¿Cómo afectan las becas en las notas de los universitarios?

Los requisitos para conservar las becas del Ministerio hacen que los alumnos que las mantienen aprueben casi el 90% de las asignaturas.

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¿Cómo afectan las becas en las notas de los universitarios?
Laura Uranga

Cada año, más de 6.000 alumnos de las universidades aragonesas obtienen una beca del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para sufragar parte de los gastos del grado que están cursando. En concreto, según los indicadores universitarios de 2016 (referidos a los datos del curso 2014-2015), 5.980 becarios pertenecían a la Universidad de Zaragoza, mientras que los 146 restantes habían obtenido la ayuda para costear sus estudios en la Universidad San Jorge. Estas cifras demuestran que el 20% de los estudiantes universitarios que cursan una carrera en Aragón tiene una ayuda estatal.

Este estudio, además de cuantificar el número de alumnos que tienen beca, sus cuantías y los estudios que cursan, también detalla los resultados académicos que obtienen los estudiantes becados y los que no tienen esta opción (bien por tener unos ingresos superiores o porque no han tenido la nota necesaria para acceder o mantener la beca). Según estas cifras, mientras que los becarios entran en los grados con una nota media ligeramente inferior que la de los que no tienen beca, finalmente obtienen mejores calificaciones finales y sus tasas de éxito también son superiores.

Esta cuestión podría tener su explicación en que para acceder a una beca del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la nota media que se exige no es excesivamente elevada (desde 2012 se pide un 5,5 para que el Gobierno costee la matrícula y un 6,5 si se aspira a una ayuda económica adicional), por lo que no habría grandes diferencias entre un colectivo y otro. De hecho, los datos facilitados por la Universidad de Zaragoza demuestran que esta no es una de las cuestiones que más denegaciones de beca provoca. Prueba de ello es que en la convocatoria del año pasado, solo 425 alumnos (de más de 4.000) no la consiguieron por no llegar a la nota media necesaria.

De este modo, aquellos que obtuvieron una beca en el curso 2014-2015 lo hicieron con una nota de acceso de 8,82; mientras que los que no, ingresaron en la universidad con un 8,87. Las diferencias más notables se percibieron en la rama de Agricultura y Veterinaria (los becarios obtuvieron un 10,23 de media y los no becarios un 10,48) e Ingeniería, Industria y Construcción (un 8,58 frente a un 8,76). Una tendencia a la inversa se vivió en la rama de Servicios (aglutina titulaciones como Turismo), donde los becarios accedieron con un 9,28 y los no becarios con un 8,20.

Sin embargo, los requisitos para mantener esta ayuda (además de seguir teniendo unos ingresos por debajo de los umbrales de renta marcados por el Ministerio) son bastante restrictivos, por lo que no es de extrañar que las tasas de rendimiento y éxito (créditos superados de los matriculados y examinados respectivamente) sean significativamente más elevadas. A casi un millar de alumnos del campus público les deniegan la beca por el número de asignaturas suspendidas.

Desde el cambio normativo de 2012, los estudiantes de Ciencias Sociales y Jurídicas y de Artes y Humanidades deben de superar el 90% de los créditos en los que están matriculados. Esta cifra desciende hasta el 80% si se estudia alguna carrera de Ciencias de la Salud y al 65% si se está cursando una carrera de Ciencias, una Ingeniería o una Arquitectura. De este modo, los alumnos aragoneses con beca superan el 87,7% de los créditos en los que están matriculados, mientras que los no becados tienen una tasa de rendimiento del 77,4%. “Si tienes una beca y suspendes una o dos asignaturas (dependiendo del número de créditos que supongan y la titulación de la que se trate) pierdes la ayuda, por lo que es normal que los que la mantienen, tengan mayores tasas de aprobados”, detalla José Antonio Gadea, representante del colectivo Estudiantes en Defensa de la Universidad (EDU).

El mismo camino se sigue en cuanto a la tasa de éxito (porcentaje de créditos superados respecto a los examinados). En concreto, los universitarios con beca aprueban el 92,1% de los exámenes que realizan, mientras que los no becarios tienen un porcentaje más bajo: un 86,3%. Las variaciones son notables entre las ramas de conocimiento: en Ciencias Sociales hay más de 14 puntos porcentuales de diferencia (87,1% en comparación con 72,8%) y en Ingeniería poco más de cuatro (de 76,7% a 72,4%).

Todo esto provoca que la nota media al finalizar la carrera sea dos décimas más elevada en el caso de los estudiantes que obtuvieron una beca del Ministerio en alguno de los años en los que estuvo cursando la titulación (los becarios tienen una nota media de 7,3 y los no becarios de 7,1). Esta cifra asciende hasta los 7,5 puntos de calificación cuando el alumno ha tenido la beca durante cuatro años o más, es decir, durante todos sus estudios académicos. “Las diferencias en estos casos no son elevadas, por lo que se demuestra que las becas lo único que aportan es que se aprueben más asignaturas. Muchos alumnos deben elegir entre sacar un 5 en todas o ir a por un diez y arriesgarse a suspender algunas, perdiendo de este modo la ayuda económica”, lamenta.

Asimismo, recuerda que algunos de los estudiantes que pierden la beca por temas académicos acaban dejando los estudios por falta de recursos económicos: “Hay que cambiar el sistema. Hay alumnos que no por suspender dos asignaturas tienen que dejar la carrera ya que no tienen ingresos suficientes”.

Casi sin segundas ni terceras matrículas

Todo esto también tiene su efecto en el porcentaje de créditos que se matriculan por segunda o tercera vez. Al necesitar un mínimo de aprobados para mantener la beca al año siguiente, el 97,4% de los créditos en los que están inscritos los becarios son de primera matrícula. En esta misma línea solo un 2,2% tienen segundas matriculas y un 0,3% terceras. En estos casos, la rama de Ingeniería, Industria y Construcción es la que más créditos aglutina en terceras matrículas: un 1,1%. Esto se produce porque es la rama que permite un mayor porcentaje de suspensos para continuar teniendo la beca.

Por el contrario, entre el resto de universitarios, el 84% de los créditos corresponden a la primera matrícula, el 12,5% a la segunda y un 3,4% a la tercera. En este último grupo, a parte de la rama de Ingeniería, también hay un alto porcentaje de alumnos pertenecientes a Ciencias Sociales y a Veterinaria y Agricultura.

El tener una ayuda estatal para cursar los estudios también provoca que el movimiento de estos estudiantes sea menor, es decir, pocos son los que abandonan la carrera y menos lo que deciden cambiar de estudios.  Según los datos ofrecidos por el Ministerio, solo un 7,95% de los alumnos aragoneses con beca deciden cambiar de titulación en el primer año (un 17,3% en el caso de no haber obtenido una ayuda). Entre los que cambian de estudios la diferencia es menor: un 7,2% entre los becados y un 8,1% el resto.

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