El Ministerio de Defensa ha convocado una nueva oferta de plazas para ingresar como militar profesional en la escala de Tropa y Marinería del Ejército. En total son 2.000 puestos, lo que suponen un incremento de casi 500 plazas respecto a los ofertados el año pasado, y se reparten entre Tierra (1.500), Armada (270) y Aire (230).

De todas ellas -pertenecientes a la primera de las dos convocatorias previstas para este año-, 230 van dirigidas a destinos aragoneses. La provincia de Zaragoza recibirá a 140 nuevos soldados, de los que 105 irán al Ejército de Tierra y 35 al del Aire. Por su parte, a Huesca irán destinados 90 reclutas de infantería ligera, al regimiento de Jaca.

Entre las condiciones para presentarse, el candidato deberá tener entre 18 y 29 años, ser español o extranjero de un país con los que en la actualidad se tiene un convenio de colaboración, carecer de antecedentes penales y no tener un procedimiento judicial abierto por delitos dolosos. Además, deberá poseer las aptitudes psicofísicas necesarias, que serán verificadas mediante las pruebas correspondientes durante el proceso, y contar con la ESO o equivalentes, entre otros requisitos.

El próximo 6 de abril finaliza el plazo de solicitud de cita previa para presentarse, y el 27 de julio se realizará la asignación definitiva de plazas. Previsiblemente, la convocatoria volverá a concentrar a miles de candidatos, en torno a 35.000 según algunos cálculos y procesos similares de los últimos años.

De hecho, la crisis económica y la alta tasa de paro ha convertido el Ejército en una interesante salida laboral para miles de españoles. Mientras en 2004 apenas se registraba una solicitud por cada plaza convocada, en las últimas ediciones se han registrado unos 17 candidatos por puesto ofrecido.

Como consecuencia de todo ello, el perfil del aspirante también ha cambiado. Frente a una mayoría de extranjeros con estudios básicos, en la actualidad el grueso de los aspirantes son españoles, muchos de ellos con carreras universitarias, e incluso másteres y doctorados. En la convocatoria de 2016, más de medio millar de admitidos en las Fuerzas Armadas contaban con una licenciatura o diplomatura, y en torno a 1.500 habían superado las pruebas de acceso a la universidad o habían cursado un grado de ciclo superior.