El 68% del alumnado está matriculado en la pública y el 25,6% en la concertada

El pasado curso se matricularon 26.000 alumnos más que hace una década, y de ellos el 96% se incorporaron a la pública.

Los centros deben elaborar el censo de electores y exponerlos públicamente
Imagen del primer día de curso del colegio Ánfora de Cuarte, el pasado mes de septiembre.
Guillermo Mestre

Más de 200.000 alumnos estaban escolarizados en Aragón durante el curso 2015-2016 (último dato publicado por el Instituto Aragonés de Estadística). Esta cifra es la más elevada de los últimos diez años (atendiendo a todos los niveles educativos, a excepción de la universidad). Ejemplo de ello es que en el curso 2005-2006 solo había matriculados 185.492 estudiantes, casi 26.000 menos que en la actualidad. Sin embargo, esta tendencia al alza del alumnado no se ha percibido igual en todos los tipos de escuelas ni por supuesto en localidades e, incluso, barrios; lo que ha llevado a tener que construir centros educativos en determinados espacios y cerrar aulas en otros.Pero ¿qué tipo de educación es la que eligen los padres aragoneses? Según los datos publicados por el Instituto Aragonés de Estadística (IAEST), el 68% de los alumnos se encuentran matriculados en una escuela o instituto público, mientras que alrededor del 25,6% están en la concertada y el 6,4% se decantan por la privada. Estos datos no han variado en exceso en la última década, pero sí que se puede comprobar que la educación pública ha sido la que más alumnos ha ganado en estos años. En concreto, de los casi 26.000 alumnos más que hay en la actualidad con respecto a hace 10 años, unos 25.000 han encontrado una plaza en los colegios públicos; mientras que los concertados tienen casi 2.000 alumnos más y los privados han perdido cerca de 1.000 estudiantes.

Esto demuestra que los diferentes procesos demográficos afectan especialmente a la escuela pública, donde se registra un incremento o descenso del alumnado (dependiendo de la tendencia demográfica),mientras que la concertada mantiene de forma casi invariable sus afines. Por su parte, la privada ha ido perdiendo volumen en estos años. De este modo, el porcentaje de alumnos de la pública ha pasado de suponer el 64% al 68%. En la concertada ha variado del 28% al 25,6% y en la privada del 8 al 6,4%.

Entre otras cuestiones, este mayor incremento de alumnado en la educación pública se ha producido por un aumento exponencial del número de centros, pasando de los 498 que había en el curso 2005-2006 a los 635 del último curso académico. Todo ello con el objetivo de atender a las demandas de determinadas localidades o barrios. Por ejemplo, entre estos nuevos colegios públicos se encontrarían el Valdespartera, Cuarte III y otros que, aunque todavía no están edificados, sí que están constituidos jurídicamente y tienen aulas físicas (algunas de ellas en barracones de otros centros).

Todo esto se produjo por el aumento de nacimientos que hubo en los años previos a la crisis económica. Tres años después, estos niños fueron escolarizados en los barrios más nuevos (Valdespartera y Miralbueno) y en los municipios en auge (Cuarte de Huerva), donde no había centros docentes (y, por lo tanto, se tuvieron que construir). Por el contrario, barrios más tradicionales como San José o Las Fuentes han visto mermar a su población infantil y han tenido que ir cerrando aulas en los primeros cursos de Infantil.

Según los datos de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de alumnos de la Escuela Pública de Aragón (Fapar), de 2012 a 2015 se cerraron 67 aulas de tres años en la ciudad de Zaragoza, todas ellas en centros públicos, por el contrario, se abrieron 20 en zonas con mayor densidad demográfica. Una situación que también se percibe en las estadísticas del IAEST (incluye un año más que el estudio de Fapar): del curso 2011-2012 al 2015-2016, los centros públicos han perdido casi 40 unidades; mientras que la concertada ha ganado cuatro y la privada ha perdido tres. 


De cara al próximo curso parece que serán las aulas de 3 años de la escuela concertada las que se reduzcan. Al menos, así se desprende del acuerdo alcanzado entre PSOE y Podemos, que incluye el cierre de hasta 28 unidades.

La privada gana peso en el Bachillerato

En cada etapa educativa las preferencias de los padres varían. Por ejemplo, en Infantil descendiende el porcentaje de alumnos matriculados en la escuela pública (64,7%) y la concertada (22,15%), mientras que aumenta de manera significativa los de la privada (13,17%). La razón de esta cuestión es clara: las estadísticas incluye tanto a los alumnos del primer ciclo de infantil (de cero a tres años) como a los del segundo (de tres a seis años). No hay que olvidar que en el primero hay escasas escuelas infantiles públicas, ninguna concertada y múltiples privadas. Por lo cual no es de extrañar que el alumnado de la privada crezca de estos modos.

Una situación similar se produce en el Bachillerato. En este caso (agrupando los que cursan las clases en diurno y en nocturno), el 75,5% de los estudiantes acuden a la enseñanza pública, mientras que el 7,5% se quedan en la concertada. En este cuestión, el grupo más beneficiado es el de la privada, con el 17% del alumnado. Por el contrario, el resto de enseñanzas mantienen unos niveles más o menos similares a los de la media de la Comunidad.

¿Qué alumnos cuestan más dinero a la DGA?

Diversos informes señalan el coste por alumno es el doble en las aulas públicas que en las concertadas. Sin embargo, tanto desde Fapar como de la Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza de Aragón (que aglutina a los docentes de las escuelas concertadas) aseguran que estos datos no son comparables. Ambos recuerdan que dividir el presupuesto destinado por el Gobierno de Aragón por el número de alumnos que aglutina cada tipo de enseñanza no muestra la realidad.

“Haciendo este cálculo puede verse que el alumno de la concertada supone para el Ejecutivo autonómico la mitad de coste que el de la pública, pero estos datos no son fiables. En este paquete se incluyen tanto los centros públicos más grandes como los de diez alumnos y la realidad entre ambos es muy diferente”, recalcan desde FSIE Aragón. Una opinión que comparten desde Fapar, quienes recalcan que la distribución de la población aragonesa hace necesarios estos centros rurales, que económicamente son más caros que uno de la capital. "Son muy necesarios, ya que la educación pública debe estar al alcance de todos. Por ello, no se puede comparar una inversión con otra", subrayan.

FSIE Aragón también puntualiza que los docentes de la concertada dan un 20% más de horas de clase y cobran menos que los funcionarios o interinos de la pública. “Las circunstancias son muy diferentes entre una y otra, por ello, comparar cuál es económicamente más beneficiosa es imposible. Solo se acercaría a la realidad si se hiciera con datos de Zaragoza capital y aún así hay muchas diferencias”, sostienen.

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