Juan Antonio Planas: "Retomar la actividad escolar a las 15.00 tampoco parece lo ideal"

El presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía da una charla este lunes en Utebo sobre el tema.

Juan Antonio Planas
Juan Antonio Planas
JAP

Esta semana se vota en Aragón por el cambio horario. ¿Por qué cambiar el horario?

Hay muchas consideraciones y no hay una jornada ideal. No es lo mismo un centro urbano que uno rural. Ni un niño de 3 años que uno de 12. Cada familia tiene sus propias circunstancias y es difícil contentar a todos. Pero habiendo argumentos a favor y en contra, yo veo más beneficios a la jornada continua. Eso sí, planteando que los centros estén abiertos muchas horas al día, de manera que pueda haber extraescolares o clases de apoyo.

Hay padres preocupados porque los niños no vayan a aguantar tantas horas seguidas de clase…

Es inevitable que la atención decaiga, pero empezar una jornada a las 15.00, máxime ahora que empieza el calor, tampoco parece lo mejor hora para dar Matemáticas. Además, los adultos también querríamos una jornada comprimida para tener la tarde libre. ¿Por qué los niños no?

Quizá porque muchos adultos tampoco tenemos ese horario y es difícil conciliar...

Con el horario partido, los niños salen a las 12.30 y, por tanto, no comen con sus padres. Con la continua, sí. Además, si los niños salen a las 17.00, luego tienen extraescolares, deberes, estudio… ¿cuándo disfrutan de su ocio, de sus amigos, de la familia? No les estamos dando tiempo. Cada vez veo más casos de ansiedad y estrés infantil. Están demasiadas horas haciendo actividades relacionadas con el colegio y también con aparatos tecnológicos. Salen poco de casa, no hacen el deporte que deberían ni se relacionan con otros niños.

Dice que cada edad es distinta. Pero cuando se aprueba un nuevo horario en un colegio es para todos...

Sí, lo ideal es que el horario fuera muy flexible, pero eso es complicado. En cualquier caso, lo que hay que hacer en todos los niveles son actividades de innovación para que no decaiga la atención del estudiante. Por ejemplo, usar las primeras horas de las mañanas para Lengua y Mates y, las últimas, para las enseñanzas más artísticas y Educación Física.

¿No es mejor descansar un poco antes de volver a enfrentarse a las explicaciones?

Está claro que todos, incluidos los adultos, tenemos un tiempo de atención. Y ese periodo es muy corto. Y en los niños, más. Pero la enseñanza no puede ceñirse a que el profesor explique y el alumno escuche, eso es decimonónico. El chico tiene que participar, exponer, hacer trabajos en equipo. En especial, en infantil y primaria. Argumentar un horario por atención o rendimiento es falaz, y no sirve.

Este asunto ha generado debate y algún conflicto entre los padres.

Hay intereses contrapuestos, es lógico. Pero ya existe experiencia en 79 centros y ni se pide revertirlo ni hay apenas quejas. Y casi todas las Comunidades autónomas trabajan ya con la continua. Es verdad que hay familias que necesitan que estén más tiempo, pero si el centro garantiza comedor, extraescolares y actividades de refuerzo gratuitas, este problema no es tal.

En la escuela actual, ¿no vale nada de lo que había? ¿Hay que cambiar con todo?

Siempre hay que ir cambiando porque las personas son distintas, el alumno ha cambiado muchísimo en los últimos años y la tecnología influye mucho. La sociedad está cambiando muy deprisa y la escuela tiene que adaptarse a estos cambios. No podemos preparar a alumnos del siglo XXI con procedimientos del XIX.

Y ¿cómo hacerlo? ¿Qué medidas implantar?

Creo que las autoridades se tienen que poner las pilas sobre todo en dos aspectos: la educación emocional y la formación psicopedagógica de los docentes, sobre todo, en los profesores de bachillerato. Un profesor de Latín será experto en Latín, pero si no sabe dar bien una clase. Esto le puede pasar también a un Nobel de Física, que es un experto extraordinario, pero puede no saber transmitir bien los conocimientos. Si el profesor no se gana a sus alumnos con el corazón, no busca que el alumno indague, que no haya rivalidad… está picando en piedra. Hoy, hay que tener más en cuenta que nunca la educación emocional. Si un chico tiene un problema en casa y no duerme bien, no estará atento a los fonemas y al complemento predicativo. Lo emocional es clave para que un alumno tenga buen rendimiento y tenga una buena convivencia con los demás.

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