuestras frutas de Aragón del resto”, afirma Girón.

Su abuelo, Jaime de Ossó, -de ahí el nombre de la empresa Jaysso- trabajaba como representante de otras firmas de chocolate hasta que decidió montar por su cuenta un proyecto en un pequeño local ubicado en las terrazas de Cuellar. Después, se trasladaría a Puente Virrey, Silvestre Pérez y, finalmente, aterrizaría en el polígono San Valero, donde se ubica hoy industrias Jaysso.

“Empezó con sus hijos, por aquel entonces los repartos se hacían en bicicleta y la fruta se bañaba a mano, una a una”, destaca Girón. En aquel momento producir 5 kilos de producto suponía una gran inversión de tiempo, produciendo unos 500 kilos a la semana. Hoy, en campaña se pueden llegar a producir entre 1.000 y 1.500 kilos de frutas de Aragón al día.

“Mi abuelo siempre nos contaba que se trata de un producto que nació de manera accidental cuando un pastelero -que utilizaba fruta confitada como adorno- derramó sin querer un perol de chocolate sobre ellas”, relata Rosa.

Al dejarlas secar comprobaron que el producto resultante podía funcionar, y así nacería lo que hoy conocemos como Frutas de Aragón, uno de los emblemas de la gastronomía de nuestra tierra dentro y fuera de nuestras fronteras.

Con el paso del tiempo, la leyenda fue tomando forma hasta convertirse en el producto emblema de la casa especializada en chocolate. Actualmente, la empresa zaragozana da trabajo a unas 12 personas durante todo el año, cifra que se duplica entre septiembre y diciembre cuando llega la temporada de Navidad y durante la Semana Santa. “Son dos de nuestras épocas de mayor trabajo aunque nuestros productos se venden todo el año”, asevera Girón.

Además de frutas de Aragón, en la fábrica preparan otros productos como trufas de whisky y de café, cerezas al licor, turrón, guirlaches, tabletas... eso sí, todos tienen un denominador común: el chocolate.

Un maestro chocolatero de toda la vida

Adentrarse en la planta de Industrias Jaysso en 2017 supone teletransportarse en el tiempo, puesto que aún hoy, permanecen en activo antiguas máquinas y rudimentarias envolvedoras que requieren de un enorme trabajo manual. “Las frutas son irregulares y han de envolverse una a una puesto que no hay dos iguales”, asegura Girón.

“Sigue siendo una empresa artesana a todos los niveles, y por el momento no pretendemos cambiar eso, como tampoco tenemos idea de cambiar nuestro baturro”, concluye.

Sin embargo, y como muestra de esta permanencia del sello familiar, uno de los mayores tesoros de la empresa es su maestro chocolatero “de los de toda la vida”. Se trata de Antonio Girón, tío de José Luis y Rosa (hermano de su padre), segunda generación de la casa Jaysso y quien a sus 80 años continúa mimando el producto como cuando empezó a trabajar con apenas 14.