Pese a que la mayoría de indicadores económicos comienzan a arrojar datos positivos, los parados de larga duración representan la cara más cruda de la crisis. Enviados al abismo del paro, más de 32.500 aragoneses continúan sin conseguir un empleo dos años después de apuntarse al INEM. Y eso que la Comunidad presenta uno de los mejores índices en este sentido, pero hay poco que celebrar.

En concreto, el 38,7% de los parados en Aragón lleva así más de 24 meses. Tan solo Baleares registra una cifra inferior (25,7%), mientras que el resto de territorios supera el 40%. Perdieron su empleo con los recortes de plantilla de los años más duros de la recesión, muchos en el sector de la construcción, y ahora no encuentran una salida laboral.

De hecho, el tiempo medio para encontrar un empleo en la Comunidad es de 16 meses, una abultada cifra que obliga a armarse de paciencia y tesón, a pesar de que, de nuevo, es uno de los mejores datos nacionales. En el resto del país se alcanzan los 17,1 meses de media, y solo Baleares (12,4) está mejor que Aragón.

Como señala Pura Huerta, secretaria de Formación, Empleo y Políticas de Igualdad de UGT Aragón, “las cifras son lamentables porque quiere decir que todas estas personas ya han agotado las prestaciones, y se encuentran sin ningún tipo de ayudas”. De ahí que para este colectivo sea fundamental la ayuda familiar y la solidaridad ciudadana.

Mientras tanto, su búsqueda no cesa, aunque el paso del tiempo no les ayuda. “Estas situaciones se cronifican, y cuanto más tiempo están en paro, más les cuesta encontrar un empleo”, lamenta Huerta. Además, el perfil medio de estos desempleados encuentra especiales barreras.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el 62% de los parados de larga duración tiene más de 40 años, y los picos más altos se dan con el medio siglo de edad. En Aragón, además, más de la mitad son mujeres, y cada vez se incorporan más a la búsqueda. El año pasado, un 6,56% de mujeres pasaron de inactivas a activas.

Con buena parte de la cuota de nuevas contrataciones reservada para jóvenes a través de becas y contratos de prácticas, y con un perfil menos cualificado y especializado, los parados de larga duración se ven bloqueados en los escasos procesos de selección. Además, “cuando encuentran es en el sector servicios, que desgraciadamente presenta peores condiciones, con contratos temporales y menos retribución”, apunta Huerta.

Rescate

Ante esta radiografía, el objetivo de los agentes sociales pasa por rescatar a esta numerosa población activa, en lugar de dejar que se diluya por sí sola con el paso tiempo. Un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) aboga por la puesta en marcha de una serie de medidas laborales a tal efecto.

Entre ellas, consideran prioritario mejorar los servicios públicos de empleo, con nuevas herramientas y estrategias de colocación. En este sentido, se reclama un inversión en infraestructura y formación de los orientadores, o en su defecto, mayor colaboración con las agencias de colocación privadas. Entre ellas, destaca la labor de las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), que solo en Aragón han duplicado el número de contratos formalizados en los últimos tres años.

Además, desde Fedea recuerdan que “la reinserción de un desempleado de larga duración es a menudo un reto para las empresas” por lo que los servicio públicos de empleo deberían “extender sus servicios al período posterior a la colocación, facilitando así la tarea de los empleadores”.