Como un enfermo que sale de la uci y va mejorando despacio y sin grandes alardes. Así parece que la recuperación de la economía en España se apuntala. En los últimos tiempos han ido mejorado varios indicadores que miden la actividad empresarial, como por ejemplo la cifra de negocios de las empresas o el número de empresas concursadas. Este último indicador suma ya varios ejercicios consecutivos de mejora tanto en España como en Aragón después de haberse anotado datos de especial gravedad durante los años de recesión.

El año pasado, en toda España 4.080 compañías de los sectores más diversos se declararon en concurso de acreedores, de acuerdo con los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La media sale a unas 11 declaraciones cada día del ejercicio. Pueden parecer muchas, pero en realidad este indicador experimentó una notable mejoría en 2016: con respecto a 2015, el número de empresas que se declararon en quiebra (como se conocía antiguamente al concurso de acreedores) fue de 5.097, un millar más.

A nivel nacional, 2016 representó el tercer año consecutivo de caída del indicador. Idénticas circunstancias se dieron en Aragón, donde el año pasado se declararon en concurso de acreedores 134 empresas. Esta es la mejor cifra desde 2009 y supone un descenso de 33 concursos con respecto a 2015 y de 182 si lo comparamos con el ejercicio 2013, el que peores datos registró desde 2004, primer año con estadísticas disponibles en la web del INE.

Aunque no se pone en duda la mejora con respecto a los ejercicios inmediatamente anteriores, no hay que perder de vista que la cifra de empresas concursadas en 2016 aún estaba muy por encima de las que se registraron en los años anteriores al inicio de la crisis económica, en 2008. En 2007, por ejemplo, fueron 26 las compañías aragonesas que entraron en esta situación y en años anteriores las cifras fueron muy similares (39 empresas en 2006 y 32 en 2005).

La promoción inmobiliaria lidera los concursos

Casi una década después del estallido de la burbuja inmobiliaria, las empresas ligadas a la construcción siguen en el ojo del huracán. Este sector es el que más concursos (34) registró el año pasado en Aragón. La mayoría de ellos (21) correspondieron a compañías del área de promoción inmobiliaria. Le siguen el comercio al por mayor (21 concursos) y el sector de la industria y la energía como áreas con mayor número de declaraciones.

Las estadísticas permiten hacer una radiografía de las empresas más vulnerables ante una quiebra. El primer aspecto que destaca es que se trata de pequeñas empresas, tanto a nivel de facturación como respecto al tamaño de la plantilla. El año pasado se declararon en concurso hasta 56 empresas con dos o menos asalariados, mientras que solo dos empresas de entre 50 y 100 trabajadores estuvieron en esta situación. Lo que hace pensar en autónomos que trabajan solos o pequeños negocios con apenas un par de empleados.

La facturación de la mayoría de las firmas en concurso osciló entre los 250.000 y el millón de euros. Solo tres compañías con volumen de negocio superior a cinco millones de euros se vieron abocadas a esta situación. En cuanto a la antigüedad, destaca que la experiencia no fue un seguro a la hora de superar baches financieros en las empresas aragonesas, porque hasta 39 compañías con más de dos décadas de trayectoria se vieron abocada a la quiebra. Las firmas más jóvenes tampoco lo tuvieron fácil porque algo más de una veintena de empresas con menos de cuatro años de edad se vieron en la misma situación.

La senda bajista a la que se habían abonado las empresas ya quedó apuntada en un informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre el impacto de la crisis sobre los juzgados y tribunales. El órgano de gobierno de los jueces señalaba que esta circunstancia contrastaba con los datos de concursos de personas naturales, que no habían dejado de crecer y que el año pasado, solo en Aragón, afectaron a cerca de 70 particulares.