El consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, ha admitido este miércoles que este año se dispararán las partidas presupuestarias sin gastar como consecuencia de la demora en la aprobación de las cuentas, que no recibirán el visto bueno parlamentario hasta mayo. Así, ha señalado en las Cortes que su previsión era acabar el ejercicio con una inejecución de 120 millones, pero advirtió que será “mucho más alta”, sin concretar una cifra.

Gimeno ha garantizado que la demora no tendrá un impacto real sobre las inversiones, como los centros educativos y los hospitales comprometidos, porque “lo importante -ha añadido- no es que se gasten las partidas, sino que se adjudiquen y las obras empiecen”. Y este compromiso se podrá cumplir en lo que queda de ejercicio.

El titular de Hacienda, que abierto este miércoles por la mañana la ronda de comparecencias de consejeros en la Cámara para detallar el proyecto de ley, se ha mostrado convencido de que sí cumplirá la previsión de ingresos. Y lo ha sostenido en el hecho de que el año pasado se acercó al 100% y que en los dos primeros meses se acumula un incremento del 1,91%. Igualmente, ha defendido que es “bastante real” la previsión del gasto corriente, aunque igualmente harán falta modificaciones.

Los partidos, a excepción de los socialistas y nacionalistas que sostienen al Gobierno, han criticado el proyecto presupuestario al considerar que está “lleno de agujeros” y no recoge siquiera el gasto real recogido en el presupuesto definitivo del año pasado. Incluso Podemos, socio de investidura del Gobierno PSOE-CHA, ha cuestionado el incremento de los gastos financieros, hasta el punto de que uno de cada cinco euros vayan a pagar a las entidades financieras.