Quejas por el desplazamiento de más de mil turolenses para poder realizar el examen

La Federación de Vecinos de Teruel denuncia que entre 1.200 y 1.500 personas de toda la provincia turolense, principalmente mujeres de mediana edad en paro y jóvenes a la búsqueda del primer empleo, han tenido que desplazarse este domingo a Zaragoza para presentarse a las oposiciones mediante las que el Salud quiere cubrir 200 plazas.

El presidente de la organización vecinal, Pepe Polo, critica “las molestias, el peligro y el coste económico” que supone el viaje y reclama que el examen “se descentralice y se realice también en Teruel y Huesca, donde existen espacios aptos para el desarrollo de la prueba, que consiste solo en un test psicotécnico”. La Federación de Vecinos califica de “injusticia” la obligación de que cientos de turolenses tengan que desplazarse a Zaragoza para un examen y estudia presentar una queja al Justicia de Aragón.

Polo explica que muchos aspirantes optan por viajar a Zaragoza el día antes de la oposición para poder averiguar el lugar al que tienen que acudir y para ello tienen que reservar una pensión, un hotel o recurrir a casas de familiares o amigos. El resto viajan en el mismo día en coches particulares o autobuses. Fuentes de CC. OO. informan que desde la capital turolense han salido hacia Zaragoza a primera hora de esta mañana dos autobuses de 60 plazas cada uno mientras que en Alcañiz se ha fletado uno. El sindicato ha repartido dípticos con un plano de la ubicación de las distintas facultades del campus zaragozano -donde se realiza la prueba- “para orientar a los opositores”.

Polo calcula que cada opositor gasta alrededor de 100 euros para poder acudir a la prueba. Añade que esta cuantía se multiplica al año por tres o por cuatro, ya que los aspirantes que no consiguen aprobar lo intentan de nuevo en posteriores convocatorias. Explica que, bajo la creencia, cierta o falsa, de que las academias de Zaragoza poseen un temario mejor por estar más vinculadas a la ciudad en la que se realiza la oposición, muchos turolenses acuden cada sábado a la capital aragonesa para formarse, lo que también se traduce en un gasto.

“Así no se favorece que nos quedemos en el territorio, porque viviendo en Teruel nos condenan a ser ciudadanos de tercera”, protesta Polo, quien considera que “era mejor cuando dependíamos del Gobierno central, porque entonces había exámenes en cada capital de provincia. Con la DGA estamos peor”.